Cristina Kirchner, a prisión: en el peronismo asumen que se abre una etapa forzada de renovación

CÓRDOBA.- Aunque la figura de Cristina Kirchner fue considerada como un “tapón” para el surgimiento de nuevos liderazgos en el peronismo nacional, frente a su detención el planteo es que “no es lo mismo” reaccionar ante una situación como la actual que por la dinámica “natural” del partido. Después del tamiz surge que no hay figuras del interior que puedan disputarle espacio al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a quien apuntan como quien “buscará ponerse los pantalones largos”. Otro es el panorama si se habla de una “renovación completa”, que haya una “amputación” del kirchnerismo.

LA NACION hizo una recorrida entre dirigentes de provincias gobernadas por el peronismo y el diagnóstico -aunque con matices- tiene como punto en común que, salvo Buenos Aires, el resto no tiene peso político a nivel nacional ni sus jefes una alta imagen positiva. “Gildo (Insfrán) o (Ricardo) Quintela no son figuras que sumen -enumeró un dirigente norteño de años-. (Juan) Manzur está desgastado y ‘el Coqui’ (Jorge Capitanich) perdió mal hace unas semanas. Frente a ese panorama, aunque Kicillof no represente al interior no hay alternativas”.

La sensación dominante es de desorientación. No hubo recambio de dirigentes y eso desembocó con una Cristina Kirchner ya debilitada -aunque, por lejos, con más liderazgo y vocación de poder que el resto- asumiendo la presidencia del partido. Con el paso de los meses esa situación no hizo más que deteriorarse.

El riojano Quintela, que el año pasado desafió a Cristina Kirchner en la interna del PJ, insiste en que con la corriente “Federales” quiere ser “protagonista” en las legislativas nacionales. Fuera de Kicillof, es el único que mantiene una agenda de actos fuera de su provincia (en los últimos días en el Gran Buenos Aires) y sigue pensando en una candidatura nacional en el 2027. En las reuniones insiste en que el peronismo debe volver a las “fuentes federales y populares” y como punto de partida propone el modelo de La Rioja. Sueña, en un contexto absolutamente diferente, con repetir la historia de Carlos Menem.

Otro nombre que en su momento apareció como posible “renovación” fue el del sanjuanino Sergio Uñac. Enfrentado con el José Luis Gioja, perdió la provincia que durante 20 años estuvo en manos del peronismo y, a meses de las legislativas, los dos sectores internos siguen enfrentados.

Por fuera de la estructura del PJ hay dirigentes que tomaron distancia cuando el partido quedó dominado por el kirchnerismo. Dos casos son los de Córdoba y Salta. Este diario también los sondeó. Desde ambos sectores coincidieron en que ningún dirigente se subirá al partido si la renovación no es “total” porque entienden que eso se necesita para intentar seducir nuevamente a la sociedad. Incluso desde Catamarca la lectura es muy similar.

El salteño Gustavo Sáenz conducía el PJ local antes de la intervención, a través de Esteban Amat. Después de eso, construyó un frente más amplio; se impuso en las elecciones provinciales. “Hasta ahora, de los oficialismo, fue el que más ventaja sacó”, subrayan desde su círculo.

A la vez que indican que es “muy difícil” que vuelva al PJ nacional si La Cámpora continúa. No hace mucho, el mandatario declaró que los ciudadanos, a través de su voto, dejaron “en claro que no quiere más ni a (Mauricio) Macri ni a Cristina”.

En el caso de Córdoba, el PJ local regresó en el 2020 a un congreso nacional después de nueve años de ausencia. No duró nada. El exgobernador Juan Schiaretti, entonces presidente del partido, volvió sobre sus pasos y el año pasado, con el regreso de Cristina Kirchner tanto los dirigentes que le responden a él como su sucesor, Martín Llaryora.

Al igual que Sáenz, Llaryora apuesta a un espacio más amplio, como es el “cordobesismo” que incluye a dirigentes de diferentes partidos. Avanzan en esa línea pero sin renunciar al peronismo porque quieren retener el sello.

Este martes, horas antes de la definición de la Corte Suprema de Justicia, Llaryora y Sáenz se reunieron en Córdoba. “Dialogamos sobre una agenda común que trasciende los límites geográficos y que nos une en objetivos concretos: fortalecer las alianzas productivas y la complementariedad entre ambas provincias, impulsar iniciativas que promuevan el desarrollo regional y generar empleo genuino como motor del crecimiento”, posteó el cordobés.

