Este lunes, después de siete meses de programa, Santiago Del Moro reveló quiénes son los tres finalistas de esta nueva edición de Gran Hermano. Los candidatos eran cuatro: el uruguayo Santiago Algorta, la jujeña Luz Tito, el cordobés Ulises Apóstolo y la santiagueña Eugenia Ruiz, pero el voto del público determinó que uno de ellos quedara fuera de competencia.
Eugenia -la única de los cuatro semifinalistas que no ingresó a la casa el 2 de diciembre, sino en febrero, junto a otros siete participantes-, quedó fuera de la placa final por decisión del público. Mañana martes será el momento en que Santiago del Moro revele cuál de los tres jugadores que continúan en carrera se quede con el premio mayor del reality y se ocupe de apagar la luz de la “casa más famosa del país”.
La reina de los versus
Desde la primera semana, Luz Tito quedó aislada del grupo de chicas y, junto a Luciana Martínez, se unió a Santiago Algorta en la que resultó ser la única alianza duradera de esta edición de Gran Hermano, “el tridente”. Desde aquellos primeros tiempos, esta jujeña dejó en claro que a pesar de tener solo 21 años era dueña de una templanza que se fue convirtiendo en su mejor arma.
Haciendo uso de esa tranquilidad inquebrantable y con una frontalidad que pocos ostentaron durante esta temporada, supo ganar cada una de sus discusiones, tanto con los miembros del “sindicato de hombres”, como con Andrea Lázaro-su principal detractora- y también con la experimentada Catalina Gorostidi, su grupo de acólitas y las jugadoras más “veteranas”, Selva Pérez Carvalho y Eugenia Ruiz. Uno de sus enfrentamientos más fuertes lo protagonizó junto a Katia “La Tana” Fenocchio, con quien terminó haciendo las paces. También supo enfrentar con adultez el robo de sus cigarrillos por parte de sus compañeras y hasta la afronta del propio conductor del ciclo, Santiago Del Moro, que en su primera visita en la casa sacó a relucir que su padre había sido intendente de La Quiaca, un hecho que la participante no había mencionado ante sus compañeros.
Desde el primer día, contó que mantenía una relación abierta a distancia con Alberto, el “Pestañas”, un español al que había conocido mientras ambos vivían en Irlanda. Por el tenor de su relación, y también por su cercanía a Santiago, fue fuertemente criticada por la mayoría de las mujeres de la casa y, sobre todo, por varias “especialistas” que participan de los debates. Su fuerte personalidad y su cercanía con el uruguayo, al que los participantes intuían el favorito del público, la convirtieron en uno de los blancos “fáciles” de la casa; pero con el correr de los meses Luz demostró que no solo sabía ganar discusiones, sino también el cariño del público, al convertirse en la concursante que más mano a mano protagonizó en esta edición. De hecho, fue la responsable de dejar fuera de juego a varios de los líderes de otros grupos: Chiara Mancuso, Giuliano “Nano” Vaschetto, Jenifer Lauría, Carlos Tocco, Brian Alberto, Catalina y Santiago “Bati” Larrivey.
El crédito uruguayo
Con el inusitado triunfo de Bautista Mascia en la última edición de Gran Hermano, todo parecía indicar que la victoria de otro uruguayo en este 2025 iba a ser poco posible. Sin embargo, Santiago “Tato” Algorta se convirtió, desde el principio del juego, en uno de los grandes favoritos del público a alzarse con el gran premio.
Fue el primer líder de la temporada, y al hacer valer sus beneficios -dejar sin la posibilidad de votar a cuatro participantes, además de bajar a alguien de placa y subir a otro- se ganó el odio de muchos de sus compañeros, que terminaron obsesionándose con su juego y convirtiéndolo, sin proponérselo, en el gran protagonista del programa. Al igual que Luz, el contador de 29 años fue blanco de insultos, críticas, y bromas de mal gusto, pero nunca respondió con violencia. En Luciana y Luz primero, y luego en Lucía “Luchi” Patrone, Martina Pereyra y Claudio “Papucho” Di Lorenzo encontró a sus únicos aliados dentro de la casa.
