WASHINGTON.- La entrada en vigor este jueves de los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a decenas de países tendrá consecuencias económicas para ellos y Estados Unidos, pero todavía queda por ver quién pagará realmente la factura.
Qué son los aranceles y cómo funcionan
Un arancel es esencialmente un recargo gubernamental sobre los productos importados de otros países. Trump y sus asesores afirman que su objetivo es que los gravámenes sean tan costosos que terminen obligando a las empresas a fabricar sus productos en Estados Unidos. Argumentan que así se crearán más puestos de trabajo en suelo estadounidense y subirán los salarios.
Pero Trump también describió los aranceles como una herramienta polivalente para extraer concesiones de otros países. El presidente también sostiene que los aranceles van a recaudar enormes sumas de ingresos que el gobierno podrá utilizar para pagar recortes fiscales internos.
Los economistas sostienen que los aranceles no pueden cumplir al mismo tiempo con todas las metas que se ha propuesto Trump. Incluso, varios de esos objetivos son contradictorios. Las mismas tarifas que buscan impulsar la producción en Estados Unidos están, en la práctica, complicando a los propios fabricantes, al encarecer los insumos y generar interrupciones en sus cadenas de suministro.
Desde un aumento de los precios para los consumidores, hasta la reducción de los márgenes para las empresas y la pérdida de competitividad, este es el panorama sobre los principales afectados por las tarifas aduaneras del magnate republicano.
¿Cómo funcionan? Por ejemplo: si Walmart importa un par de zapatos de 100 dólares de Vietnam —que se enfrenta a un arancel del 20 por ciento según los términos de un acuerdo comercial preliminar—, Walmart le va a deber 20 dólares en aranceles al gobierno estadounidense.
¿Qué ocurrirá después?
Walmart podría intentar cargar el costo al fabricante vietnamita de calzado diciéndole que Walmart ha decidido pagar menos por el producto.Walmart podría reducir su propio margen de ganancia y absorber el costo del arancel.Walmart podría subir el precio del calzado en sus tiendas.Alguna combinación de las anteriores.
Los consumidores en EE.UU.
Frente a gravámenes del 15% a los autos japoneses, 20% sobre las remeras de Vietnam o la amenaza de uno del 100% para los semiconductores, los compradores estadounidenses podrían tener que pagar más por sus productos, a menos que se decanten por sus equivalentes locales, siempre que haya oferta.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, estimaba en julio que el impacto de los aranceles adicionales comenzaba a materializarse en “ciertas categorías de bienes”. A modo de ejemplo, los juguetes de la empresa estadounidense Hasbro creadora de clásicos como Monopoly o Furby, la mitad de los cuales proceden de China, comenzaron a subir de valor en mayo y junio, según constató el grupo.
Los aranceles son aún más problemáticos en sectores en los que Estados Unidos no tiene producción local, subrayó Philippe Chalmin, profesor emérito de la Universidad Paris-Dauphine.
El cobre, importado en gran parte desde Chile, su principal productor mundial, iba a verse inicialmente afectado por gravámenes estadounidenses del 50%. “Dado que la mitad de las necesidades de Estados Unidos se importan de Chile, el precio del cobre en el mercado estadounidense aumentó un 25% con respecto a la referencia mundial tras el anuncio”, estimó Chalmin. Finalmente, la administración Trump decidió dar marcha atrás y gravar solo los productos semimanufacturados de ese metal.
Empresas exportadoras
La factura también podría recaer sobre las empresas exportadoras, ya que el aumento del precio de sus productos provocaría una pérdida de competitividad en Estados Unidos.
Esto preocupa especialmente al sector europeo de los vinos y bebidas espirituosas. Por el momento, la Unión Europea no ha obtenido ninguna excepción para ese sector, especialmente sensible para países como Francia e Italia.
