El equipo del ITBA que ganó una competencia de satélites organizada por la NASA

Un grupo de diez estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) se consagró campeón en la competencia internacional CANSAT 2025. Organizado por la NASA en Estados Unidos, el objetivo del evento consistió en armar un satélite de un tamaño similar al de una lata capaz de ser lanzado por un cohete al aire, para luego descender de forma controlada cumpliendo con una serie de objetivos técnicos y requerimientos que simulaban una misión real al espacio.

El proyecto empezó en enero del presente año y tuvo una duración de seis meses. Con un equipo conformado por jóvenes de distintas carreras dentro de la ingeniería y múltiples instancias de evaluación previas al lanzamiento del satélite en Virginia, Estados Unidos, el equipo argentino obtuvo el primer puesto frente a más de 150 universidades de todo el mundo.

“La emoción de haber hecho realidad eso que soñamos y por lo que trabajamos durante tantos meses es indescriptible”, escribieron en redes los jóvenes. Hoy sueñan con que CANSAT sea un proyecto que permanezca todos los años en la facultad, con la idea de que hacia fines de 2025 se conforme un nuevo equipo para volver a participar de la competencia.

“La competencia se llama CANSAT Competition. Can por lata y Sat por satélite. La idea fue hacer un satélite pequeño, un poco más grande que una lata pero reducido. Como si fuera una versión a escala de un satélite real. El objetivo de participar fue mostrar lo que nosotros podemos hacer como futuros ingenieros. Ahora era una versión a escala pero a futuro serían satélites en serio”, comentó Thomas Marthi, miembro del equipo ganador, durante el capítulo seis del summit “Empresas en acción” organizado por LA NACION.

El equipo, compuesto por futuros ingenieros mecánicos, biomédicos, industriales y electrónicos, tuvo un plazo de seis meses para llevar a cabo el producto final: “Nosotros empezamos a trabajar en enero, ahí hubo que hacer entregas donde íbamos mostrando las primeras etapas de diseño. Eran etapas preliminares y después vino un diseño más crítico. Todo sumaba puntaje para los requerimientos finales de la competencia. Lo que más contaba era el lanzamiento en sí, por eso fue la parte que más nos shockeó, pero todo sumaba al puntaje final para poder ganar el premio”, contó Marthi.

“Había que cumplir muchos requerimientos. Eran unos 68 en total me parece. Pero, resumidamente, tenían que medir varias cosas: temperatura, velocidad, presión, altitud y el descenso controlado”, dijo Marthi.

Estudiantes del ITBA se consagraron campeones en una competencia de la NASA

Agustín Martínez Haarth, otro miembro del equipo agregó: “Por suerte bajó de forma controlada. Se cumplió el requerimiento principal y estuvo unos dos minutos y medio bajando desde la máxima altura que alcanzó. Subió rápido porque fue enviado con un cohete, entonces llegó a su máxima altura en unos tres segundos, y a partir de ahí fue el descenso controlado”.

Según relataron, lo más complejo del desafío era lograr que el “satélite” logre descender a la velocidad requerida por los jurados de la competencia: “El descenso tenía que ser a una velocidad exacta, que eran cinco metros por segundo. Nosotros fuimos de los pocos equipos que lograron que el sistema descienda a esa velocidad. A muchos les pasó que cuando llegaban a la máxima altura, en el momento de hacer el descenso, caían como un objeto libre, era como una piedra que caía del cielo”, agregó Martínez Haarth.

Finalmente, el grupo de jóvenes logró el primer puesto, siendo los primeros argentinos y latinoamericanos en ganar la competencia. “Son competencias muy lindas que tienen un proceso donde se aprende un montón. Son experiencias que te forman para el futuro”, aseguró Marthi.

“Somos diez en el equipo, no creo que ninguno sea un genio superdotado que no pueda otra persona hacer lo mismo. Creo que todo está en el esfuerzo y las ganas que le metan. Mi consejo es que se metan en algo que les guste”, concluyó Martínez Haarth.

