Es la “más argentina” de las princesas Orange, también la más rebelde y carismática y está de festejo. Este 26 de junio, la princesa Alexia, la hija del medio del rey Guillermo Alejandro y de la reina Máxima Zorreguieta y segunda en la línea de sucesión al trono, celebra su vigésimo cumpleaños. Si bien es cierto que el protagonismo suele centrarse en su hermana mayor, la princesa Amalia, puesto que es la futura reina de los Países Bajos, ella, al igual que su hermana menor, Ariane, encontró su propia manera de sobresalir con su estilo fashionista, su pasión por el canto y la guitarra y sus decisiones educativas, que más de una vez hicieron temblar (un poco) a la corona. Ante los ojos del mundo pasó de ser una niña traviesa a una joven adulta que sobrellevó difíciles circunstancias y hoy se abre paso no solo dentro de la realeza, sino también en el mundo académico como futura ingeniera.
Una tragedia que aceleró los tiempos de la realeza de los Países Bajos
La reina Máxima dio a luz a su segunda hija, Alexia Juliana Marcela Laurentien, princesa de los Países Bajos, el 26 de junio de 2005 en el hospital HMC Bronovo de La Haya. El nombre que le eligieron rinde varios homenajes: “Alexia” es por Alexander, el segundo nombre de su padre; “Juliana” por su bisabuela, quien fue reina de los Países Bajos entre 1948 y 1980; “Marcela” por Marcela Cerruti, madrina de Máxima y hermana de su madre María del Carmen ‘María Pame’ Cerruti, y “Laurentien” por su tía y esposa del príncipe Constantino, el menor de los hijos de la princesa Beatriz.
Además de las mujeres que lleva en su nombre, hubo una persona que produjo un fuerte impacto en su vida: su tío, el príncipe Friso. Hijo del medio de la reina Beatriz y el príncipe Claus, fue el segundo en la línea de sucesión del trono hasta el nacimiento de la princesa Amalia y desde una temprana edad demostró ser tan simpático como rebelde. Inició sus estudios universitarios en los Estados Unidos, algo poco común entre los integrantes de la realeza que suelen formarse en Europa. Entre 1986 y 1988 cursó Ingeniería Mecánica en la Universidad de California, en Berkeley, pero finalizó su formación en su país natal: se graduó en Gestión de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Tecnológica de Delft y en Economía Empresarial en la Universidad Erasmus de Rotterdam.
El príncipe Friso renunció a todo por amor. Rompió con los mandatos y en 2003 anunció su casamiento con la activista Mabel Wisse Smit. Y, como ya es moneda común entre las coronas del mundo, los escándalos no tardaron en llegar. Lo que molestó al parlamento (que debe aprobar la unión marital de un integrante de la realeza) no fue el hecho de que la mujer trabajara para distintas ONGs, sino que en la búsqueda de antecedentes encontraron que durante su época de estudiante mantuvo un vínculo con el traficante de drogas Klaas Bruinsma, asesinado en 1991. Si bien ella negó cualquier tipo de relación sentimental, su ingreso a la familia real no fue aprobado.
El hijo de la reina hizo caso omiso a las exigencias del parlamento y el 24 de abril de 2004 se casó con Wisse Smit. Aunque su entorno lo respetó, su decisión le costó su lugar en la Casa Real (pero no dentro de la familia, por lo que continuó con su título de príncipe) y en la línea de sucesión al trono. La pareja se instaló en Londres y tuvo dos hijas, las condesas Luana y Zaria.
A pesar de todo, esto no lo separó de su hermano mayor. Guillermo Alejandro y Máxima lo eligieron como padrino de su hija Alexia junto a Juan Zorreguieta, el hermano menor de Máxima, la princesa Mathilde de Bélgica, Jonkheer Frans Ferdinand de Beaufort, íntimo amigo del rey y uno de los testigos de su casamiento, y Jonkvrouw Alexandra Jankovich de Jeszenice.
Pero, el 17 de febrero de 2012, ocurrió una tragedia que marcó un punto de quiebre en la casa Orange. Friso practicaba esquí —deporte con el que estaba familiarizado— en la ciudad austriaca de Lech junto a un grupo de amigos cuando por error terminó a un costado de la pista y una avalancha lo sepultó. Según detalló la BBC en ese momento, pasaron 15 minutos hasta que los rescatistas pudieron sacarlo de debajo de la nieve. Fue atendido en el hospital Innsbruck, donde los médicos, que lo reanimaron durante 50 minutos, determinaron que sufrió un daño cerebral masivo. Posteriormente, fue trasladado al Hospital Wellington de Londres, donde permaneció en un “estado de conciencia mínima”. Tras recibir el alta médica, continuó su tratamiento en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya, pero a pesar de los esfuerzos, el daño fue irreversible: murió el 12 de agosto de 2013, 18 meses después del accidente. Tenía 44 años y su ahijada Alexia, ocho.
