Los astrónomos crearon una animación extraordinaria del momento en que un agujero negro devora una estrella, después de detectar lo que creen que es un tipo extremadamente inusual de agujero negro a través del Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio de Rayos X Chandra de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
De acuerdo con información brindada por la agencia espacial del gobierno de Estados Unidos, se trata de una clase inusual de agujeros negros llamados de masa intermedia (IMBH), que son difíciles de captar. Esta categoría suele ser invisible porque los IMBH no absorben tanto gas y estrellas como los supermasivos, que emiten una potente radiación. Es necesario atraparlos en plena búsqueda de alimento para encontrarlos. Cuando ocasionalmente devoran una estrella desfavorecida que se encuentra cerca —en lo que los astrónomos denominan un evento de disrupción de marea—, liberan una oleada de radiación.
Los IMBH son un punto intermedio entre los agujeros negros de masa estelar y los agujeros negros supermasivos. Los agujeros negros aumentan su masa al colisionar y fusionarse entre sí o al consumir estrellas. Con el tiempo, las colisiones entre agujeros negros de masa estelar deberían haber creado otros de masa intermedia, con una que oscila entre 100 y 100.000 veces la del Sol. Sin embargo, todavía es difícil confirmar para la NASA la existencia de estos agujeros negros de tamaño mediano, a pesar de la búsqueda activa de los científicos.
Cabe destacar que, apenas unos años después de su lanzamiento en 1990, el Telescopio Hubble descubrió que las galaxias de todo el universo pueden contener agujeros negros supermasivos en sus centros, con una masa de millones o miles de millones de veces la del Sol. Estos se forman cuando las estrellas masivas llegan al final de sus vidas.
Además, según se describe en un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal, el IMBH que fue captado se encuentra en las afueras de la galaxia NGC 6099, a aproximadamente 40.000 años luz de su centro. La galaxia se encuentra a unos 450 millones de años luz de distancia, en la constelación de Hércules.
Los astrónomos vieron por primera vez una fuente inusual de rayos X en una imagen tomada por Chandra, en 2009. Luego, siguieron su evolución con el observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA). “Las fuentes de rayos X con una luminosidad tan extrema son poco comunes fuera de los núcleos galácticos y pueden servir como una sonda clave para identificar los esquivos IMBH. Representan un eslabón perdido crucial en la evolución de los agujeros negros entre la masa estelar y los agujeros negros supermasivos”, afirmó Yi-Chi Chang, de la Universidad Nacional Tsing Hua (Hsinchu, Taiwán), quien es el autor principal de estudio.
La emisión de rayos X proveniente de NGC 6099 HLX-1 tiene una temperatura de tres millones de grados, lo que coincide con un evento de disrupción de marea. El Hubble encontró evidencia de un pequeño cúmulo de estrellas alrededor del agujero negro. Este cúmulo le daría al agujero negro mucho de qué alimentarse, ya que las estrellas están tan juntas que se encuentran a tan solo unos meses luz de distancia (unos 800.000 millones de kilómetros).
El presunto IMBH alcanzó su máximo brillo en 2012 y continuó disminuyendo hasta 2023. Las observaciones ópticas y de rayos X durante este período no se superponen, lo que complica la interpretación. El agujero negro podría haber desgarrado una estrella capturada y creó un disco de plasma con variabilidad, o podría haber formado un disco que parpadea a medida que el gas se precipita hacia el agujero negro. Los especialistas continuarán con la observación y la investigación para develar el misterio.
Los astrónomos crearon una animación extraordinaria del momento en que un agujero negro devora una estrella, después de detectar lo que creen que es un tipo extremadamente inusual de agujero negro a través del Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio de Rayos X Chandra de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
De acuerdo con información brindada por la agencia espacial del gobierno de Estados Unidos, se trata de una clase inusual de agujeros negros llamados de masa intermedia (IMBH), que son difíciles de captar. Esta categoría suele ser invisible porque los IMBH no absorben tanto gas y estrellas como los supermasivos, que emiten una potente radiación. Es necesario atraparlos en plena búsqueda de alimento para encontrarlos. Cuando ocasionalmente devoran una estrella desfavorecida que se encuentra cerca —en lo que los astrónomos denominan un evento de disrupción de marea—, liberan una oleada de radiación.
Los IMBH son un punto intermedio entre los agujeros negros de masa estelar y los agujeros negros supermasivos. Los agujeros negros aumentan su masa al colisionar y fusionarse entre sí o al consumir estrellas. Con el tiempo, las colisiones entre agujeros negros de masa estelar deberían haber creado otros de masa intermedia, con una que oscila entre 100 y 100.000 veces la del Sol. Sin embargo, todavía es difícil confirmar para la NASA la existencia de estos agujeros negros de tamaño mediano, a pesar de la búsqueda activa de los científicos.
Cabe destacar que, apenas unos años después de su lanzamiento en 1990, el Telescopio Hubble descubrió que las galaxias de todo el universo pueden contener agujeros negros supermasivos en sus centros, con una masa de millones o miles de millones de veces la del Sol. Estos se forman cuando las estrellas masivas llegan al final de sus vidas.
Además, según se describe en un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal, el IMBH que fue captado se encuentra en las afueras de la galaxia NGC 6099, a aproximadamente 40.000 años luz de su centro. La galaxia se encuentra a unos 450 millones de años luz de distancia, en la constelación de Hércules.
Los astrónomos vieron por primera vez una fuente inusual de rayos X en una imagen tomada por Chandra, en 2009. Luego, siguieron su evolución con el observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA). “Las fuentes de rayos X con una luminosidad tan extrema son poco comunes fuera de los núcleos galácticos y pueden servir como una sonda clave para identificar los esquivos IMBH. Representan un eslabón perdido crucial en la evolución de los agujeros negros entre la masa estelar y los agujeros negros supermasivos”, afirmó Yi-Chi Chang, de la Universidad Nacional Tsing Hua (Hsinchu, Taiwán), quien es el autor principal de estudio.
La emisión de rayos X proveniente de NGC 6099 HLX-1 tiene una temperatura de tres millones de grados, lo que coincide con un evento de disrupción de marea. El Hubble encontró evidencia de un pequeño cúmulo de estrellas alrededor del agujero negro. Este cúmulo le daría al agujero negro mucho de qué alimentarse, ya que las estrellas están tan juntas que se encuentran a tan solo unos meses luz de distancia (unos 800.000 millones de kilómetros).
El presunto IMBH alcanzó su máximo brillo en 2012 y continuó disminuyendo hasta 2023. Las observaciones ópticas y de rayos X durante este período no se superponen, lo que complica la interpretación. El agujero negro podría haber desgarrado una estrella capturada y creó un disco de plasma con variabilidad, o podría haber formado un disco que parpadea a medida que el gas se precipita hacia el agujero negro. Los especialistas continuarán con la observación y la investigación para develar el misterio.
Se trata de una clase inusual de agujeros negros llamados de masa intermedia (IMBH), que son difíciles de captar; el tamaño de la masa es inferior a 100 veces la del Sol, según la NASA Read More