Caso exitoso: llegó de España con 13 años, se dedicó a las frutas y ahora su empresa exporta uvas a selectos mercados

CÓRDOBA.-La de la empresa agropecuaria Sánchez Amezcua SA, instalada en Traslasierra, en el oeste cordobés, es una historia de sueños y trabajo de inmigrantes que fueron continuados por las generaciones que les siguieron. Producen unos 250.000 kilos anuales de uva, focalizándose en la Red Globe y exportan a mercados como el ruso y del sudeste asiático. También hacen menta.

Analía Sánchez, hija del fundador -su papá Juan, hoy de 82 años, “el corazón de la empresa”- cuenta a LA NACION que ya se sumó la tercera generación con su hijo Micael, encargado de la finca y el galpón de empaque. Ella es la responsable de la parte comercial y administrativa y su hermano, Adrián, que es ingeniero agrónomo, dirige el aspecto técnico de la producción.

Nicolás Pino, presidente de la SRA: “Se viene un tiempo duro, muy ajustado: es el momento de terminar con los derechos de exportación”

Los orígenes de la familia se remontan a España, de allí vinieron los padres de Juan, quienes estaban vinculados a la producción vitivinícola. Se instalaron en la provincia de Mendoza, donde Damián Sánchez comenzó a trabajar con sus tres hijos: Cayetano, Eusebio y Juan.

Cuando llegó a la Argentina, Juan tenía 14 años; era 1913. En 1945 comenzó a trabajar por su cuenta, comprando y vendiendo frutas; después hizo un secadero de frutas y trabajó con frutas disecadas hasta que pasó a las frescas.

Cambio

En 1979 decidió instalarse en Córdoba, a donde ya tenía dos fincas. Compró dos más y su empresa nace en la localidad de San José, en el Valle de Traslasierra.

Todas las fincas estaban dedicadas a la fruticultura con diversas variedades y, además, tenía un galpón de empaque con una cámara frigorífica chica. En los arranques vendía solo en el mercado interno.

“En el 2001, con la crisis que afectó a la Argentina -repasa Analía- la empresa perdió dos fincas. Fue una época muy dura. Años más tarde se abrió la posibilidad de exportar uva de mesa y decidimos vender una finca más para reconvertir algunas variedades que ya no eran rentables. Ampliamos la producción de uva Red Globe y también instalamos nuevas cámaras frigoríficas qué nos permitieran acceder al mercado externo. Se habrían nuevos caminos y nuevas esperanzas”.

Hoy cuentan con una finca de 32 hectáreas donde cultivan, principalmente, uva de mesa Red Globe. Son diez hectáreas dedicadas a esa variedad bajo malla antigranizo. Exportan a Brasil, Rusia y el sudeste asiático, a la vez que abastecen al mercado interno que es su mayor cliente, Córdoba, Rosario y Buenos Aires.

También implantaron hace cinco años media hectárea de uva de vinificar variedad Malbec con “muy buenos resultados”, ya que lograron producir su primer vino, Nanaco. El nombre es en homenaje a José y su esposa, los “precursores de nuestra familia y nuestra empresa”, dice Analía. Así le dicen los nietos y se convirtió en marca.

“La cosecha de la uva la hacemos con mujeres, porque son más cuidadosas y detallistas a la hora de limpiar los racimos, lo cual es muy valorado por las mujeres de nuestro pueblo, que ven en ese trabajo temporal un ingreso que para ellas es importante”, apunta Analía.

“Nunca estuvo de acuerdo”: renunció un importante funcionario tras el paso de la motosierra por un instituto

La firma es parte de Utuco, la asociación que reúne a 275 integrantes -220 productores, 40 cocineros-que trabaja para fortalecer la identidad productiva de Córdoba y su gastronomía.

La empresa también produce diez hectáreas de menta con riego por goteo, que comercializan en el mercado interno para la producción de yerba compuesta.

CÓRDOBA.-La de la empresa agropecuaria Sánchez Amezcua SA, instalada en Traslasierra, en el oeste cordobés, es una historia de sueños y trabajo de inmigrantes que fueron continuados por las generaciones que les siguieron. Producen unos 250.000 kilos anuales de uva, focalizándose en la Red Globe y exportan a mercados como el ruso y del sudeste asiático. También hacen menta.

Analía Sánchez, hija del fundador -su papá Juan, hoy de 82 años, “el corazón de la empresa”- cuenta a LA NACION que ya se sumó la tercera generación con su hijo Micael, encargado de la finca y el galpón de empaque. Ella es la responsable de la parte comercial y administrativa y su hermano, Adrián, que es ingeniero agrónomo, dirige el aspecto técnico de la producción.

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Los orígenes de la familia se remontan a España, de allí vinieron los padres de Juan, quienes estaban vinculados a la producción vitivinícola. Se instalaron en la provincia de Mendoza, donde Damián Sánchez comenzó a trabajar con sus tres hijos: Cayetano, Eusebio y Juan.

Cuando llegó a la Argentina, Juan tenía 14 años; era 1913. En 1945 comenzó a trabajar por su cuenta, comprando y vendiendo frutas; después hizo un secadero de frutas y trabajó con frutas disecadas hasta que pasó a las frescas.

Cambio

En 1979 decidió instalarse en Córdoba, a donde ya tenía dos fincas. Compró dos más y su empresa nace en la localidad de San José, en el Valle de Traslasierra.

Todas las fincas estaban dedicadas a la fruticultura con diversas variedades y, además, tenía un galpón de empaque con una cámara frigorífica chica. En los arranques vendía solo en el mercado interno.

“En el 2001, con la crisis que afectó a la Argentina -repasa Analía- la empresa perdió dos fincas. Fue una época muy dura. Años más tarde se abrió la posibilidad de exportar uva de mesa y decidimos vender una finca más para reconvertir algunas variedades que ya no eran rentables. Ampliamos la producción de uva Red Globe y también instalamos nuevas cámaras frigoríficas qué nos permitieran acceder al mercado externo. Se habrían nuevos caminos y nuevas esperanzas”.

Hoy cuentan con una finca de 32 hectáreas donde cultivan, principalmente, uva de mesa Red Globe. Son diez hectáreas dedicadas a esa variedad bajo malla antigranizo. Exportan a Brasil, Rusia y el sudeste asiático, a la vez que abastecen al mercado interno que es su mayor cliente, Córdoba, Rosario y Buenos Aires.

También implantaron hace cinco años media hectárea de uva de vinificar variedad Malbec con “muy buenos resultados”, ya que lograron producir su primer vino, Nanaco. El nombre es en homenaje a José y su esposa, los “precursores de nuestra familia y nuestra empresa”, dice Analía. Así le dicen los nietos y se convirtió en marca.

“La cosecha de la uva la hacemos con mujeres, porque son más cuidadosas y detallistas a la hora de limpiar los racimos, lo cual es muy valorado por las mujeres de nuestro pueblo, que ven en ese trabajo temporal un ingreso que para ellas es importante”, apunta Analía.

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La firma es parte de Utuco, la asociación que reúne a 275 integrantes -220 productores, 40 cocineros-que trabaja para fortalecer la identidad productiva de Córdoba y su gastronomía.

La empresa también produce diez hectáreas de menta con riego por goteo, que comercializan en el mercado interno para la producción de yerba compuesta.

 Desde Traslasierra, Córdoba, una familia emprendedora vende a Rusia, Brasil y otros países, además de abastecer el mercado interno  Read More