Una película despertó su vocación, a los 17 viajó, trabajó y con los años logró 19 premios: “Lo difícil es saber que sin trabajo dormís en la calle”

Cuando se estrenó esa película, en 1988, Christian Delpech apenas tenía 12 años. Sin embargo, se había quedado impactado por lo que hacía el personaje principal. Fue como un amor a primera viste. Le parecía muy entretenido y

En la película -Cocktail-, Tom Cruise interpretaba a un joven que hacía malabares con su coctelera en un bar para costearse sus estudios de negocios en el City College local. En ese sitio conoció todos los secretos del mundo de los cócteles y se convirtió en un talentoso barman de Nueva York. Los clientes del local, en lugar de exigirle alcohol, estaban totalmente deslumbrados con su actuación y no paraban de halagarlo.

“Si no conseguís trabajo dormís en la calle”

Eso que deseaba Christian era ser un Bartender Flair, personas que utilizan botellas, cocteleras, vasos y otros utensilios de barra para realizar sus trucos y movimientos. Este estilo combina habilidades de coctelería con entretenimiento.

Era tal su deseo que con tan solo 17 años trabajó en dos pubs en San Martín para luego dar el salto a un bar en Nuñez. Pero no era suficiente, buscaba nuevos desafíos y 10 años después de saber lo que quería hacer emprendió camino a Tenerife, España, con pasaje abierto y pocos euros. ¿Serían tres meses suficientes? Los primeros trabajos llegaron en un rubro totalmente distinto, pero en la construcción se podían ganar algunos billetes para no pasarla tan mail y, así, seguir: “Se me cruzó solo por un momento volver, pero junté fuerzas y salí adelante. Las sensaciones eran de incertidumbre, pero eso mismo era lo que lo hacía desafiante e interesante. A esa edad no le tenía miedo a nada, y solo miraba el objetivo a lograr. En la Argentina, mi familia no estaba muy bien económicamente y tenía que ayudar a mi madre y mis hermanos, por lo que no contaba con muchas opciones. Eso me ayudó mucho a poder lidiar con la vida en circunstancias difíciles, y manejar esa presión. No hay nada más difícil que saber que si no conseguís trabajo dormís en la calle”.

Gracias a su capacidad, ganas, persistencia y la convicción de que no podía rendirse, logró trabajar de bartender en Tenerife, Madrid e Ibiza. “Me fue muy bien, fueron años llenos de experiencias y lindas anécdotas. Pero, por otro lado, fue muy duro alejarme de la familia y de mis amigos”.

“Permanecí 14 años en Las Vegas”

En el 2000 Christian ganó su primer campeonato mundial en Estados Unidos como Flair Bartender, algo que describe como una experiencia “increíble” ya que sentía que estaba viviendo en un cuento de hadas. “Solo pensaba en el próximo paso y torneo. Estaba demasiado enfocado. Competí contra Bartenders de todo el mundo, muchos idiomas y culturas diferentes, fue una experiencia única e inolvidable. Los trucos que hice eran sutiles, nuevos para muchos y lo que marcó la diferencia fue la rutina en su totalidad. Recuerdo que cuando terminó mi rutina todos se quedaron en silencio y el jurado dijo: ´Smooth´, alargando la palabra, lo que significa sutil, algo que es muy difícil de lograr en el Flair”, se enorgullece.

Sin embargo, el gran salto llegó cuando lo invitaron a competir en Las Vegas en el “Legends of Bartending”, donde solo participa un selecto grupo de profesionales. “Gané ese mundial en la Categoría Profesional y de ahí cambió todo. Me ofrecieron trabajo en el Caesar’s Palace junto a mi gran amigo Juan Llorente (compitieron en equipo) y permanecí 14 años en Las Vegas”.

¿Qué trucos hace?