Un grupo de diez estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) se consagró campeón en la competencia internacional CANSAT 2025. Organizado por la NASA en Estados Unidos, el objetivo del evento consistió en armar un satélite de un tamaño similar al de una lata capaz de ser lanzado por un cohete al aire, para luego descender de forma controlada cumpliendo con una serie de objetivos técnicos y requerimientos que simulaban una misión real al espacio.

El proyecto empezó en enero del presente año y tuvo una duración de seis meses. Con un equipo conformado por jóvenes de distintas carreras dentro de la ingeniería y múltiples instancias de evaluación previas al lanzamiento del satélite en Virginia, Estados Unidos, el equipo argentino obtuvo el primer puesto frente a más de 150 universidades de todo el mundo.

“La emoción de haber hecho realidad eso que soñamos y por lo que trabajamos durante tantos meses es indescriptible”, escribieron en redes los jóvenes. Hoy sueñan con que CANSAT sea un proyecto que permanezca todos los años en la facultad, con la idea de que hacia fines de 2025 se conforme un nuevo equipo para volver a participar de la competencia.

“La competencia se llama CANSAT Competition. Can por lata y Sat por satélite. La idea fue hacer un satélite pequeño, un poco más grande que una lata pero reducido. Como si fuera una versión a escala de un satélite real. El objetivo de participar fue mostrar lo que nosotros podemos hacer como futuros ingenieros. Ahora era una versión a escala pero a futuro serían satélites en serio”, comentó Thomas Marthi, miembro del equipo ganador, durante el capítulo seis del summit “Empresas en acción” organizado por LA NACION.

El equipo, compuesto por futuros ingenieros mecánicos, biomédicos, industriales y electrónicos, tuvo un plazo de seis meses para llevar a cabo el producto final: “Nosotros empezamos a trabajar en enero, ahí hubo que hacer entregas donde íbamos mostrando las primeras etapas de diseño. Eran etapas preliminares y después vino un diseño más crítico. Todo sumaba puntaje para los requerimientos finales de la competencia. Lo que más contaba era el lanzamiento en sí, por eso fue la parte que más nos shockeó, pero todo sumaba al puntaje final para poder ganar el premio”, contó Marthi.

“Había que cumplir muchos requerimientos. Eran unos 68 en total me parece. Pero, resumidamente, tenían que medir varias cosas: temperatura, velocidad, presión, altitud y el descenso controlado”, dijo Marthi.

Estudiantes del ITBA se consagraron campeones en una competencia de la NASA

Agustín Martínez Haarth, otro miembro del equipo agregó: “Por suerte bajó de forma controlada. Se cumplió el requerimiento principal y estuvo unos dos minutos y medio bajando desde la máxima altura que alcanzó. Subió rápido porque fue enviado con un cohete, entonces llegó a su máxima altura en unos tres segundos, y a partir de ahí fue el descenso controlado”.

Según relataron, lo más complejo del desafío era lograr que el “satélite” logre descender a la velocidad requerida por los jurados de la competencia: “El descenso tenía que ser a una velocidad exacta, que eran cinco metros por segundo. Nosotros fuimos de los pocos equipos que lograron que el sistema descienda a esa velocidad. A muchos les pasó que cuando llegaban a la máxima altura, en el momento de hacer el descenso, caían como un objeto libre, era como una piedra que caía del cielo”, agregó Martínez Haarth.

Finalmente, el grupo de jóvenes logró el primer puesto, siendo los primeros argentinos y latinoamericanos en ganar la competencia. “Son competencias muy lindas que tienen un proceso donde se aprende un montón. Son experiencias que te forman para el futuro”, aseguró Marthi.

“Somos diez en el equipo, no creo que ninguno sea un genio superdotado que no pueda otra persona hacer lo mismo. Creo que todo está en el esfuerzo y las ganas que le metan. Mi consejo es que se metan en algo que les guste”, concluyó Martínez Haarth.

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