Gisell, una joven latina que vive desde hace más de dos años en Estados Unidos, compartió en sus redes sociales una reflexión sobre lo que muchos definen como “el sueño americano”. Según explicó, ella no tiene planes de quedarse definitivamente en el país norteamericano y solo busca ahorrar dinero para volver a su tierra natal, por lo que trabaja 12 horas al día. “No es vida”, aseguró.
El sacrificio de muchos migrantes: trabajar 12 horas diarias para volver a su país
En un video que publicó en su cuenta de Tiktok, la joven admitió que la experiencia migratoria no es igual para todos. “Literalmente no es vida para quienes no venimos a hacer vida aquí”, sostuvo.
Latina que vive en EEUU cuenta para quienes “el sueño americano” no es vida
En este sentido, Gisell reconoció que las condiciones económicas en EE.UU. son más favorables y que se puede alcanzar un buen nivel económico.
“Es verdad que con el sueldo de 40 horas semanales puedes vivir tranquilamente aquí y tal vez puedas vivir, hacer y comprar muchas cosas de las que en tu país no podías”, reconoció
Sin embargo, agregó que para los migrantes que no tienen como objetivo establecerse definitivamente en Estados Unidos, la realidad es diferente. “No es vida para quienes no venimos con la mentalidad de quedarnos aquí”.
“Nosotros venimos con la mentalidad de sacrificarnos un poco aquí para poder ver los resultados de progreso en nuestro país”, aseguró. Ese objetivo, dijo, transforma por completo el día a día: “Nuestra vida se resume en trabajar”.
Jornadas extensas y rutinas agotadoras
Gisell reveló la carga horaria que implica su trabajo. “En mi caso son 12 horas diarias y he escuchado casos de personas que trabajan hasta 16 horas”, aseguró.
En su relato, consideró que por ello su día a día se vuelve “agotador y fastidioso”, y que quienes están en su situación terminan sin tiempo ni energías para aprovechar los beneficios que ofrece el país.
“Vivimos sumergidos en una rutina demasiado agotadora y fastidiosa que nos deja sin tiempo y sin ganas de poder salir, aprovechar o disfrutar algo”, comentó.
Pero eso no es todo. También reconoció que, las veces que sí pueden salir, después los “invade un sentimiento de culpa por pensar que ese gasto económico se traduce en más tiempo en EE.UU.”.
La distancia de la familia: una pesada carga emocional para los migrantes
Otro aspecto que mencionó fue el efecto emocional de la distancia con sus seres queridos. Según su visión, esto también contribuye a la sensación de que vivir en Estados Unidos, al menos en ciertas condiciones, no es calidad de vida. “Todo el tiempo estamos pensando y extrañando a nuestras familias”, expresó.
Además, reconoció un temor que la acompaña cada día: que ocurra una desgracia en su país de origen y ella no pueda estar presente con sus seres queridos. “Todos los días nos consume la ansiedad”, dijo.
Por último, agregó que se la pasa “rezando por no recibir una llamada que haga que este ‘sueño americano’ se convierta en una pesadilla”.
Su miedo más grande es que muera alguno de sus familiares mientras está lejos de su tierra natal “y ni siquiera nos podamos despedir”.
Gisell, una joven latina que vive desde hace más de dos años en Estados Unidos, compartió en sus redes sociales una reflexión sobre lo que muchos definen como “el sueño americano”. Según explicó, ella no tiene planes de quedarse definitivamente en el país norteamericano y solo busca ahorrar dinero para volver a su tierra natal, por lo que trabaja 12 horas al día. “No es vida”, aseguró.
El sacrificio de muchos migrantes: trabajar 12 horas diarias para volver a su país
En un video que publicó en su cuenta de Tiktok, la joven admitió que la experiencia migratoria no es igual para todos. “Literalmente no es vida para quienes no venimos a hacer vida aquí”, sostuvo.
Latina que vive en EEUU cuenta para quienes “el sueño americano” no es vida
En este sentido, Gisell reconoció que las condiciones económicas en EE.UU. son más favorables y que se puede alcanzar un buen nivel económico.
“Es verdad que con el sueldo de 40 horas semanales puedes vivir tranquilamente aquí y tal vez puedas vivir, hacer y comprar muchas cosas de las que en tu país no podías”, reconoció
Sin embargo, agregó que para los migrantes que no tienen como objetivo establecerse definitivamente en Estados Unidos, la realidad es diferente. “No es vida para quienes no venimos con la mentalidad de quedarnos aquí”.
“Nosotros venimos con la mentalidad de sacrificarnos un poco aquí para poder ver los resultados de progreso en nuestro país”, aseguró. Ese objetivo, dijo, transforma por completo el día a día: “Nuestra vida se resume en trabajar”.
Jornadas extensas y rutinas agotadoras
Gisell reveló la carga horaria que implica su trabajo. “En mi caso son 12 horas diarias y he escuchado casos de personas que trabajan hasta 16 horas”, aseguró.
En su relato, consideró que por ello su día a día se vuelve “agotador y fastidioso”, y que quienes están en su situación terminan sin tiempo ni energías para aprovechar los beneficios que ofrece el país.
“Vivimos sumergidos en una rutina demasiado agotadora y fastidiosa que nos deja sin tiempo y sin ganas de poder salir, aprovechar o disfrutar algo”, comentó.
Pero eso no es todo. También reconoció que, las veces que sí pueden salir, después los “invade un sentimiento de culpa por pensar que ese gasto económico se traduce en más tiempo en EE.UU.”.
La distancia de la familia: una pesada carga emocional para los migrantes
Otro aspecto que mencionó fue el efecto emocional de la distancia con sus seres queridos. Según su visión, esto también contribuye a la sensación de que vivir en Estados Unidos, al menos en ciertas condiciones, no es calidad de vida. “Todo el tiempo estamos pensando y extrañando a nuestras familias”, expresó.
Además, reconoció un temor que la acompaña cada día: que ocurra una desgracia en su país de origen y ella no pueda estar presente con sus seres queridos. “Todos los días nos consume la ansiedad”, dijo.
Por último, agregó que se la pasa “rezando por no recibir una llamada que haga que este ‘sueño americano’ se convierta en una pesadilla”.
Su miedo más grande es que muera alguno de sus familiares mientras está lejos de su tierra natal “y ni siquiera nos podamos despedir”.
Una joven latina en EE.UU. contó que el “sueño americano” no es vida para todos y explicó por qué la experiencia migrante puede volverse difícil. Read More