Un reciente estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) con el Telescopio Espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) reveló que el planeta YSES-1 b, que orbita una estrella a 300 años luz de la Tierra, tiene nubes compuestas de silicato. Es decir, son esencialmente de arena.
Investigadores descubren nubes de arena en un planeta
El hallazgo fue publicado en la revista Nature el 10 de junio y describe cómo los expertos analizaron la atmósfera de varios planetas mediante la espectroscopia de transmisión. Los resultados revelaron que dos de estos cuerpos celestes presentan nubes, reacciones químicas activas y una gran diversidad en la composición de sus atmósferas.
Por medio del JWST, los astrónomos pudieron observar por primera vez detalles de dos planetas gigantes que giran alrededor de una estrella joven parecida al Sol, ubicada a unos 300 años luz. Anteriormente, solo se habían detectado objetos llamados enanas marrones, que no son estrellas ni planetas. Sin embargo, en la actualidad se descubrieron nubes de arena en la atmósfera de uno de los planetas (YSES-1 c) y también polvo de silicato, formado por minerales que contienen silicio y oxígeno, alrededor del otro (YSES-1 b).
Este polvo se encuentra en lo que se conoce como un disco circunplanetario, una especie de anillo de material que rodea al planeta. En YSES-1 b, los granos de polvo podrían haberse formado por choques entre cuerpos que estaban en proceso de convertirse en planetas. En el caso de YSES-1 c, estas nubes están hechas de diminutas partículas de minerales ricos en hierro o magnesio, parecidos a los que hay en la Tierra.
Valentina D’Orazi, integrante del equipo e investigadora del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF, por sus siglas en inglés), detalló, según Space: “Observar nubes de silicato, que son esencialmente nubes de arena, en las atmósferas de exoplanetas es importante porque nos ayuda a comprender mejor cómo funcionan los procesos atmosféricos y cómo se forman los planetas, un tema que aún está en debate, ya que no hay consenso entre los distintos modelos”.
De acuerdo con la experta, el descubrimiento de estas nubes de arena evidencia procesos complejos de circulación y formación atmosférica: “Se mantienen en suspensión gracias a un ciclo de sublimación y condensación similar al del agua en la Tierra”. Y añadió: “Esto nos permite mejorar nuestros modelos climáticos y de procesos químicos en entornos muy distintos a los del sistema solar, ampliando así nuestro conocimiento sobre estos sistemas”.
D’Orazi indicó que, al estudiar estos cuerpos celestes, se puede comprender mejor cómo se forman los planetas en general: “Es como mirar al pasado de nuestro propio sistema solar”, indicó. “Los resultados respaldan la idea de que la composición de las nubes en exoplanetas jóvenes y en discos circunplanetarios desempeña un papel clave en la determinación de la química atmosférica. Además, este estudio destaca la necesidad de contar con modelos atmosféricos detallados para interpretar los datos de alta calidad obtenidos con telescopios como el JWST”.
Un reciente estudio de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) con el Telescopio Espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés) reveló que el planeta YSES-1 b, que orbita una estrella a 300 años luz de la Tierra, tiene nubes compuestas de silicato. Es decir, son esencialmente de arena.
Investigadores descubren nubes de arena en un planeta
El hallazgo fue publicado en la revista Nature el 10 de junio y describe cómo los expertos analizaron la atmósfera de varios planetas mediante la espectroscopia de transmisión. Los resultados revelaron que dos de estos cuerpos celestes presentan nubes, reacciones químicas activas y una gran diversidad en la composición de sus atmósferas.
Por medio del JWST, los astrónomos pudieron observar por primera vez detalles de dos planetas gigantes que giran alrededor de una estrella joven parecida al Sol, ubicada a unos 300 años luz. Anteriormente, solo se habían detectado objetos llamados enanas marrones, que no son estrellas ni planetas. Sin embargo, en la actualidad se descubrieron nubes de arena en la atmósfera de uno de los planetas (YSES-1 c) y también polvo de silicato, formado por minerales que contienen silicio y oxígeno, alrededor del otro (YSES-1 b).
Este polvo se encuentra en lo que se conoce como un disco circunplanetario, una especie de anillo de material que rodea al planeta. En YSES-1 b, los granos de polvo podrían haberse formado por choques entre cuerpos que estaban en proceso de convertirse en planetas. En el caso de YSES-1 c, estas nubes están hechas de diminutas partículas de minerales ricos en hierro o magnesio, parecidos a los que hay en la Tierra.
Valentina D’Orazi, integrante del equipo e investigadora del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF, por sus siglas en inglés), detalló, según Space: “Observar nubes de silicato, que son esencialmente nubes de arena, en las atmósferas de exoplanetas es importante porque nos ayuda a comprender mejor cómo funcionan los procesos atmosféricos y cómo se forman los planetas, un tema que aún está en debate, ya que no hay consenso entre los distintos modelos”.
De acuerdo con la experta, el descubrimiento de estas nubes de arena evidencia procesos complejos de circulación y formación atmosférica: “Se mantienen en suspensión gracias a un ciclo de sublimación y condensación similar al del agua en la Tierra”. Y añadió: “Esto nos permite mejorar nuestros modelos climáticos y de procesos químicos en entornos muy distintos a los del sistema solar, ampliando así nuestro conocimiento sobre estos sistemas”.
D’Orazi indicó que, al estudiar estos cuerpos celestes, se puede comprender mejor cómo se forman los planetas en general: “Es como mirar al pasado de nuestro propio sistema solar”, indicó. “Los resultados respaldan la idea de que la composición de las nubes en exoplanetas jóvenes y en discos circunplanetarios desempeña un papel clave en la determinación de la química atmosférica. Además, este estudio destaca la necesidad de contar con modelos atmosféricos detallados para interpretar los datos de alta calidad obtenidos con telescopios como el JWST”.
La NASA sorprende con un increíble hallazgo: el telescopio James Webb detecta un planeta donde llueve arena, con nubes compuestas de silicato. Descubre los detalles de este fascinante cuerpo celeste y su atmósfera única en el universo. Read More