Australia dejó sin invicto a los British and Irish Lions en un partido repleto de interrupciones

Se llevaron el del honor. Australia dio un paso al frente en personalidad y carácter y derrotó a los British and Irish Lions por 22-12 en el último test de la serie. Los europeos, que estaban invictos en su gira por Oceanía, levantaron la copa, pero los Wallabies dieron señales de reacción y optimismo en la construcción del equipo de cara al Mundial de Australia 2027. Necesitaban una victoria como la de esta sábado para confirmar su progreso.

El local jugó bajo sus propios términos en Sídney y el clima colaboró para que esto sucediera. Un juego lento y físico dominado por Will Skelton, el gigante segunda línea que salió a la cancha con la misión de poner a su equipo adelante y también de ensuciar y entorpecer cada acción rival. Además de su aporte en las formaciones fijas, su rol preponderante fue el de presionar y accionar contra los jugadores de los British and Irish Lions, que cayeron en la trampa y se involucraron en cada trifulca. Se vio beneficiada, así, la búsqueda de los Wallabies, que se adaptaron mejor a las circunstancias y se fueron arriba al descanso 8-0 gracias al try de Dylan Pietsch, una de las modificaciones en el equipo titular.

Fue un encuentro accidentado, repleto de incidencias y detenciones. A la conmoción cerebral que sufrió Maro Itoje, que lo obligó a salir reemplazado a los 27 minutos del primer tiempo, luego se sumaron las de Tom Lynagh y James Ryan. Para colmo, el partido se detuvo por más de media hora por una tormenta eléctrica que azotó el Allianz Stadium de Sídney. Las cámaras de los vestuarios mostraron el desconcierto de los jugadores en el corte: Finn Russell riéndose con su celular y Tadhg Furlong junto a Bundee Aki y Jamison-Gibson Park, relajados en un puf esperando la reanudación.

Los Lions volvieron peor de ese largo parate. No entraron en ritmo y no lograron hilvanar secuencias positivas. Con oportunismo, Max Jorgensen aprovechó un error en la carrera de Bundee Aki y aumentó la ventaja tras el reinicio. Los conducidos por Andy Farrell corrieron siempre de atrás y los descuentos de Jac Morgan y Will Stuart fueron para decorar el marcador. Los Wallabies se reagruparon bien y llevaron el partido a su terreno, con carreras frontales y sin tomar demasiados riesgos. Nic White fue el director que necesitaban adentro de la cancha: el excéntrico medioscrum utilizó el pie de manera brillante y fue el mejor de la noche en lo que significó su despedida, tras 12 años y 73 tests representando a los Wallabies. Nick Frost fue una pesadilla en el lineout y robó cuatro pelotas en la hilera. El ingreso del incansable Tom Hooper también potenció al pack de forwards.

En época de vacas flacas, a los Wallabies les cabe mejor el traje de este equipo combativo y luchador. Lejos de su ADN histórico, pero se adapta mejor a su actualidad y a sus jugadores. Tienen el talento para generar peligro por afuera, como el try brillante que definió Tom Wright hace siete días, en Melbourne, aunque empezaron a solidificar sus bases con un juego más austero. No deja de ser un plantel joven, en construcción, a prácticamente dos años de recibir la próxima copa del mundo. En el corto plazo está el Rugby Championship y debutarán ni más ni menos que ante los Springboks, en una serie de dos partidos en Sudáfrica, el 16 y 23 de agosto. Luego recibirán a los Pumas y cerrarán el torneo ante los All Blacks.

Los British and Irish Lions se conformaron con ganar la serie, que no es poco para un combinado que suele perder más de lo que triunfa. Pero esta gira deja una sensación ambigua. Andy Farrell no explotó el potencial de este equipo que agrupa a los mejores jugadores de Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales. En su único amistoso en Europa cayeron ante los Pumas y en el último test no dieron la talla ante los Wallabies. En el medio, ocho victorias. En la mayoría de ellas les alcanzó con poco para ganar. El talentoso Finn Russell fue elegido como el jugador de la serie. Lo mejor de su repertorio se vio en el primer duelo ante los Wallabies y también en lapsos del segundo, cuando los europeos se lanzaron a jugar.

Desde 1974 los Lions no terminan invictos la serie de test matches y esta vez tampoco fue la excepción. En el 2029 volverán a juntarse para visitar Nueva Zelanda. Para eso falta un largo tramo. Por lo pronto, la última imagen será la del estoico Maro Itoje levantando la copa.

