El volantazo de Trump con el que ICE avanza contra los trabajadores agrícolas de California: “No le conviene a nadie”

Un aparente giro de Donald Trump respecto a las redadas migratorias en el campo había generado alivio en California, pero duró apenas unos días. Mientras el gobernador Gavin Newsom celebraba el cambio como un “logro mayor”, el presidente retomó su postura inicial y volvió a poner en la mira a cientos de miles de trabajadores indocumentados que mantienen a flote una industria agrícola multimillonaria. El vaivén oficial provocó preocupación en productores, trabajadores y activistas, que advirtieron sobre un posible daño económico y humano irreversible.

Idas y vueltas de Trump con los trabajadores agrícolas como objetivo del ICE

El 12 de junio, Donald Trump insinuó por primera vez que planeaba hacer una excepción con el sector agrícola y hotelero dentro de su estrategia nacional contra la inmigración ilegal. El mensaje publicado en su red Truth Social ofreció algo inesperado: una tregua para aquellos rubros dependientes de mano de obra migrante.

“Nuestros grandes agricultores y la gente del sector hotelero y de turismo han estado afirmando que nuestra agresiva política migratoria les está quitando excelentes trabajadores con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, escribió Trump. “Eso no es bueno… ¡Se avecinan cambios!”, enfatizó.

La publicación provocó un rápido festejo por parte del gobernador Newsom. “Victoria importante: Trump acaba de cambiar de rumbo en inmigración. Esto ocurrió porque ustedes alzaron la voz. Sigan así. De manera pacífica. Está funcionando”, escribió en su cuenta de X.

En ese momento, tanto agricultores como defensores de trabajadores del campo interpretaron el mensaje como una señal positiva. Uno de los que expresó alivio, en diálogo con The Washington Post, fue Manuel Cunha Jr., presidente de la Liga de Agricultores Nisei, con sede en Fresno. Según estimaciones del sector, al menos la mitad de los 500 mil trabajadores rurales en California no cuentan con documentación para trabajar legalmente en Estados Unidos.

Marcha atrás: los trabajadores agrícolas vuelven a estar en la mira del ICE

Sin embargo, esa esperanza tuvo corta duración. El lunes 16 de junio, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) comunicó internamente que revertía la instrucción de evitar redadas en granjas, hoteles y restaurantes. En otras palabras, la represión migratoria volvería a aplicar sin distinción por rubro.

“Estoy muy decepcionado, muy decepcionado”, lamentó Cunha al conocer la decisión. “Hasta el Secretario de Agricultura defendió a los agricultores y ahora tenemos esta noticia. Esto no le conviene a nadie”, continuó.

El temor se extendió rápidamente entre productores, trabajadores y sindicatos. En este contexto, Cunha advirtió que cualquier redada en una empacadora podría generar un “efecto dominó” en todo el sistema agrícola: “La gente tendrá miedo de ir a trabajar y eso se extenderá de las empacadoras a los campos. Causará un daño económico tremendo”.

United Farm Workers (UFW), una de las organizaciones sindicales más relevantes del sector, explicó que ya comenzaron a asesorar a empleadores sobre cómo proteger legalmente a los empleados dentro de los lugares de trabajo. “Los trabajadores agrícolas no pueden quedar a merced de Donald Trump y de quienquiera que haya hablado con él por última vez”, expresaron en un comunicado.

Trump sugirió un plan de protección para agricultores “respetables” y la incertidumbre crece

La tensión aumentó todavía más cuando el propio Trump volvió a cambiar el tono. En una entrevista con Fox News el pasado 20 de junio, afirmó que estudiaba una fórmula para permitir que los agricultores “respetables” pudieran asumir la responsabilidad por los empleados que contratan, incluso si estos no cuentan con papeles. “Porque no podemos hacer que las granjas quiebren”, sostuvo.

Ese tipo de declaraciones ambiguas alimentó la confusión dentro del sector. Según Axios, ya sería la tercera vez que el mandatario modifica su postura respecto a las redadas migratorias en granjas y establecimientos vinculados al alimento.

Desde el Departamento de Seguridad Nacional no aclararon si aplicarían de inmediato los dichos del presidente. Sin embargo, Tricia McLaughlin, secretaria asistente del DHS, ratificó la línea dura: “El presidente ha sido increíblemente claro. No habrá zonas seguras para industrias que protejan criminales violentos o que busquen socavar el trabajo del ICE”.

Además, reafirmó que la vigilancia en los lugares de trabajo se mantiene como “una piedra angular” de sus políticas para “resguardar la seguridad pública, la estabilidad económica y la seguridad nacional”.