En 2015 se mudó a Miami y asumió el rol de Head Bartender en la reconocida coctelería Sweet Liberty, liderando tanto el servicio como la gestión interna. Trabajó como Bartender invitado (guest bartending) en numerosos bares del mundo y actualmente también opera Bar Spanglish en Miami.

Los tragos más característicos que sirve son “Un Beso Más”, “Mezcalicus” y “Samba Noir”. “Ya no creo más acrobacias con la coctelera, pero cuando creaba trucos de Flair, básicamente, me venían a la mente en todo momento, cada vez que veía algún movimiento de baile, malabares, magia, se me ocurría alguna “coreo”. Estaba muy obsesionado y enfocado en el Flair.

Christian obtuvo 19 campeonatos mundiales y participó en más de 60 competencias internacionales dejando a nuestro país con la mayor cantidad de títulos mundiales de Flair.

“Obviamente, bajé a la realidad cuando me retiré de las competencias y, mirando hacia atrás, lo siento como algo muy satisfactorio. Tuve la chance de visitar más de 45 países dando exhibiciones, entrenado bartenders, siendo juez en diferentes torneos y dejándome muchas experiencias inolvidables”.

A la hora de analizar las claves para convertirse en un buen Flair Bartender, Christian hace hincapié en la importancia de entrenar mucho e insistir con los trucos que “nos salen a la perfección detrás del bar, eso es fundamental. Se entrena en casa y se realizan en el bar”.

¿Qué objetivos tenés hacia adelante?

Hacer, junto con el equipo de Presidente Bar Miami, un lugar donde la gente se vaya siempre con una sonrisa, que lo considere una experiencia inolvidable y no vea la hora de volver.

¿Con qué soñás?

Con una vida relajada, cerca del mar, con paz y buenos momentos.

Un mensaje para las personas que no están seguros de ir tras sus sueños

Que ningún sueño llega fácil, que todo lo bueno cuesta y que muchas veces nos rendimos justo antes de llegar. Para lograr los sueños, siempre hay que sacrificar cosas y, sobre todo, nunca perder el foco.

Cuando se estrenó esa película, en 1988, Christian Delpech apenas tenía 12 años. Sin embargo, se había quedado impactado por lo que hacía el personaje principal. Fue como un amor a primera viste. Le parecía muy entretenido y

En la película -Cocktail-, Tom Cruise interpretaba a un joven que hacía malabares con su coctelera en un bar para costearse sus estudios de negocios en el City College local. En ese sitio conoció todos los secretos del mundo de los cócteles y se convirtió en un talentoso barman de Nueva York. Los clientes del local, en lugar de exigirle alcohol, estaban totalmente deslumbrados con su actuación y no paraban de halagarlo.

“Si no conseguís trabajo dormís en la calle”

Eso que deseaba Christian era ser un Bartender Flair, personas que utilizan botellas, cocteleras, vasos y otros utensilios de barra para realizar sus trucos y movimientos. Este estilo combina habilidades de coctelería con entretenimiento.

Era tal su deseo que con tan solo 17 años trabajó en dos pubs en San Martín para luego dar el salto a un bar en Nuñez. Pero no era suficiente, buscaba nuevos desafíos y 10 años después de saber lo que quería hacer emprendió camino a Tenerife, España, con pasaje abierto y pocos euros. ¿Serían tres meses suficientes? Los primeros trabajos llegaron en un rubro totalmente distinto, pero en la construcción se podían ganar algunos billetes para no pasarla tan mail y, así, seguir: “Se me cruzó solo por un momento volver, pero junté fuerzas y salí adelante. Las sensaciones eran de incertidumbre, pero eso mismo era lo que lo hacía desafiante e interesante. A esa edad no le tenía miedo a nada, y solo miraba el objetivo a lograr. En la Argentina, mi familia no estaba muy bien económicamente y tenía que ayudar a mi madre y mis hermanos, por lo que no contaba con muchas opciones. Eso me ayudó mucho a poder lidiar con la vida en circunstancias difíciles, y manejar esa presión. No hay nada más difícil que saber que si no conseguís trabajo dormís en la calle”.