La misma obsesión que generó entre sus contrincantes, se replicó entre los panelistas del debate -con excepción de Laura Ubfal, Pilar Smith y Gastón Trezeguet- que noche tras noches lo tildaron de “aburrido” y de “usar a sus compañeras” para no quedar en placa, como si de él dependiera el voto de los demás concursantes.
El representante del “interior del interior”
Con sus largos monólogos plagados de lugares comunes y autorreferencias, Ulises Apóstolo dejó en claro desde el principio que lo suyo era jugar con el público. A pesar de haber conformado el primero de los grupos de la casa, los autodenominados “Causa”, junto a Nano, Jenifer, Chiara y el peruano Renato Rossini, este politólogo cordobés fue el único que supo mantenerse en el juego hasta el final, haciendo uso de una increíble facilidad para generar conflictos y esconderse en el momento indicado.
En sus interminables diálogos con la cámara, el oriundo de la localidad de Despeñaderos de 26 años intentó una y otra vez reforzar la idea de que es tan solo un muchacho “del interior del interior”, humilde y “sin apellido”. Dentro de la casa, desempeñó tres roles fundamentales: ser el contrincante director de Santiago, mantener el orden y la limpieza, y mediar entre Jenifer, Chiara y Nano, los protagonistas de un tóxico triángulo amoroso.
A diferencia de lo que ocurre con Santiago y Luz, los panelistas parecen adorar su juego y su capacidad para “brindar show”. Y la producción, mucho más: a pesar de haber hecho un poco feliz comentario acerca del auto que se ganó en una de las competencias y de haber hecho trampa en otra, en un guiño inusitado, a cada uno de sus largos discursos de agradecimiento comenzaron a musicalizarlos con el Himno Argentino.
Este lunes, después de siete meses de programa, Santiago Del Moro reveló quiénes son los tres finalistas de esta nueva edición de Gran Hermano. Los candidatos eran cuatro: el uruguayo Santiago Algorta, la jujeña Luz Tito, el cordobés Ulises Apóstolo y la santiagueña Eugenia Ruiz, pero el voto del público determinó que uno de ellos quedara fuera de competencia.
Eugenia -la única de los cuatro semifinalistas que no ingresó a la casa el 2 de diciembre, sino en febrero, junto a otros siete participantes-, quedó fuera de la placa final por decisión del público. Mañana martes será el momento en que Santiago del Moro revele cuál de los tres jugadores que continúan en carrera se quede con el premio mayor del reality y se ocupe de apagar la luz de la “casa más famosa del país”.
La reina de los versus
Desde la primera semana, Luz Tito quedó aislada del grupo de chicas y, junto a Luciana Martínez, se unió a Santiago Algorta en la que resultó ser la única alianza duradera de esta edición de Gran Hermano, “el tridente”. Desde aquellos primeros tiempos, esta jujeña dejó en claro que a pesar de tener solo 21 años era dueña de una templanza que se fue convirtiendo en su mejor arma.
Haciendo uso de esa tranquilidad inquebrantable y con una frontalidad que pocos ostentaron durante esta temporada, supo ganar cada una de sus discusiones, tanto con los miembros del “sindicato de hombres”, como con Andrea Lázaro-su principal detractora- y también con la experimentada Catalina Gorostidi, su grupo de acólitas y las jugadoras más “veteranas”, Selva Pérez Carvalho y Eugenia Ruiz. Uno de sus enfrentamientos más fuertes lo protagonizó junto a Katia “La Tana” Fenocchio, con quien terminó haciendo las paces. También supo enfrentar con adultez el robo de sus cigarrillos por parte de sus compañeras y hasta la afronta del propio conductor del ciclo, Santiago Del Moro, que en su primera visita en la casa sacó a relucir que su padre había sido intendente de La Quiaca, un hecho que la participante no había mencionado ante sus compañeros.