Un aparente giro de Donald Trump respecto a las redadas migratorias en el campo había generado alivio en California, pero duró apenas unos días. Mientras el gobernador Gavin Newsom celebraba el cambio como un “logro mayor”, el presidente retomó su postura inicial y volvió a poner en la mira a cientos de miles de trabajadores indocumentados que mantienen a flote una industria agrícola multimillonaria. El vaivén oficial provocó preocupación en productores, trabajadores y activistas, que advirtieron sobre un posible daño económico y humano irreversible.

Idas y vueltas de Trump con los trabajadores agrícolas como objetivo del ICE

El 12 de junio, Donald Trump insinuó por primera vez que planeaba hacer una excepción con el sector agrícola y hotelero dentro de su estrategia nacional contra la inmigración ilegal. El mensaje publicado en su red Truth Social ofreció algo inesperado: una tregua para aquellos rubros dependientes de mano de obra migrante.

“Nuestros grandes agricultores y la gente del sector hotelero y de turismo han estado afirmando que nuestra agresiva política migratoria les está quitando excelentes trabajadores con muchos años de experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, escribió Trump. “Eso no es bueno… ¡Se avecinan cambios!”, enfatizó.

La publicación provocó un rápido festejo por parte del gobernador Newsom. “Victoria importante: Trump acaba de cambiar de rumbo en inmigración. Esto ocurrió porque ustedes alzaron la voz. Sigan así. De manera pacífica. Está funcionando”, escribió en su cuenta de X.

En ese momento, tanto agricultores como defensores de trabajadores del campo interpretaron el mensaje como una señal positiva. Uno de los que expresó alivio, en diálogo con The Washington Post, fue Manuel Cunha Jr., presidente de la Liga de Agricultores Nisei, con sede en Fresno. Según estimaciones del sector, al menos la mitad de los 500 mil trabajadores rurales en California no cuentan con documentación para trabajar legalmente en Estados Unidos.

Marcha atrás: los trabajadores agrícolas vuelven a estar en la mira del ICE

Sin embargo, esa esperanza tuvo corta duración. El lunes 16 de junio, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) comunicó internamente que revertía la instrucción de evitar redadas en granjas, hoteles y restaurantes. En otras palabras, la represión migratoria volvería a aplicar sin distinción por rubro.

“Estoy muy decepcionado, muy decepcionado”, lamentó Cunha al conocer la decisión. “Hasta el Secretario de Agricultura defendió a los agricultores y ahora tenemos esta noticia. Esto no le conviene a nadie”, continuó.

El temor se extendió rápidamente entre productores, trabajadores y sindicatos. En este contexto, Cunha advirtió que cualquier redada en una empacadora podría generar un “efecto dominó” en todo el sistema agrícola: “La gente tendrá miedo de ir a trabajar y eso se extenderá de las empacadoras a los campos. Causará un daño económico tremendo”.

United Farm Workers (UFW), una de las organizaciones sindicales más relevantes del sector, explicó que ya comenzaron a asesorar a empleadores sobre cómo proteger legalmente a los empleados dentro de los lugares de trabajo. “Los trabajadores agrícolas no pueden quedar a merced de Donald Trump y de quienquiera que haya hablado con él por última vez”, expresaron en un comunicado.

Trump sugirió un plan de protección para agricultores “respetables” y la incertidumbre crece

La tensión aumentó todavía más cuando el propio Trump volvió a cambiar el tono. En una entrevista con Fox News el pasado 20 de junio, afirmó que estudiaba una fórmula para permitir que los agricultores “respetables” pudieran asumir la responsabilidad por los empleados que contratan, incluso si estos no cuentan con papeles. “Porque no podemos hacer que las granjas quiebren”, sostuvo.

Ese tipo de declaraciones ambiguas alimentó la confusión dentro del sector. Según Axios, ya sería la tercera vez que el mandatario modifica su postura respecto a las redadas migratorias en granjas y establecimientos vinculados al alimento.

Desde el Departamento de Seguridad Nacional no aclararon si aplicarían de inmediato los dichos del presidente. Sin embargo, Tricia McLaughlin, secretaria asistente del DHS, ratificó la línea dura: “El presidente ha sido increíblemente claro. No habrá zonas seguras para industrias que protejan criminales violentos o que busquen socavar el trabajo del ICE”.

Además, reafirmó que la vigilancia en los lugares de trabajo se mantiene como “una piedra angular” de sus políticas para “resguardar la seguridad pública, la estabilidad económica y la seguridad nacional”.

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