BOGOTÁ.- Miguel Uribe Turbay, el senador colombiano que aspiraba a ganar la candidatura de su partido para las elecciones presidenciales del año próximo y que fue baleado el 7 de junio durante un acto de campaña, murió el lunes dos meses después del atentado, del que falta información crucial.
Uribe, quien quedó huérfano a los cinco años por la trágica muerte de su madre, fue protagonista de una veloz carrera política en la que se convirtió en un reconocido congresista y aspirante a la presidencia caracterizado por sus fuertes críticas al gobierno de Gustavo Petro.
El fallecido senador, de 39 años, nació en Bogotá y era parte de una familia de políticos liberales y periodistas. Su abuelo materno, Julio César Turbay, fue presidente de Colombia entre 1978 y 1982, mientras que el paterno, Rodrigo Uribe Echavarría, dirigió el Partido Liberal e impulsó el triunfo de Virgilio Barco en las elecciones presidenciales de 1986.
Su madre, la reconocida periodista Diana Turbay, murió en 1991 en una fallida operación de rescate de la policía mientras permanecía secuestrada por el Cartel de Medellín que dirigía el narcotraficante Pablo Escobar.
Uribe, casado con María Claudia Tarazona y padre de un hijo, estudió Derecho en la Universidad de los Andes de Bogotá, institución en la que además cursó una maestría en políticas públicas. También se graduó de una maestría en administración pública en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Su carrera política
Con tan solo 25 años fue elegido concejal de Bogotá en 2011 y fue uno de los líderes opositores de Petro cuando era alcalde de la capital colombiana, a quien criticó por el manejo del sistema de recolección de basuras y los programas sociales.
En el 2016, fue nombrado secretario de gobierno del alcalde Enrique Peñalosa, convirtiéndose a los 30 años en la persona más joven de la historia en ocupar ese cargo.
En el 2018 renunció a esa posición para aspirar a la Alcaldía de Bogotá un año después, una candidatura independiente apoyada por los partidos Liberal, Conservador, Colombia Justa Libres, MIRA y el Centro Democrático. Obtuvo más de 420.000 votos y el cuarto lugar en una contienda que ganó Claudia López.
En las elecciones legislativas del 2022 encabezó la lista al Senado del partido derechista Centro Democrático bajo la premisa “Primero Colombia”, y fue el senador que más votos logró.
Uribe se consolidó como una de las principales voces de oposición al gobierno de Petro en el Senado con un discurso centrado en la defensa de la seguridad y críticas a la política de paz total con la que se busca poner fin a un conflicto armado de seis décadas que ha dejado casi medio millón de muertos.
El expresidente Álvaro Uribe, el principal dirigente del partido Centro Democrático y quien no tiene vínculo familiar con el fallecido senador, lo calificó como “una esperanza de la patria”.
La investigación por el ataque
El sábado 7 de junio, un joven de 15 años le disparó a Uribe Turbay con un arma Glock 9 durante un acto político en el barrio Modelia, en Bogotá.
El político recibió dos impactos de bala en la cabeza y uno en la pierna izquierda, según la Fiscalía General, que dirige una investigación para identificar y capturar a los autores materiales e intelectuales del asesinato.
Para la Fiscalía, se trató de un atentado con fines políticos. “Es en el marco de esa campaña que se produce el atentado, siendo el senador una persona públicamente expuesta que había informado a la Unidad Nacional de Protección (UNP), en varias ocasiones, la situación de riesgo en que se encontraba por sus posturas contrarias a las políticas del gobierno, y pertenecer a un partido que se declaró en oposición”, destacó una de las fiscales de este caso en una audiencia.
Detrás del ataque, como presuntos cerebros, estarían las disidencias de las FARC. Las últimas pesquisas de los agentes a cargo del caso llevaron a pensar que sería una célula de alias Iván Márquez y la ‘Segunda Marquetalia’. De hecho, señalaron a alias el Zarco Aldinever -de quien ese grupo dice que está muerto- como un responsable directo.
Para dar con los autores intelectuales del atentado con sicarios, la Policía y la Fiscalía tienen desplegados más de 200 investigadores, sin sumarle la cooperación internacional que solicitó el presidente Gustavo Petro.