Desde el primer día, contó que mantenía una relación abierta a distancia con Alberto, el “Pestañas”, un español al que había conocido mientras ambos vivían en Irlanda. Por el tenor de su relación, y también por su cercanía a Santiago, fue fuertemente criticada por la mayoría de las mujeres de la casa y, sobre todo, por varias “especialistas” que participan de los debates. Su fuerte personalidad y su cercanía con el uruguayo, al que los participantes intuían el favorito del público, la convirtieron en uno de los blancos “fáciles” de la casa; pero con el correr de los meses Luz demostró que no solo sabía ganar discusiones, sino también el cariño del público, al convertirse en la concursante que más mano a mano protagonizó en esta edición. De hecho, fue la responsable de dejar fuera de juego a varios de los líderes de otros grupos: Chiara Mancuso, Giuliano “Nano” Vaschetto, Jenifer Lauría, Carlos Tocco, Brian Alberto, Catalina y Santiago “Bati” Larrivey.
El crédito uruguayo
Con el inusitado triunfo de Bautista Mascia en la última edición de Gran Hermano, todo parecía indicar que la victoria de otro uruguayo en este 2025 iba a ser poco posible. Sin embargo, Santiago “Tato” Algorta se convirtió, desde el principio del juego, en uno de los grandes favoritos del público a alzarse con el gran premio.
Fue el primer líder de la temporada, y al hacer valer sus beneficios -dejar sin la posibilidad de votar a cuatro participantes, además de bajar a alguien de placa y subir a otro- se ganó el odio de muchos de sus compañeros, que terminaron obsesionándose con su juego y convirtiéndolo, sin proponérselo, en el gran protagonista del programa. Al igual que Luz, el contador de 29 años fue blanco de insultos, críticas, y bromas de mal gusto, pero nunca respondió con violencia. En Luciana y Luz primero, y luego en Lucía “Luchi” Patrone, Martina Pereyra y Claudio “Papucho” Di Lorenzo encontró a sus únicos aliados dentro de la casa.
La misma obsesión que generó entre sus contrincantes, se replicó entre los panelistas del debate -con excepción de Laura Ubfal, Pilar Smith y Gastón Trezeguet- que noche tras noches lo tildaron de “aburrido” y de “usar a sus compañeras” para no quedar en placa, como si de él dependiera el voto de los demás concursantes.
El representante del “interior del interior”
Con sus largos monólogos plagados de lugares comunes y autorreferencias, Ulises Apóstolo dejó en claro desde el principio que lo suyo era jugar con el público. A pesar de haber conformado el primero de los grupos de la casa, los autodenominados “Causa”, junto a Nano, Jenifer, Chiara y el peruano Renato Rossini, este politólogo cordobés fue el único que supo mantenerse en el juego hasta el final, haciendo uso de una increíble facilidad para generar conflictos y esconderse en el momento indicado.
En sus interminables diálogos con la cámara, el oriundo de la localidad de Despeñaderos de 26 años intentó una y otra vez reforzar la idea de que es tan solo un muchacho “del interior del interior”, humilde y “sin apellido”. Dentro de la casa, desempeñó tres roles fundamentales: ser el contrincante director de Santiago, mantener el orden y la limpieza, y mediar entre Jenifer, Chiara y Nano, los protagonistas de un tóxico triángulo amoroso.
A diferencia de lo que ocurre con Santiago y Luz, los panelistas parecen adorar su juego y su capacidad para “brindar show”. Y la producción, mucho más: a pesar de haber hecho un poco feliz comentario acerca del auto que se ganó en una de las competencias y de haber hecho trampa en otra, en un guiño inusitado, a cada uno de sus largos discursos de agradecimiento comenzaron a musicalizarlos con el Himno Argentino.
Con la salida de Eugenia Ruiz, quedaron definidos los tres participantes que este martes competirán por el premio mayor Read More