JERUSALÉN.- El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, delineó planes para concentrar a cientos de miles de palestinos en una zona cerrada de la Franja de Gaza a lo largo de la frontera con Egipto, según informaron este martes medios israelíes.
Katz explicó los últimos planes en una sesión informativa cerrada con reporteros militares israelíes el lunes. Su oficina no respondió a una solicitud de comentarios sobre tales informes, que aparecieron en varios medios.
Según los informes, Katz declaró que había ordenado al Ejército israelí elaborar planes para construir lo que llamó una “ciudad humanitaria” en Rafah, la ciudad más al sur de Gaza, que ha sido gravemente dañada en la guerra y está en gran parte deshabitada. La propuesta contempla que los palestinos no podrían salir una vez que ingresen a la zona.
El Ejército inicialmente trasladaría a 600.000 palestinos desde una zona humanitaria a lo largo de la costa, con el objetivo de eventualmente transferir a toda la población a Rafah. Katz señaló que Israel estaba buscando un organismo internacional no especificado para entregar ayuda mientras las tropas israelíes aseguraban el perímetro.
El ministro sostuvo además que el Ejército podría comenzar a construir la ciudad durante un alto al fuego de 60 días que Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu están discutiendo en Washington esta semana.
La idea de Katz parece ser la última versión de los planes del gobierno israelí para mantener un control duradero sobre el territorio y reubicar a gran parte de su población de aproximadamente dos millones de personas. El plan se alinea con propuestas como la de Donald Trump de sacar a los gazatíes para convertir la zona en una “riviera”.
Los críticos dicen que eso equivaldría a un desplazamiento forzoso en violación del derecho internacional, ya que la ofensiva y el bloqueo de Israel han hecho que Gaza sea en gran medida inhabitable.
Funcionarios israelíes dicen que el objetivo es separar a la población civil de Hamas, que aún controla partes de Gaza y mantiene a decenas de rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre del 2023 que desencadenó la guerra.
Hamas ha dicho que solo liberará a los rehenes restantes a cambio de un alto al fuego duradero y la retirada de las fuerzas israelíes. Los palestinos ven a Gaza como una parte integral de su patria nacional y se oponen a cualquier plan para desarraigarlos.
Emigración voluntaria
Tanto Trump como Netanyahu han dicho que la población de Gaza debería ser reubicada en otros países a través de lo que ellos refieren como emigración voluntaria. Durante su reunión el lunes en la Casa Blanca, Netanyahu afirmó que los palestinos deberían tener una “libre elección” sobre si quedarse o irse.
Los palestinos temen que incluso si se van temporalmente para escapar de la guerra, Israel nunca les permitirá regresar, una posible repetición del éxodo masivo que ocurrió antes y durante la guerra de 1948 en torno a la creación de Israel.
Katz expresó su esperanza de que el “plan de emigración” se lleve a cabo y reveló que Netanyahu ya estaba liderando esfuerzos para encontrar países dispuestos a acoger a los palestinos, según el periódico israelí Haaretz.
Los grupos de derechos humanos temen que concentrar a la población a lo largo de la frontera con Egipto crearía condiciones catastróficas que dejarían a los palestinos sin otra opción que irse.
“Forzar a las personas a lo que equivale a un gran campo de concentración evoca capítulos oscuros de la historia”, dijo Tania Hary, directora ejecutiva de Gisha, un grupo israelí que aboga por el derecho de los palestinos a la libertad de movimiento.
“El liderazgo de Israel no ha sido tímido al expresar el objetivo de expulsar a los palestinos de Gaza y mantener un control permanente sobre amplias franjas del territorio”, afirmó.
Israel y Estados Unidos ya han implementado un programa de distribución de ayuda en Rafah que ha estado marcado por la violencia y la controversia.
Cientos de palestinos murieron o resultaron heridos mientras intentaban llegar a sitios administrados por la Fundación Humanitaria de Gaza, un contratista apoyado por Israel y Estados Unidos, según hospitales locales.
Testigos palestinos y funcionarios de salud dicen que las fuerzas israelíes han abierto fuego repetidamente hacia multitudes de personas que se dirigían a los sitios. El Ejército dice que ha disparado tiros de advertencia a personas que se acercaron a sus fuerzas de manera sospechosa.
La FHG niega que haya habido violencia en o alrededor de los propios sitios, que están en zonas militares israelíes fuera del alcance de los medios independientes. Dos contratistas estadounidenses dijeron que sus colegas usaron munición real y granadas aturdidoras mientras las multitudes se agolpaban por comida, acusaciones negadas por la fundación. La FHG también ha negado su participación en cualquier plan de transferencia de población.
Pero en una conferencia de prensa en mayo, Netanyahu pareció vincular las dos iniciativas, diciendo que Israel implementaría el nuevo programa de ayuda y luego crearía una “zona estéril” en el sur de Gaza, libre de Hamas, donde se reubicaría a la población palestina.
Netanyahu ha dicho que Israel mantendrá un control duradero sobre Gaza y ha descartado cualquier papel para la Autoridad Palestina reconocida internacionalmente, liderada por rivales políticos de Hamas.
En tanto, sigue en discusión la tregua de 60 días que Trump les propuso a las partes en conflicto la semana pasada. Un funcionario israelí que acompañó a Netanyahu a Washington afirmó que la propuesta que debaten incluye “entre el 80% y el 90% de lo que Israel quiere”.
Pero el ministro de Seguridad Nacional, de extrema derecha, Itamar Ben Gvir, se opuso a los contactos con Hamas. “No hay necesidad de negociar con quienes asesinan a nuestros combatientes; deben ser destrozados”, declaró.