Seis detenidos
Los resultados más visibles de esas pesquisas, que comenzaron desde el mismo día del atentado con la recolección de testimonios y revisiones de cámaras de seguridad de la zona, son las seis detenciones que ha hecho el equipo de fiscales. Se trata de quienes habrían formado parte de la logística y coordinación del ataque, para el que usaron distintos autos que desde días antes.
El primero en caer fue el joven de 15 años. Al intentar huir, escoltas de políticos que estaban en el parque lo interceptaron con un par de disparos en la pierna. La Policía llegó a aprehenderlo, le decomisó la pistola y lo trasladó a la Clínica Colombia, donde se recuperó hasta ser imputado por los delitos de tentativa de homicidio (que a partir de hoy será homicidio) y porte ilegal de armas.
A la par del proceso judicial, el menor empezó a colaborar con la justicia y eso llevó a los agentes a realizar allanamientos y dar con más personas. Así detuvieron a Carlos Eduardo Mora, un ciudadano colombo-venezolano que habría hecho el reconocimiento del sector con anterioridad a los disparos.
La tercera detenida fue Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, capturada por la Policía en Florencia, Caquetá. La trasladaron a Bogotá y al momento de acusarla, la Fiscalía detalló que habría participado en la organización del plan criminal incluso el día de los hechos, adonde llegó en un auto que quedó captado en cámaras del sector. Antes de bajarse, le habría entregado el arma al joven sicario.
Está acusada por tentativa de homicidio (ahora homicidio) y porte ilegal de armas, sobre los cuales dijo ser inocente. Lo que se sabe es que está colaborando con los investigadores y eso fue clave para llegar a otros presuntos socios, de hecho a raíz de su testimonio fue que empezó a tomar más fuerza la versión de que las disidencias estarían detrás de esto.
Días después, las autoridades dieron con William Fernando González Cruz, alias “El Hermano”, en la capital del país. Para la Fiscalía, él “es señalado de estacionarse en un vehículo a pocas cuadras del parque El Golfito, donde ocurrió la acción delincuencial, y ayudar a escapar a otros involucrados (…) Se estableció que también vendió uno de los celulares utilizados para la coordinación y ejecución del ataque armado con el propósito de intentar desviar la atención de las autoridades”.
El quinto detenido habría sido el principal coordinador entre los autores intelectuales y los que ejecutaron el atentado. Su nombre es Élder José Arteaga, alias El Costeño, y como se tenía indicios de que había salido del país, se alcanzó a expedir una circular roja de Interpol en su contra. Las autoridades dieron con su paradero en un operativo que fue grabado en video.
Para esa captura fue clave lo que aportaron informantes que se mantienen bajo el anonimato debido al temor de represalias: “Informa el investigador que el encargado de esa línea, de recibir las llamadas, señala que recibió una en la que le indica una persona que tiene conocimiento de dónde puede estar ubicado la persona conocida como ‘Chipi’ o ‘Costeño’, que responde al nombre de José Arteaga Hernández, y manifiesta que esta persona reside con una persona que lo está escondiendo y dos personas más que lo ayudan a esconder, que una de ellas es de nombre Jennifer y la otra Dani”.
El sexto es Cristian Camilo González Ardila. Él se entregó voluntariamente a las autoridades y según se expuso, era quien tenía previsto acompañar en el plan de escape al joven sicario.
Debido a la magnitud del caso, la Fiscalía decidió tener en su búnker a estas personas, para no exponerlas en un centro de detención con otros reclusos. El único que no fue a dar a esos calabozos fue un menor de 17 años que se entregó para hablar del plan criminal. La Fiscalía lo escuchó y programó un interrogatorio para ahondar en las versiones que tenía por dar, sin embargo abandonó el centro especial del Bienestar Familiar en el que se encontraba.
De acuerdo al general Carlos Fernando Triana, director de la Policía, hay al menos dos capturas pendientes de quienes también habrían participado en la logística para atentar contra Miguel Uribe Turbay.
