Venezuela y su aparato armado

CARACAS.– Lo único que asciende en Venezuela es el número de integrantes de la fuerza militar y toda la parafernalia que rodea al estamento que sostiene a este régimen incivil. Hay más generales de comando y de comanda; más tenientes de corbeta y de corbata, y Nicolás Maduro, el mandatario ilegítimo, quiere más armas, más modernas, a la vanguardia del mundo, misiles y antimisiles. Todo en nombre de la paz, claro está. “No para agredir a nadie”, aclara el usurpador.

Al único al que se agrede es al pueblo venezolano. Maduro promete una industria militar con la ayuda de “aliados amigos”, pero sus incompetentes funcionarios son incapaces de llevar agua y luz a los hogares y que las escuelas abran sus puertas todos los días del año escolar. En paralelo, hay millones de venezolanos en el exilio, un montón más preparando maletas, casi un millar en cárceles sin justicia y la inmensa mayoría de la población padeciendo los estragos de una tiranía antipatriótica.

El ritual militaroso –la esencia de la Fuerza Armada Nacional fue suplantada por un aparato armado al servicio de la cúpula en el poder– adquiere más pantalla en la fecha del 5 de julio y días siguientes, cuando la nación conmemora el aniversario de su Declaración de Independencia, una gesta civil olvidada por esta dictadura de charreteras.

CARACAS.– Lo único que asciende en Venezuela es el número de integrantes de la fuerza militar y toda la parafernalia que rodea al estamento que sostiene a este régimen incivil. Hay más generales de comando y de comanda; más tenientes de corbeta y de corbata, y Nicolás Maduro, el mandatario ilegítimo, quiere más armas, más modernas, a la vanguardia del mundo, misiles y antimisiles. Todo en nombre de la paz, claro está. “No para agredir a nadie”, aclara el usurpador.

Al único al que se agrede es al pueblo venezolano. Maduro promete una industria militar con la ayuda de “aliados amigos”, pero sus incompetentes funcionarios son incapaces de llevar agua y luz a los hogares y que las escuelas abran sus puertas todos los días del año escolar. En paralelo, hay millones de venezolanos en el exilio, un montón más preparando maletas, casi un millar en cárceles sin justicia y la inmensa mayoría de la población padeciendo los estragos de una tiranía antipatriótica.

El ritual militaroso –la esencia de la Fuerza Armada Nacional fue suplantada por un aparato armado al servicio de la cúpula en el poder– adquiere más pantalla en la fecha del 5 de julio y días siguientes, cuando la nación conmemora el aniversario de su Declaración de Independencia, una gesta civil olvidada por esta dictadura de charreteras.

 CARACAS.– Lo único que asciende en Venezuela es el número de integrantes de la fuerza militar y toda la parafernalia que rodea al estamento que sostiene a este régimen incivil. Hay más generales de comando y de comanda; más tenientes de corbeta y de corbata, y Nicolás Maduro, el mandatario ilegítimo, quiere más armas, más modernas, a la vanguardia del mundo, misiles y antimisiles. Todo en nombre de la paz, claro está. “No para agredir a nadie”, aclara el usurpador.Al único al que se agrede es al pueblo venezolano. Maduro promete una industria militar con la ayuda de “aliados amigos”, pero sus incompetentes funcionarios son incapaces de llevar agua y luz a los hogares y que las escuelas abran sus puertas todos los días del año escolar. En paralelo, hay millones de venezolanos en el exilio, un montón más preparando maletas, casi un millar en cárceles sin justicia y la inmensa mayoría de la población padeciendo los estragos de una tiranía antipatriótica.El ritual militaroso –la esencia de la Fuerza Armada Nacional fue suplantada por un aparato armado al servicio de la cúpula en el poder– adquiere más pantalla en la fecha del 5 de julio y días siguientes, cuando la nación conmemora el aniversario de su Declaración de Independencia, una gesta civil olvidada por esta dictadura de charreteras.  Read More