El Urban Dictionary define al vínculo DADT como “una estructura de relación en la que a una persona en pareja se le permite tener relaciones sexuales o románticas con otras personas con la condición de que su pareja desconozca dichas relaciones y no conozca a ninguna de esas otras personas”.
La sigla representa la frase “Don’t Ask, Don’t Tell”, cuya traducción al español es “no preguntes, no cuentes”. En estas relaciones, el acuerdo es que ambos miembros consienten una dinámica en la que son libres de buscar y participar en otros vínculos −ya sea románticos o íntimos−, con la excepción de no hablar sobre ellos.
Precisamente, esta falta de transparencia es lo que lo diferencia de otros tipos de acuerdos no monógamos. Los DADT desafían la franqueza y la honestidad que se fomenta típicamente en la no monogamia. ¿El propósito? Quienes lo implementan aseguran que la finalidad es evitar hablar sobre temas que podrían generar incomodidades, celos o tensiones en la relación.
Los tipos de magnesio que aumentan la energía y ayudan a dormir de corrido
El trasfondo de las relaciones no monógamas
Para reflejar el auge por los vínculos abiertos, la aplicación de citas Gleeden reveló en un informe publicado meses atrás que el 52% de los argentinos encuestados ha experimentado relaciones fuera de la monogamia. Las formas más comunes de esta experimentación, informaron, son la infidelidad (27%) y las relaciones abiertas (26%). Y la tendencia no se limita a las generaciones más jóvenes; el escrito indica que personas mayores de 50 años también están desafiando los estereotipos y adoptando nuevas formas de relacionarse.
“El vínculo monogámico y el matrimonio perdieron obligatoriedad. Años atrás eran formas de relacionarse que atravesaban absolutamente a todos los vínculos y los convertían en socialmente adecuados y aceptados”, explica la sexóloga y licenciada en Psicología, Sandra López. Desde su punto de vista, estas nuevas dinámicas no son totalmente nuevas: existieron desde siempre, solo que ahora son vistos de forma más permisiva.
Este cambio en la forma de relacionarse, señala la experta, responde a generaciones que crecieron observando y criticando cómo las relaciones de sus padres y abuelos se estructuraban en torno de compromisos rígidos y roles tradicionales; algo que en la actualidad gran parte del público juvenil considera obsoleto y lejano.
“Tengo 93 años, pero parezco de 40 gracias a estos hábitos que seguí en mi vida”
También podría ser el reflejo de la necesidad de nombrar nuevas formas de amar, vincularse y desapegarse que surgen en un contexto nunca antes visto: una sociedad atravesada por la tecnología, las redes sociales y una mayor búsqueda de libertad personal. Siglas y neologismos como DADT no solo describen comportamientos, sino que habilitan conversaciones más abiertas sobre consentimientos, límites y expectativas en las relaciones.
Victoria Almiroty, licenciada en Psicología, reconoce como cierta la tendencia que hay hacia la informalidad y lo no monogámico. Y, además, destaca como factor importante en este cambio social a la distorsión que aparece con el uso de la tecnología: “Hay una necesidad de inmediatez, de que las cosas lleguen ya y ahora. Quieren que todo sea rápido, pero un vínculo es como en la cocina… se hace a fuego lento”.
El Urban Dictionary define al vínculo DADT como “una estructura de relación en la que a una persona en pareja se le permite tener relaciones sexuales o románticas con otras personas con la condición de que su pareja desconozca dichas relaciones y no conozca a ninguna de esas otras personas”.
La sigla representa la frase “Don’t Ask, Don’t Tell”, cuya traducción al español es “no preguntes, no cuentes”. En estas relaciones, el acuerdo es que ambos miembros consienten una dinámica en la que son libres de buscar y participar en otros vínculos −ya sea románticos o íntimos−, con la excepción de no hablar sobre ellos.
Precisamente, esta falta de transparencia es lo que lo diferencia de otros tipos de acuerdos no monógamos. Los DADT desafían la franqueza y la honestidad que se fomenta típicamente en la no monogamia. ¿El propósito? Quienes lo implementan aseguran que la finalidad es evitar hablar sobre temas que podrían generar incomodidades, celos o tensiones en la relación.
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El trasfondo de las relaciones no monógamas
Para reflejar el auge por los vínculos abiertos, la aplicación de citas Gleeden reveló en un informe publicado meses atrás que el 52% de los argentinos encuestados ha experimentado relaciones fuera de la monogamia. Las formas más comunes de esta experimentación, informaron, son la infidelidad (27%) y las relaciones abiertas (26%). Y la tendencia no se limita a las generaciones más jóvenes; el escrito indica que personas mayores de 50 años también están desafiando los estereotipos y adoptando nuevas formas de relacionarse.
“El vínculo monogámico y el matrimonio perdieron obligatoriedad. Años atrás eran formas de relacionarse que atravesaban absolutamente a todos los vínculos y los convertían en socialmente adecuados y aceptados”, explica la sexóloga y licenciada en Psicología, Sandra López. Desde su punto de vista, estas nuevas dinámicas no son totalmente nuevas: existieron desde siempre, solo que ahora son vistos de forma más permisiva.
Este cambio en la forma de relacionarse, señala la experta, responde a generaciones que crecieron observando y criticando cómo las relaciones de sus padres y abuelos se estructuraban en torno de compromisos rígidos y roles tradicionales; algo que en la actualidad gran parte del público juvenil considera obsoleto y lejano.
“Tengo 93 años, pero parezco de 40 gracias a estos hábitos que seguí en mi vida”
También podría ser el reflejo de la necesidad de nombrar nuevas formas de amar, vincularse y desapegarse que surgen en un contexto nunca antes visto: una sociedad atravesada por la tecnología, las redes sociales y una mayor búsqueda de libertad personal. Siglas y neologismos como DADT no solo describen comportamientos, sino que habilitan conversaciones más abiertas sobre consentimientos, límites y expectativas en las relaciones.
Victoria Almiroty, licenciada en Psicología, reconoce como cierta la tendencia que hay hacia la informalidad y lo no monogámico. Y, además, destaca como factor importante en este cambio social a la distorsión que aparece con el uso de la tecnología: “Hay una necesidad de inmediatez, de que las cosas lleguen ya y ahora. Quieren que todo sea rápido, pero un vínculo es como en la cocina… se hace a fuego lento”.
Es una estructura en la que una persona puede tener relaciones adicionales sin que su pareja lo sepa, desafiando la transparencia típica de la no monogamia Read More