Agencia Reuters y diario El Tiempo (GDA)
BOGOTÁ.- Miguel Uribe Turbay, el senador colombiano que aspiraba a ganar la candidatura de su partido para las elecciones presidenciales del año próximo y que fue baleado el 7 de junio durante un acto de campaña, murió el lunes dos meses después del atentado, del que falta información crucial.
Uribe, quien quedó huérfano a los cinco años por la trágica muerte de su madre, fue protagonista de una veloz carrera política en la que se convirtió en un reconocido congresista y aspirante a la presidencia caracterizado por sus fuertes críticas al gobierno de Gustavo Petro.
El fallecido senador, de 39 años, nació en Bogotá y era parte de una familia de políticos liberales y periodistas. Su abuelo materno, Julio César Turbay, fue presidente de Colombia entre 1978 y 1982, mientras que el paterno, Rodrigo Uribe Echavarría, dirigió el Partido Liberal e impulsó el triunfo de Virgilio Barco en las elecciones presidenciales de 1986.
Su madre, la reconocida periodista Diana Turbay, murió en 1991 en una fallida operación de rescate de la policía mientras permanecía secuestrada por el Cartel de Medellín que dirigía el narcotraficante Pablo Escobar.
Uribe, casado con María Claudia Tarazona y padre de un hijo, estudió Derecho en la Universidad de los Andes de Bogotá, institución en la que además cursó una maestría en políticas públicas. También se graduó de una maestría en administración pública en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
Su carrera política
Con tan solo 25 años fue elegido concejal de Bogotá en 2011 y fue uno de los líderes opositores de Petro cuando era alcalde de la capital colombiana, a quien criticó por el manejo del sistema de recolección de basuras y los programas sociales.
En el 2016, fue nombrado secretario de gobierno del alcalde Enrique Peñalosa, convirtiéndose a los 30 años en la persona más joven de la historia en ocupar ese cargo.
En el 2018 renunció a esa posición para aspirar a la Alcaldía de Bogotá un año después, una candidatura independiente apoyada por los partidos Liberal, Conservador, Colombia Justa Libres, MIRA y el Centro Democrático. Obtuvo más de 420.000 votos y el cuarto lugar en una contienda que ganó Claudia López.
En las elecciones legislativas del 2022 encabezó la lista al Senado del partido derechista Centro Democrático bajo la premisa “Primero Colombia”, y fue el senador que más votos logró.
Uribe se consolidó como una de las principales voces de oposición al gobierno de Petro en el Senado con un discurso centrado en la defensa de la seguridad y críticas a la política de paz total con la que se busca poner fin a un conflicto armado de seis décadas que ha dejado casi medio millón de muertos.
El expresidente Álvaro Uribe, el principal dirigente del partido Centro Democrático y quien no tiene vínculo familiar con el fallecido senador, lo calificó como “una esperanza de la patria”.
La investigación por el ataque
El sábado 7 de junio, un joven de 15 años le disparó a Uribe Turbay con un arma Glock 9 durante un acto político en el barrio Modelia, en Bogotá.
El político recibió dos impactos de bala en la cabeza y uno en la pierna izquierda, según la Fiscalía General, que dirige una investigación para identificar y capturar a los autores materiales e intelectuales del asesinato.
Para la Fiscalía, se trató de un atentado con fines políticos. “Es en el marco de esa campaña que se produce el atentado, siendo el senador una persona públicamente expuesta que había informado a la Unidad Nacional de Protección (UNP), en varias ocasiones, la situación de riesgo en que se encontraba por sus posturas contrarias a las políticas del gobierno, y pertenecer a un partido que se declaró en oposición”, destacó una de las fiscales de este caso en una audiencia.
Detrás del ataque, como presuntos cerebros, estarían las disidencias de las FARC. Las últimas pesquisas de los agentes a cargo del caso llevaron a pensar que sería una célula de alias Iván Márquez y la ‘Segunda Marquetalia’. De hecho, señalaron a alias el Zarco Aldinever -de quien ese grupo dice que está muerto- como un responsable directo.
Para dar con los autores intelectuales del atentado con sicarios, la Policía y la Fiscalía tienen desplegados más de 200 investigadores, sin sumarle la cooperación internacional que solicitó el presidente Gustavo Petro.