CÓRDOBA.- Aunque la figura de Cristina Kirchner fue considerada como un “tapón” para el surgimiento de nuevos liderazgos en el peronismo nacional, frente a su detención el planteo es que “no es lo mismo” reaccionar ante una situación como la actual que por la dinámica “natural” del partido. Después del tamiz surge que no hay figuras del interior que puedan disputarle espacio al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a quien apuntan como quien “buscará ponerse los pantalones largos”. Otro es el panorama si se habla de una “renovación completa”, que haya una “amputación” del kirchnerismo.

LA NACION hizo una recorrida entre dirigentes de provincias gobernadas por el peronismo y el diagnóstico -aunque con matices- tiene como punto en común que, salvo Buenos Aires, el resto no tiene peso político a nivel nacional ni sus jefes una alta imagen positiva. “Gildo (Insfrán) o (Ricardo) Quintela no son figuras que sumen -enumeró un dirigente norteño de años-. (Juan) Manzur está desgastado y ‘el Coqui’ (Jorge Capitanich) perdió mal hace unas semanas. Frente a ese panorama, aunque Kicillof no represente al interior no hay alternativas”.

La sensación dominante es de desorientación. No hubo recambio de dirigentes y eso desembocó con una Cristina Kirchner ya debilitada -aunque, por lejos, con más liderazgo y vocación de poder que el resto- asumiendo la presidencia del partido. Con el paso de los meses esa situación no hizo más que deteriorarse.

El riojano Quintela, que el año pasado desafió a Cristina Kirchner en la interna del PJ, insiste en que con la corriente “Federales” quiere ser “protagonista” en las legislativas nacionales. Fuera de Kicillof, es el único que mantiene una agenda de actos fuera de su provincia (en los últimos días en el Gran Buenos Aires) y sigue pensando en una candidatura nacional en el 2027. En las reuniones insiste en que el peronismo debe volver a las “fuentes federales y populares” y como punto de partida propone el modelo de La Rioja. Sueña, en un contexto absolutamente diferente, con repetir la historia de Carlos Menem.

Otro nombre que en su momento apareció como posible “renovación” fue el del sanjuanino Sergio Uñac. Enfrentado con el José Luis Gioja, perdió la provincia que durante 20 años estuvo en manos del peronismo y, a meses de las legislativas, los dos sectores internos siguen enfrentados.

Por fuera de la estructura del PJ hay dirigentes que tomaron distancia cuando el partido quedó dominado por el kirchnerismo. Dos casos son los de Córdoba y Salta. Este diario también los sondeó. Desde ambos sectores coincidieron en que ningún dirigente se subirá al partido si la renovación no es “total” porque entienden que eso se necesita para intentar seducir nuevamente a la sociedad. Incluso desde Catamarca la lectura es muy similar.

El salteño Gustavo Sáenz conducía el PJ local antes de la intervención, a través de Esteban Amat. Después de eso, construyó un frente más amplio; se impuso en las elecciones provinciales. “Hasta ahora, de los oficialismo, fue el que más ventaja sacó”, subrayan desde su círculo.

A la vez que indican que es “muy difícil” que vuelva al PJ nacional si La Cámpora continúa. No hace mucho, el mandatario declaró que los ciudadanos, a través de su voto, dejaron “en claro que no quiere más ni a (Mauricio) Macri ni a Cristina”.

En el caso de Córdoba, el PJ local regresó en el 2020 a un congreso nacional después de nueve años de ausencia. No duró nada. El exgobernador Juan Schiaretti, entonces presidente del partido, volvió sobre sus pasos y el año pasado, con el regreso de Cristina Kirchner tanto los dirigentes que le responden a él como su sucesor, Martín Llaryora.

Al igual que Sáenz, Llaryora apuesta a un espacio más amplio, como es el “cordobesismo” que incluye a dirigentes de diferentes partidos. Avanzan en esa línea pero sin renunciar al peronismo porque quieren retener el sello.

Este martes, horas antes de la definición de la Corte Suprema de Justicia, Llaryora y Sáenz se reunieron en Córdoba. “Dialogamos sobre una agenda común que trasciende los límites geográficos y que nos une en objetivos concretos: fortalecer las alianzas productivas y la complementariedad entre ambas provincias, impulsar iniciativas que promuevan el desarrollo regional y generar empleo genuino como motor del crecimiento”, posteó el cordobés.

 Hay quienes plantean que sin un cambio total hay pocos dirigentes que quieran liderar al PJ nacional  Read More