Síntesis

Australia: Tom Wright; Max Jorgensen, Joseph-Aukuso Suaalii, Len Ikitau y Dylan Pietsch; Tom Lynagh y Nic White; Fraser McReight, Harry Wilson (capitán) y Tom Hooper; Will Skelton y Nick Frost; Taniela Tupou, Billy Pollard y James Slipper

Cambios: PT: 33´ Ben Donaldson por Lynagh. ST: 17´ Angus Bell por Slipper, 19´ Tate McDermott por White, 20´ Zane Nonggorr por Tupou, 23´ Jeremy Williams por Skelton, 32´ Brandon Paenga-Amosa por Pollard, 37´ Langi Gleeson por Hooper y Andrew Kellaway por Jorgenden.

Entrenador: Joe Schmidt

British and Irish Lions: Hugo Keenan; Tommy Freeman, Huw Jones, Bundee Aki y Blair Kinghorn; Finn Russell y Jamison Gibson-Park; Tom Curry, Jack Conan y Tadhg Beirne; James Ryan y Maro Itoje (capitán); Tadhg Furlong, Dan Sheehan y Andrew Porter.

Cambios: PT:27´ Ollie Chessum por Itoje, 37´Owen Farrell por Freeman. ST: 2´Jac Morgan por Ryan y Ellis Genge por Porter, 17´ Ronan Kelleher por Sheehan, 19´Will Stuart por Furlong, 23´ Ben Earl por Conan, 31´ Alex Mitchell por Gibson Park.

Entrenador: Andy Farrell.

Primer tiempo: 7 minutos try de Pietsch (A), 33´ penal de Lynagh (A). Resultado parcial: Australia 8-0 British and Irish Lions.

Segundo tiempo: 14´gol de Donaldson por try de Jorgensen (A), 22´ gol de Russell por try de Morgan (BIL), 30´ gol de Donaldson por try de McDermott (A), 80´ try de Stuart (BIL). Resultado parcial: Australia 14-12 British and Irish Lons.

Incidencia: 28´ Amarilla a Kelleher (BIL)

Árbitro: Nika Amashukeli (Georgia)

Estadio: Allianz Stadium, Sídney

Se llevaron el del honor. Australia dio un paso al frente en personalidad y carácter y derrotó a los British and Irish Lions por 22-12 en el último test de la serie. Los europeos, que estaban invictos en su gira por Oceanía, levantaron la copa, pero los Wallabies dieron señales de reacción y optimismo en la construcción del equipo de cara al Mundial de Australia 2027. Necesitaban una victoria como la de esta sábado para confirmar su progreso.

El local jugó bajo sus propios términos en Sídney y el clima colaboró para que esto sucediera. Un juego lento y físico dominado por Will Skelton, el gigante segunda línea que salió a la cancha con la misión de poner a su equipo adelante y también de ensuciar y entorpecer cada acción rival. Además de su aporte en las formaciones fijas, su rol preponderante fue el de presionar y accionar contra los jugadores de los British and Irish Lions, que cayeron en la trampa y se involucraron en cada trifulca. Se vio beneficiada, así, la búsqueda de los Wallabies, que se adaptaron mejor a las circunstancias y se fueron arriba al descanso 8-0 gracias al try de Dylan Pietsch, una de las modificaciones en el equipo titular.

Fue un encuentro accidentado, repleto de incidencias y detenciones. A la conmoción cerebral que sufrió Maro Itoje, que lo obligó a salir reemplazado a los 27 minutos del primer tiempo, luego se sumaron las de Tom Lynagh y James Ryan. Para colmo, el partido se detuvo por más de media hora por una tormenta eléctrica que azotó el Allianz Stadium de Sídney. Las cámaras de los vestuarios mostraron el desconcierto de los jugadores en el corte: Finn Russell riéndose con su celular y Tadhg Furlong junto a Bundee Aki y Jamison-Gibson Park, relajados en un puf esperando la reanudación.