Seis detenidos
Los resultados más visibles de esas pesquisas, que comenzaron desde el mismo día del atentado con la recolección de testimonios y revisiones de cámaras de seguridad de la zona, son las seis detenciones que ha hecho el equipo de fiscales. Se trata de quienes habrían formado parte de la logística y coordinación del ataque, para el que usaron distintos autos que desde días antes.
El primero en caer fue el joven de 15 años. Al intentar huir, escoltas de políticos que estaban en el parque lo interceptaron con un par de disparos en la pierna. La Policía llegó a aprehenderlo, le decomisó la pistola y lo trasladó a la Clínica Colombia, donde se recuperó hasta ser imputado por los delitos de tentativa de homicidio (que a partir de hoy será homicidio) y porte ilegal de armas.
A la par del proceso judicial, el menor empezó a colaborar con la justicia y eso llevó a los agentes a realizar allanamientos y dar con más personas. Así detuvieron a Carlos Eduardo Mora, un ciudadano colombo-venezolano que habría hecho el reconocimiento del sector con anterioridad a los disparos.
La tercera detenida fue Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela, capturada por la Policía en Florencia, Caquetá. La trasladaron a Bogotá y al momento de acusarla, la Fiscalía detalló que habría participado en la organización del plan criminal incluso el día de los hechos, adonde llegó en un auto que quedó captado en cámaras del sector. Antes de bajarse, le habría entregado el arma al joven sicario.
Está acusada por tentativa de homicidio (ahora homicidio) y porte ilegal de armas, sobre los cuales dijo ser inocente. Lo que se sabe es que está colaborando con los investigadores y eso fue clave para llegar a otros presuntos socios, de hecho a raíz de su testimonio fue que empezó a tomar más fuerza la versión de que las disidencias estarían detrás de esto.
Días después, las autoridades dieron con William Fernando González Cruz, alias “El Hermano”, en la capital del país. Para la Fiscalía, él “es señalado de estacionarse en un vehículo a pocas cuadras del parque El Golfito, donde ocurrió la acción delincuencial, y ayudar a escapar a otros involucrados (…) Se estableció que también vendió uno de los celulares utilizados para la coordinación y ejecución del ataque armado con el propósito de intentar desviar la atención de las autoridades”.
El quinto detenido habría sido el principal coordinador entre los autores intelectuales y los que ejecutaron el atentado. Su nombre es Élder José Arteaga, alias El Costeño, y como se tenía indicios de que había salido del país, se alcanzó a expedir una circular roja de Interpol en su contra. Las autoridades dieron con su paradero en un operativo que fue grabado en video.
Para esa captura fue clave lo que aportaron informantes que se mantienen bajo el anonimato debido al temor de represalias: “Informa el investigador que el encargado de esa línea, de recibir las llamadas, señala que recibió una en la que le indica una persona que tiene conocimiento de dónde puede estar ubicado la persona conocida como ‘Chipi’ o ‘Costeño’, que responde al nombre de José Arteaga Hernández, y manifiesta que esta persona reside con una persona que lo está escondiendo y dos personas más que lo ayudan a esconder, que una de ellas es de nombre Jennifer y la otra Dani”.
El sexto es Cristian Camilo González Ardila. Él se entregó voluntariamente a las autoridades y según se expuso, era quien tenía previsto acompañar en el plan de escape al joven sicario.
Debido a la magnitud del caso, la Fiscalía decidió tener en su búnker a estas personas, para no exponerlas en un centro de detención con otros reclusos. El único que no fue a dar a esos calabozos fue un menor de 17 años que se entregó para hablar del plan criminal. La Fiscalía lo escuchó y programó un interrogatorio para ahondar en las versiones que tenía por dar, sin embargo abandonó el centro especial del Bienestar Familiar en el que se encontraba.
De acuerdo al general Carlos Fernando Triana, director de la Policía, hay al menos dos capturas pendientes de quienes también habrían participado en la logística para atentar contra Miguel Uribe Turbay.
Agencia Reuters y diario El Tiempo (GDA)
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