¿Serán sustituidos el chianti o el champagne por el vino californiano? El impacto “será aún más brutal” ya que los aranceles van acompañados de la caída del dólar estadounidense, lo que encarece las botellas, alertó el presidente de la Federación de Exportadores de Vinos y Bebidas Espirituosas de Francia, Gabriel Picard. Este último incluso estimó en un comunicado que este efecto combinado podría suponer “una pérdida de 1000 millones de euros” (unos 1100 millones de dólares) para los productores franceses.
“Habrá diferencias sectoriales e incluso dentro de un mismo sector, dependerá del poder de negociación de cada uno”, entre el productor, el mayorista y el minorista, consideró Bruno de Moura Fernandes, responsable de investigación macroeconómica de Coface. Sin embargo, el economista estima que el efecto será especialmente notable en las industrias que ya tienen dificultades para competir con sus rivales estadounidenses, en particular en los sectores químico y siderúrgico en Europa.
Menos ganancias
Algunas empresas ya anunciaron que recortarán sus márgenes para compensar los efectos de la guerra comercial. Los fabricantes de automóviles se ven especialmente afectados.
Para 2025, la alemana Mercedes prevé unas ventas muy inferiores a las del año pasado, así como un margen operativo inferior al previsto. Por su parte, Porsche ya solo espera un beneficio operativo de entre el 5% y el 7%, frente al 10%-12% previsto a principios de año. Pero, ante todo, “probablemente habrá un periodo de espera para ver qué pasa, cómo se comportan los competidores y si la empresa consigue repercutir las subidas de precios”, subraya De Moura Fernandes.
Los aranceles podrían tener consecuencias más amplias para la economía mundial, con una posible caída de la demanda. Las petroleras ya advirtieron de una rebaja de sus beneficios, como hizo la británica Shell. Esta última informó en el primer semestre de un desplome de sus beneficios netos, debido a los menores márgenes y precios, ya que el aumento de las tarifas aduaneras está reduciendo la demanda mundial de energía.
Agencia AFP y diario The New York Times
WASHINGTON.- La entrada en vigor este jueves de los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a decenas de países tendrá consecuencias económicas para ellos y Estados Unidos, pero todavía queda por ver quién pagará realmente la factura.
Qué son los aranceles y cómo funcionan
Un arancel es esencialmente un recargo gubernamental sobre los productos importados de otros países. Trump y sus asesores afirman que su objetivo es que los gravámenes sean tan costosos que terminen obligando a las empresas a fabricar sus productos en Estados Unidos. Argumentan que así se crearán más puestos de trabajo en suelo estadounidense y subirán los salarios.
Pero Trump también describió los aranceles como una herramienta polivalente para extraer concesiones de otros países. El presidente también sostiene que los aranceles van a recaudar enormes sumas de ingresos que el gobierno podrá utilizar para pagar recortes fiscales internos.
Los economistas sostienen que los aranceles no pueden cumplir al mismo tiempo con todas las metas que se ha propuesto Trump. Incluso, varios de esos objetivos son contradictorios. Las mismas tarifas que buscan impulsar la producción en Estados Unidos están, en la práctica, complicando a los propios fabricantes, al encarecer los insumos y generar interrupciones en sus cadenas de suministro.
Desde un aumento de los precios para los consumidores, hasta la reducción de los márgenes para las empresas y la pérdida de competitividad, este es el panorama sobre los principales afectados por las tarifas aduaneras del magnate republicano.
¿Cómo funcionan? Por ejemplo: si Walmart importa un par de zapatos de 100 dólares de Vietnam —que se enfrenta a un arancel del 20 por ciento según los términos de un acuerdo comercial preliminar—, Walmart le va a deber 20 dólares en aranceles al gobierno estadounidense.
¿Qué ocurrirá después?
Walmart podría intentar cargar el costo al fabricante vietnamita de calzado diciéndole que Walmart ha decidido pagar menos por el producto.Walmart podría reducir su propio margen de ganancia y absorber el costo del arancel.Walmart podría subir el precio del calzado en sus tiendas.Alguna combinación de las anteriores.