Los Lions volvieron peor de ese largo parate. No entraron en ritmo y no lograron hilvanar secuencias positivas. Con oportunismo, Max Jorgensen aprovechó un error en la carrera de Bundee Aki y aumentó la ventaja tras el reinicio. Los conducidos por Andy Farrell corrieron siempre de atrás y los descuentos de Jac Morgan y Will Stuart fueron para decorar el marcador. Los Wallabies se reagruparon bien y llevaron el partido a su terreno, con carreras frontales y sin tomar demasiados riesgos. Nic White fue el director que necesitaban adentro de la cancha: el excéntrico medioscrum utilizó el pie de manera brillante y fue el mejor de la noche en lo que significó su despedida, tras 12 años y 73 tests representando a los Wallabies. Nick Frost fue una pesadilla en el lineout y robó cuatro pelotas en la hilera. El ingreso del incansable Tom Hooper también potenció al pack de forwards.

En época de vacas flacas, a los Wallabies les cabe mejor el traje de este equipo combativo y luchador. Lejos de su ADN histórico, pero se adapta mejor a su actualidad y a sus jugadores. Tienen el talento para generar peligro por afuera, como el try brillante que definió Tom Wright hace siete días, en Melbourne, aunque empezaron a solidificar sus bases con un juego más austero. No deja de ser un plantel joven, en construcción, a prácticamente dos años de recibir la próxima copa del mundo. En el corto plazo está el Rugby Championship y debutarán ni más ni menos que ante los Springboks, en una serie de dos partidos en Sudáfrica, el 16 y 23 de agosto. Luego recibirán a los Pumas y cerrarán el torneo ante los All Blacks.

Los British and Irish Lions se conformaron con ganar la serie, que no es poco para un combinado que suele perder más de lo que triunfa. Pero esta gira deja una sensación ambigua. Andy Farrell no explotó el potencial de este equipo que agrupa a los mejores jugadores de Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales. En su único amistoso en Europa cayeron ante los Pumas y en el último test no dieron la talla ante los Wallabies. En el medio, ocho victorias. En la mayoría de ellas les alcanzó con poco para ganar. El talentoso Finn Russell fue elegido como el jugador de la serie. Lo mejor de su repertorio se vio en el primer duelo ante los Wallabies y también en lapsos del segundo, cuando los europeos se lanzaron a jugar.

Desde 1974 los Lions no terminan invictos la serie de test matches y esta vez tampoco fue la excepción. En el 2029 volverán a juntarse para visitar Nueva Zelanda. Para eso falta un largo tramo. Por lo pronto, la última imagen será la del estoico Maro Itoje levantando la copa.

Síntesis

Australia: Tom Wright; Max Jorgensen, Joseph-Aukuso Suaalii, Len Ikitau y Dylan Pietsch; Tom Lynagh y Nic White; Fraser McReight, Harry Wilson (capitán) y Tom Hooper; Will Skelton y Nick Frost; Taniela Tupou, Billy Pollard y James Slipper

Cambios: PT: 33´ Ben Donaldson por Lynagh. ST: 17´ Angus Bell por Slipper, 19´ Tate McDermott por White, 20´ Zane Nonggorr por Tupou, 23´ Jeremy Williams por Skelton, 32´ Brandon Paenga-Amosa por Pollard, 37´ Langi Gleeson por Hooper y Andrew Kellaway por Jorgenden.

Entrenador: Joe Schmidt

British and Irish Lions: Hugo Keenan; Tommy Freeman, Huw Jones, Bundee Aki y Blair Kinghorn; Finn Russell y Jamison Gibson-Park; Tom Curry, Jack Conan y Tadhg Beirne; James Ryan y Maro Itoje (capitán); Tadhg Furlong, Dan Sheehan y Andrew Porter.

Cambios: PT:27´ Ollie Chessum por Itoje, 37´Owen Farrell por Freeman. ST: 2´Jac Morgan por Ryan y Ellis Genge por Porter, 17´ Ronan Kelleher por Sheehan, 19´Will Stuart por Furlong, 23´ Ben Earl por Conan, 31´ Alex Mitchell por Gibson Park.

Entrenador: Andy Farrell.

Primer tiempo: 7 minutos try de Pietsch (A), 33´ penal de Lynagh (A). Resultado parcial: Australia 8-0 British and Irish Lions.

Segundo tiempo: 14´gol de Donaldson por try de Jorgensen (A), 22´ gol de Russell por try de Morgan (BIL), 30´ gol de Donaldson por try de McDermott (A), 80´ try de Stuart (BIL). Resultado parcial: Australia 14-12 British and Irish Lons.

Incidencia: 28´ Amarilla a Kelleher (BIL)

Árbitro: Nika Amashukeli (Georgia)

Estadio: Allianz Stadium, Sídney

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