Más denuncias a Julieta Silva, la mujer que mató a su novio, estuvo presa, salió y volvió a la cárcel

Esta semana se agravó la imputación contra Julieta Silva, la mujer de Mendoza que estuvo presa por atropellar a su novio en 2017, salió en libertad y ahora fue denunciada por violencia por su actual marido, Lucas Giménez. Y es que si bien inicialmente estaba acusada de lesiones leves agravadas por el vínculo y desobediencia, ahora se le endilga haberlo privado ilegítimamente de la libertad.

Desde diciembre Silva tenía prohibido contactarse con la expareja de su esposo y la hija de ambos. Y es que la expareja de Giménez denunció entonces ante la Justicia de Familia que la imputada la había amenazado. En las últimas horas, en este marco, se conocieron más detalles: según la mujer, Silva la llamó y la amenazó con la siguiente frase: “Yo te voy a comer el hígado y los riñones a vos y a tu hija. Las voy a dejar en la calle”.

En tanto, el fiscal de San Rafael, Mendoza, Fabricio Sidoti, le imputó a Silva esta semana una decena de hechos de privación ilegítima de libertad agravada por el vínculo en base al relato de Giménez, quien aseguró que entre 2023 y el 1 de julio de 2025 fue encerrado en varias oportunidades en el domicilio donde convivían.

Giménez relató en su declaración que durante discusiones de pareja, la acusada solía cerrar con llaves la casa y le quitaba su celular, de acuerdo a lo que publicó el medio mendocino Diario UNO. Dijo además que esta privación duraba varias horas o noches enteras. Durante el último incidente de esta índole fue cuando Silva habría golpeado a Giménez en el rostro; fue ahí (el 12 de julio) que él la denunció y la noticia se hizo pública.

La Fiscalía en su acusación sostiene que Silva también se contactó el 16 de julio con Giménez y con la niña a pesar de la orden de alejamiento y por eso se constituyó el delito de desobediencia. En un principio la mendocina había sido puesta bajo prisión domiciliaria debido a que tiene a su cargo dos menores; sin embargo días después, al conocerse la denuncia de la exmujer de Giménez, fue alojada en una penitenciaría en San Rafael a raíz de una orden de prisión preventiva por desacato; ahora se conoció que el juez Claudio Daniel Gil le concedió de nuevo el arresto domiciliario, mientras avanza la investigación.

Silva es recordada por otro caso en 2017 que generó conmoción en el país. La noche del 9 de septiembre de 2017, ella y su novio de aquel entonces, Genaro Fortunato, de 25 años, mantuvieron una fuerte discusión en el interior del boliche La Mona, en San Rafael. Al salir del local, ella subió a su auto Fiat Idea. Fortunato quedó en la calle y, en una maniobra que fue objeto de un largo debate judicial, Silva lo atropelló y lo mató.

Durante el juicio, la fiscalía y la querella, que representaba a la familia de la víctima, sostuvieron que fue un acto intencional y pidieron una pena de catorce años de prisión. La defensa de Silva argumentó que ella no vio a Fortunato porque llovía, no llevaba puestos sus lentes recetados, estaba nerviosa y bajo los efectos del alcohol.

El tribunal la condenó por homicidio culposo, una figura que descarta la intención de matar. La sentencia fue de tres años y medio de prisión domiciliaria, un beneficio que recibió por ser madre de dos hijos menores de edad. La decisión judicial generó una fuerte condena social en Mendoza, donde una gran parte de la opinión pública consideró que el hecho fue un homicidio intencional.

Tras cumplir la pena, Silva rehízo su vida y se casó con Giménez.

Esta semana se agravó la imputación contra Julieta Silva, la mujer de Mendoza que estuvo presa por atropellar a su novio en 2017, salió en libertad y ahora fue denunciada por violencia por su actual marido, Lucas Giménez. Y es que si bien inicialmente estaba acusada de lesiones leves agravadas por el vínculo y desobediencia, ahora se le endilga haberlo privado ilegítimamente de la libertad.

Desde diciembre Silva tenía prohibido contactarse con la expareja de su esposo y la hija de ambos. Y es que la expareja de Giménez denunció entonces ante la Justicia de Familia que la imputada la había amenazado. En las últimas horas, en este marco, se conocieron más detalles: según la mujer, Silva la llamó y la amenazó con la siguiente frase: “Yo te voy a comer el hígado y los riñones a vos y a tu hija. Las voy a dejar en la calle”.

En tanto, el fiscal de San Rafael, Mendoza, Fabricio Sidoti, le imputó a Silva esta semana una decena de hechos de privación ilegítima de libertad agravada por el vínculo en base al relato de Giménez, quien aseguró que entre 2023 y el 1 de julio de 2025 fue encerrado en varias oportunidades en el domicilio donde convivían.

Giménez relató en su declaración que durante discusiones de pareja, la acusada solía cerrar con llaves la casa y le quitaba su celular, de acuerdo a lo que publicó el medio mendocino Diario UNO. Dijo además que esta privación duraba varias horas o noches enteras. Durante el último incidente de esta índole fue cuando Silva habría golpeado a Giménez en el rostro; fue ahí (el 12 de julio) que él la denunció y la noticia se hizo pública.

La Fiscalía en su acusación sostiene que Silva también se contactó el 16 de julio con Giménez y con la niña a pesar de la orden de alejamiento y por eso se constituyó el delito de desobediencia. En un principio la mendocina había sido puesta bajo prisión domiciliaria debido a que tiene a su cargo dos menores; sin embargo días después, al conocerse la denuncia de la exmujer de Giménez, fue alojada en una penitenciaría en San Rafael a raíz de una orden de prisión preventiva por desacato; ahora se conoció que el juez Claudio Daniel Gil le concedió de nuevo el arresto domiciliario, mientras avanza la investigación.

Silva es recordada por otro caso en 2017 que generó conmoción en el país. La noche del 9 de septiembre de 2017, ella y su novio de aquel entonces, Genaro Fortunato, de 25 años, mantuvieron una fuerte discusión en el interior del boliche La Mona, en San Rafael. Al salir del local, ella subió a su auto Fiat Idea. Fortunato quedó en la calle y, en una maniobra que fue objeto de un largo debate judicial, Silva lo atropelló y lo mató.

Durante el juicio, la fiscalía y la querella, que representaba a la familia de la víctima, sostuvieron que fue un acto intencional y pidieron una pena de catorce años de prisión. La defensa de Silva argumentó que ella no vio a Fortunato porque llovía, no llevaba puestos sus lentes recetados, estaba nerviosa y bajo los efectos del alcohol.

El tribunal la condenó por homicidio culposo, una figura que descarta la intención de matar. La sentencia fue de tres años y medio de prisión domiciliaria, un beneficio que recibió por ser madre de dos hijos menores de edad. La decisión judicial generó una fuerte condena social en Mendoza, donde una gran parte de la opinión pública consideró que el hecho fue un homicidio intencional.

Tras cumplir la pena, Silva rehízo su vida y se casó con Giménez.

 Ahora la mendocina fue imputada por una decena de hechos de privación ilegítima de la libertad agravada por el vínculo  Read More