Gracias a su capacidad, ganas, persistencia y la convicción de que no podía rendirse, logró trabajar de bartender en Tenerife, Madrid e Ibiza. “Me fue muy bien, fueron años llenos de experiencias y lindas anécdotas. Pero, por otro lado, fue muy duro alejarme de la familia y de mis amigos”.

“Permanecí 14 años en Las Vegas”

En el 2000 Christian ganó su primer campeonato mundial en Estados Unidos como Flair Bartender, algo que describe como una experiencia “increíble” ya que sentía que estaba viviendo en un cuento de hadas. “Solo pensaba en el próximo paso y torneo. Estaba demasiado enfocado. Competí contra Bartenders de todo el mundo, muchos idiomas y culturas diferentes, fue una experiencia única e inolvidable. Los trucos que hice eran sutiles, nuevos para muchos y lo que marcó la diferencia fue la rutina en su totalidad. Recuerdo que cuando terminó mi rutina todos se quedaron en silencio y el jurado dijo: ´Smooth´, alargando la palabra, lo que significa sutil, algo que es muy difícil de lograr en el Flair”, se enorgullece.

Sin embargo, el gran salto llegó cuando lo invitaron a competir en Las Vegas en el “Legends of Bartending”, donde solo participa un selecto grupo de profesionales. “Gané ese mundial en la Categoría Profesional y de ahí cambió todo. Me ofrecieron trabajo en el Caesar’s Palace junto a mi gran amigo Juan Llorente (compitieron en equipo) y permanecí 14 años en Las Vegas”.

¿Qué trucos hace?

En 2015 se mudó a Miami y asumió el rol de Head Bartender en la reconocida coctelería Sweet Liberty, liderando tanto el servicio como la gestión interna. Trabajó como Bartender invitado (guest bartending) en numerosos bares del mundo y actualmente también opera Bar Spanglish en Miami.

Los tragos más característicos que sirve son “Un Beso Más”, “Mezcalicus” y “Samba Noir”. “Ya no creo más acrobacias con la coctelera, pero cuando creaba trucos de Flair, básicamente, me venían a la mente en todo momento, cada vez que veía algún movimiento de baile, malabares, magia, se me ocurría alguna “coreo”. Estaba muy obsesionado y enfocado en el Flair.

Christian obtuvo 19 campeonatos mundiales y participó en más de 60 competencias internacionales dejando a nuestro país con la mayor cantidad de títulos mundiales de Flair.

“Obviamente, bajé a la realidad cuando me retiré de las competencias y, mirando hacia atrás, lo siento como algo muy satisfactorio. Tuve la chance de visitar más de 45 países dando exhibiciones, entrenado bartenders, siendo juez en diferentes torneos y dejándome muchas experiencias inolvidables”.

A la hora de analizar las claves para convertirse en un buen Flair Bartender, Christian hace hincapié en la importancia de entrenar mucho e insistir con los trucos que “nos salen a la perfección detrás del bar, eso es fundamental. Se entrena en casa y se realizan en el bar”.

¿Qué objetivos tenés hacia adelante?

Hacer, junto con el equipo de Presidente Bar Miami, un lugar donde la gente se vaya siempre con una sonrisa, que lo considere una experiencia inolvidable y no vea la hora de volver.

¿Con qué soñás?

Con una vida relajada, cerca del mar, con paz y buenos momentos.

Un mensaje para las personas que no están seguros de ir tras sus sueños

Que ningún sueño llega fácil, que todo lo bueno cuesta y que muchas veces nos rendimos justo antes de llegar. Para lograr los sueños, siempre hay que sacrificar cosas y, sobre todo, nunca perder el foco.

 Una película de 1988 lo dejó tan impactado que decidió que cumpliría su sueño, sin embargo, pasó momentos muy difíciles hasta lograrlo  Read More