Los consumidores en EE.UU.
Frente a gravámenes del 15% a los autos japoneses, 20% sobre las remeras de Vietnam o la amenaza de uno del 100% para los semiconductores, los compradores estadounidenses podrían tener que pagar más por sus productos, a menos que se decanten por sus equivalentes locales, siempre que haya oferta.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, estimaba en julio que el impacto de los aranceles adicionales comenzaba a materializarse en “ciertas categorías de bienes”. A modo de ejemplo, los juguetes de la empresa estadounidense Hasbro creadora de clásicos como Monopoly o Furby, la mitad de los cuales proceden de China, comenzaron a subir de valor en mayo y junio, según constató el grupo.
Los aranceles son aún más problemáticos en sectores en los que Estados Unidos no tiene producción local, subrayó Philippe Chalmin, profesor emérito de la Universidad Paris-Dauphine.
El cobre, importado en gran parte desde Chile, su principal productor mundial, iba a verse inicialmente afectado por gravámenes estadounidenses del 50%. “Dado que la mitad de las necesidades de Estados Unidos se importan de Chile, el precio del cobre en el mercado estadounidense aumentó un 25% con respecto a la referencia mundial tras el anuncio”, estimó Chalmin. Finalmente, la administración Trump decidió dar marcha atrás y gravar solo los productos semimanufacturados de ese metal.
Empresas exportadoras
La factura también podría recaer sobre las empresas exportadoras, ya que el aumento del precio de sus productos provocaría una pérdida de competitividad en Estados Unidos.
Esto preocupa especialmente al sector europeo de los vinos y bebidas espirituosas. Por el momento, la Unión Europea no ha obtenido ninguna excepción para ese sector, especialmente sensible para países como Francia e Italia.
¿Serán sustituidos el chianti o el champagne por el vino californiano? El impacto “será aún más brutal” ya que los aranceles van acompañados de la caída del dólar estadounidense, lo que encarece las botellas, alertó el presidente de la Federación de Exportadores de Vinos y Bebidas Espirituosas de Francia, Gabriel Picard. Este último incluso estimó en un comunicado que este efecto combinado podría suponer “una pérdida de 1000 millones de euros” (unos 1100 millones de dólares) para los productores franceses.
“Habrá diferencias sectoriales e incluso dentro de un mismo sector, dependerá del poder de negociación de cada uno”, entre el productor, el mayorista y el minorista, consideró Bruno de Moura Fernandes, responsable de investigación macroeconómica de Coface. Sin embargo, el economista estima que el efecto será especialmente notable en las industrias que ya tienen dificultades para competir con sus rivales estadounidenses, en particular en los sectores químico y siderúrgico en Europa.
Menos ganancias
Algunas empresas ya anunciaron que recortarán sus márgenes para compensar los efectos de la guerra comercial. Los fabricantes de automóviles se ven especialmente afectados.
Para 2025, la alemana Mercedes prevé unas ventas muy inferiores a las del año pasado, así como un margen operativo inferior al previsto. Por su parte, Porsche ya solo espera un beneficio operativo de entre el 5% y el 7%, frente al 10%-12% previsto a principios de año. Pero, ante todo, “probablemente habrá un periodo de espera para ver qué pasa, cómo se comportan los competidores y si la empresa consigue repercutir las subidas de precios”, subraya De Moura Fernandes.
Los aranceles podrían tener consecuencias más amplias para la economía mundial, con una posible caída de la demanda. Las petroleras ya advirtieron de una rebaja de sus beneficios, como hizo la británica Shell. Esta última informó en el primer semestre de un desplome de sus beneficios netos, debido a los menores márgenes y precios, ya que el aumento de las tarifas aduaneras está reduciendo la demanda mundial de energía.
Agencia AFP y diario The New York Times
Los gravámenes ya comenzaron a impactar en los precios al consumidor y en la competitividad de empresas extranjeras Read More