En 2022, Netflix estrenó El Vigilante, una escalofriante miniserie de siete capítulos que rápidamente captó la atención de millones de espectadores en todo el mundo. Lo que muchos no sabían al verla es que su trama está basada en una historia real ocurrida en Estados Unidos.
Todo comenzó en 2014, cuando Derek y Mary Broaddus compraron lo que creían que era la casa de sus sueños: una imponente vivienda ubicada en el 657 Boulevard de Westfield, un suburbio acomodado de Nueva Jersey. Sin embargo, apenas iniciaron remodelaciones para mudarse junto a sus tres hijos, comenzaron a recibir cartas anónimas firmadas por “The Watcher” (“El Vigilante”), un supuesto guardián de la propiedad que afirmaba estar vigilando la casa “desde hace generaciones”.
“El 657 Boulevard ha pertenecido a mi familia durante décadas y, a medida que se acerca su cumpleaños 110, me han puesto a cargo de vigilarla. ¿Has encontrado ya lo que hay en las paredes? El tiempo lo dirá… Tengo ya los ojos puestos en uno de los niños. ¿A cuál le toca usar la habitación del piso superior? ¿Quién dormirá frente a las ventanas?”, decía una de las primeras cartas.
La correspondencia parecía sacada de una película de terror y algunas veces la familia pensó que se trataba de una broma de algún joven de los alrededores. Pero cada vez más su emisor parecía estar obsesionado con los menores, a quienes denominaba “sangre joven”. La situación se volvió insostenible, por lo que Derek y Mary comenzaron a realizar denuncias a la comisaria local y hasta pagaron a investigadores privados para que dieran con el individuo que los amenazaba.
Los investigadores barajaron varios sospechosos, entre ellos Michael Langford, un vecino que vivía con su madre justo al lado de los Broaddus y cuya familia residía allí desde los años 60, época a la que hacían referencia las cartas. Sin embargo, fue descartado por falta de pruebas. Un análisis de ADN en uno de los sobres arrojó que quien lo había cerrado era una mujer, por lo que se investigó también a Abby Langford, hermana de Michael, sin resultados concluyentes.
El caso incluso atrajo la atención de exagentes del FBI, pero nadie pudo nunca saber la identidad de la persona que enviaba las cartas. Durante años, la familia vivió sumida en la incertidumbre y se enfrentó, además, al escepticismo de vecinos y medios de comunicación, quienes creían que ellos mismos enviaban las cartas en busca de fama.
La incansable lucha de la familia por abandonar la casa que les hizo perder miles de dólares
Los Broaddus intentaron vender la propiedad apenas seis meses después de recibir la primera carta, pero no encontraron comprador. Presentaron una demanda legal contra los antiguos propietarios, la familia Woods, por no haberles informado que también ellos recibieron una carta similar antes de mudarse. Sin embargo, los Woods aseguraron que su única carta fue extraña, pero no amenazante, y que nunca volvieron a recibir correspondencia del supuesto vigilante durante sus 23 años en la casa.
La historia real en la que se inspiró Vigilante, la serie furor de Netflix
Un intento por demoler la casa y construir dos nuevas propiedades fue rechazado por la Junta de Planificación local, lo que agravó aún más la situación económica y emocional de la familia. Por un tiempo lograron alquilar la vivienda, pero el inquilino también recibió una carta y decidió abandonarla. En 2019, cinco años después de la compra, finalmente vendieron la casa por 500 mil dólares menos de lo que habían pagado.
En 2022, Netflix estrenó El Vigilante, una escalofriante miniserie de siete capítulos que rápidamente captó la atención de millones de espectadores en todo el mundo. Lo que muchos no sabían al verla es que su trama está basada en una historia real ocurrida en Estados Unidos.
Todo comenzó en 2014, cuando Derek y Mary Broaddus compraron lo que creían que era la casa de sus sueños: una imponente vivienda ubicada en el 657 Boulevard de Westfield, un suburbio acomodado de Nueva Jersey. Sin embargo, apenas iniciaron remodelaciones para mudarse junto a sus tres hijos, comenzaron a recibir cartas anónimas firmadas por “The Watcher” (“El Vigilante”), un supuesto guardián de la propiedad que afirmaba estar vigilando la casa “desde hace generaciones”.
“El 657 Boulevard ha pertenecido a mi familia durante décadas y, a medida que se acerca su cumpleaños 110, me han puesto a cargo de vigilarla. ¿Has encontrado ya lo que hay en las paredes? El tiempo lo dirá… Tengo ya los ojos puestos en uno de los niños. ¿A cuál le toca usar la habitación del piso superior? ¿Quién dormirá frente a las ventanas?”, decía una de las primeras cartas.
La correspondencia parecía sacada de una película de terror y algunas veces la familia pensó que se trataba de una broma de algún joven de los alrededores. Pero cada vez más su emisor parecía estar obsesionado con los menores, a quienes denominaba “sangre joven”. La situación se volvió insostenible, por lo que Derek y Mary comenzaron a realizar denuncias a la comisaria local y hasta pagaron a investigadores privados para que dieran con el individuo que los amenazaba.
Los investigadores barajaron varios sospechosos, entre ellos Michael Langford, un vecino que vivía con su madre justo al lado de los Broaddus y cuya familia residía allí desde los años 60, época a la que hacían referencia las cartas. Sin embargo, fue descartado por falta de pruebas. Un análisis de ADN en uno de los sobres arrojó que quien lo había cerrado era una mujer, por lo que se investigó también a Abby Langford, hermana de Michael, sin resultados concluyentes.
El caso incluso atrajo la atención de exagentes del FBI, pero nadie pudo nunca saber la identidad de la persona que enviaba las cartas. Durante años, la familia vivió sumida en la incertidumbre y se enfrentó, además, al escepticismo de vecinos y medios de comunicación, quienes creían que ellos mismos enviaban las cartas en busca de fama.
La incansable lucha de la familia por abandonar la casa que les hizo perder miles de dólares
Los Broaddus intentaron vender la propiedad apenas seis meses después de recibir la primera carta, pero no encontraron comprador. Presentaron una demanda legal contra los antiguos propietarios, la familia Woods, por no haberles informado que también ellos recibieron una carta similar antes de mudarse. Sin embargo, los Woods aseguraron que su única carta fue extraña, pero no amenazante, y que nunca volvieron a recibir correspondencia del supuesto vigilante durante sus 23 años en la casa.
La historia real en la que se inspiró Vigilante, la serie furor de Netflix
Un intento por demoler la casa y construir dos nuevas propiedades fue rechazado por la Junta de Planificación local, lo que agravó aún más la situación económica y emocional de la familia. Por un tiempo lograron alquilar la vivienda, pero el inquilino también recibió una carta y decidió abandonarla. En 2019, cinco años después de la compra, finalmente vendieron la casa por 500 mil dólares menos de lo que habían pagado.
Una familia compró en el año 2014 una casa que parecía ser la mansión de sus sueños; sin embargo, al poco tiempo comenzaron a recibir cartas intimidantes que los llevarían a tener que abandonar la vivienda para proteger sus vidas de “El vigilante” Read More