JERUSALÉN.- El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, delineó planes para concentrar a cientos de miles de palestinos en una zona cerrada de la Franja de Gaza a lo largo de la frontera con Egipto, según informaron este martes medios israelíes.
Katz explicó los últimos planes en una sesión informativa cerrada con reporteros militares israelíes el lunes. Su oficina no respondió a una solicitud de comentarios sobre tales informes, que aparecieron en varios medios.
Según los informes, Katz declaró que había ordenado al Ejército israelí elaborar planes para construir lo que llamó una “ciudad humanitaria” en Rafah, la ciudad más al sur de Gaza, que ha sido gravemente dañada en la guerra y está en gran parte deshabitada. La propuesta contempla que los palestinos no podrían salir una vez que ingresen a la zona.
El Ejército inicialmente trasladaría a 600.000 palestinos desde una zona humanitaria a lo largo de la costa, con el objetivo de eventualmente transferir a toda la población a Rafah. Katz señaló que Israel estaba buscando un organismo internacional no especificado para entregar ayuda mientras las tropas israelíes aseguraban el perímetro.
El ministro sostuvo además que el Ejército podría comenzar a construir la ciudad durante un alto al fuego de 60 días que Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu están discutiendo en Washington esta semana.
La idea de Katz parece ser la última versión de los planes del gobierno israelí para mantener un control duradero sobre el territorio y reubicar a gran parte de su población de aproximadamente dos millones de personas. El plan se alinea con propuestas como la de Donald Trump de sacar a los gazatíes para convertir la zona en una “riviera”.
Los críticos dicen que eso equivaldría a un desplazamiento forzoso en violación del derecho internacional, ya que la ofensiva y el bloqueo de Israel han hecho que Gaza sea en gran medida inhabitable.
Funcionarios israelíes dicen que el objetivo es separar a la población civil de Hamas, que aún controla partes de Gaza y mantiene a decenas de rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre del 2023 que desencadenó la guerra.
Hamas ha dicho que solo liberará a los rehenes restantes a cambio de un alto al fuego duradero y la retirada de las fuerzas israelíes. Los palestinos ven a Gaza como una parte integral de su patria nacional y se oponen a cualquier plan para desarraigarlos.
Emigración voluntaria
Tanto Trump como Netanyahu han dicho que la población de Gaza debería ser reubicada en otros países a través de lo que ellos refieren como emigración voluntaria. Durante su reunión el lunes en la Casa Blanca, Netanyahu afirmó que los palestinos deberían tener una “libre elección” sobre si quedarse o irse.
Los palestinos temen que incluso si se van temporalmente para escapar de la guerra, Israel nunca les permitirá regresar, una posible repetición del éxodo masivo que ocurrió antes y durante la guerra de 1948 en torno a la creación de Israel.
Katz expresó su esperanza de que el “plan de emigración” se lleve a cabo y reveló que Netanyahu ya estaba liderando esfuerzos para encontrar países dispuestos a acoger a los palestinos, según el periódico israelí Haaretz.
Los grupos de derechos humanos temen que concentrar a la población a lo largo de la frontera con Egipto crearía condiciones catastróficas que dejarían a los palestinos sin otra opción que irse.
“Forzar a las personas a lo que equivale a un gran campo de concentración evoca capítulos oscuros de la historia”, dijo Tania Hary, directora ejecutiva de Gisha, un grupo israelí que aboga por el derecho de los palestinos a la libertad de movimiento.
“El liderazgo de Israel no ha sido tímido al expresar el objetivo de expulsar a los palestinos de Gaza y mantener un control permanente sobre amplias franjas del territorio”, afirmó.
Israel y Estados Unidos ya han implementado un programa de distribución de ayuda en Rafah que ha estado marcado por la violencia y la controversia.
Cientos de palestinos murieron o resultaron heridos mientras intentaban llegar a sitios administrados por la Fundación Humanitaria de Gaza, un contratista apoyado por Israel y Estados Unidos, según hospitales locales.
Testigos palestinos y funcionarios de salud dicen que las fuerzas israelíes han abierto fuego repetidamente hacia multitudes de personas que se dirigían a los sitios. El Ejército dice que ha disparado tiros de advertencia a personas que se acercaron a sus fuerzas de manera sospechosa.
La FHG niega que haya habido violencia en o alrededor de los propios sitios, que están en zonas militares israelíes fuera del alcance de los medios independientes. Dos contratistas estadounidenses dijeron que sus colegas usaron munición real y granadas aturdidoras mientras las multitudes se agolpaban por comida, acusaciones negadas por la fundación. La FHG también ha negado su participación en cualquier plan de transferencia de población.
Pero en una conferencia de prensa en mayo, Netanyahu pareció vincular las dos iniciativas, diciendo que Israel implementaría el nuevo programa de ayuda y luego crearía una “zona estéril” en el sur de Gaza, libre de Hamas, donde se reubicaría a la población palestina.
Netanyahu ha dicho que Israel mantendrá un control duradero sobre Gaza y ha descartado cualquier papel para la Autoridad Palestina reconocida internacionalmente, liderada por rivales políticos de Hamas.
En tanto, sigue en discusión la tregua de 60 días que Trump les propuso a las partes en conflicto la semana pasada. Un funcionario israelí que acompañó a Netanyahu a Washington afirmó que la propuesta que debaten incluye “entre el 80% y el 90% de lo que Israel quiere”.
Pero el ministro de Seguridad Nacional, de extrema derecha, Itamar Ben Gvir, se opuso a los contactos con Hamas. “No hay necesidad de negociar con quienes asesinan a nuestros combatientes; deben ser destrozados”, declaró.
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