Su muerte aceleró los tiempos. El 28 de enero de 2013, la reina Beatriz anunció, a los 75 años, su abdicación al trono en favor de su hijo mayor. Además del trágico accidente de Friso, venía de atravesar difíciles pérdidas: la muerte de su marido en 2002, la de sus padres, los príncipes Juliana y Bernardo, en marzo y diciembre de 2004 respectivamente y un atentado contra la familia real que tuvo lugar el 30 de abril de 2009 y dejó siete víctimas fatales.
El 30 de abril de 2013, tras 33 años como reina, Beatriz le cedió el lugar a Guillermo Alejandro, quien asumió como rey junto a su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta.
Una princesa rebelde
La princesa Alexia cursó sus estudios secundarios en el Christian Gymnasium Sorghvliet de La Haya y los finalizó en el United World College (UWC) Atlantic, un prestigioso y exigente instituto ubicado en la localidad galesa de Llantwit Major, el mismo en el que se graduó su padre en 1985.
Durante los dos años que vivió en Gales tuvo que despojarse de sus títulos nobiliarios, puesto que el establecimiento estaba enfocado en la equidad y en tratar a todos sus alumnos por igual. “Alexia está disfrutando intensamente de su estancia en el colegio, aunque al principio le costó un poco adaptarse a la vida estudiantil y lejos de las comodidades de palacio: de repente tuvo que lavar la ropa ella misma, cocinar y además seguir toda la educación en inglés. Así que también le causó mucha tensión. Pero con mucha concentración ella puede hacer todo”, dijo Zorreguieta en una conferencia de prensa.
Si bien siempre se mostró cómo la más pícara, extrovertida y carismática de las tres hermanas, durante sus años en Gales — incluso hasta un poco antes — tuvo una fase de rebeldía que le dio más de un dolor de cabeza a sus padres. En octubre de 2021 participó, junto a sus compañeros, — entre ellos la princesa Leonor, hija del rey Felipe VI y la reina Letizia y futura reina de España — de la “Semana Queer”, un evento con fiestas y desfiles que organizó la universidad para visibilizar a la comunidad LGBTIQ+. En aquel momento aparecieron fotos suyas donde se la veía con un un atuendo revelador, y completamente prohibido para una princesa. Las imágenes, que fueron tomadas en un contexto de fiesta, se compartieron en las redes sociales y luego fueron publicadas por algunos medios de comunicación. Si bien años antes los reyes hicieron un pacto con la prensa para preservar la intimidad de su familia, como presuntamente la princesa autorizó la difusión, poco pudieron hacer para evitar su divulgación. Incluso tiempo después, ella llegó a reconocer que era difícil llevar una vida “normal” cuando todo lo que hacía podía terminar viralizado.
Tras este escándalo, la adolescente volvió a dar que hablar cuando su instituto publicó un video en el que apareció, junto a sus compañeros, en una movilización, con carteles y pancartas que organizaron para concientizar sobre el cambio climático. Durante los últimos meses de 2023 estuvo completamente enfocada en sus exámenes finales. En mayo de ese mismo año finalizó sus estudios y sus padres dijeron presente en su ceremonia de graduación.
La princesa regresó a casa y decidió tomarse un año sabático. Pero, la presión por saber a qué universidad iría cayó sobre sus hombros. “Escuché muchas cosas sobre mí. El estudio que elija dependerá de mis motivos personales. Yo misma aún no lo sé”, le dijo la joven a la prensa en junio de 2024 según recogió el sitio AD. Si bien trascendió que podría estudiar cerca de casa, en la Universidad de Groningen, finalmente la Casa Real anunció cursaría la licenciatura en Ciencias e Ingeniería para el Cambio Social en la Facultad de Ingeniería de la University College London (UCL). En septiembre se mudó a Londres para comenzar su vida universitaria y en noviembre se informó que hizo un cambio de carrera a Ingeniería Civil, pero dentro de la misma institución.
“El estudio es complicado, pero va bien. Estoy en exámenes, así que estoy empezando a entender lo que estoy aprendiendo. No, es broma, pero me va bien”, le dijo al medio neerlandés NOS durante los últimos festejos por el Día del Rey (Koningsdag). A su vez, remarcó que si bien los estudios son “difíciles” también afirmó que está descubriendo Londres y disfrutando de su nuevo hogar.
Su pasión por la moda, su estilo juvenil y las prendas que heredó de su madre
Muchos consideran a la princesa Alexia la más argentina de las tres hermanas y también la más parecida a su madre, tanto en personalidad como en su buen gusto a la hora de vestirse. Su guardarropa cambió a medida que creció. De pequeña vestía igual que sus hermanas, durante la preadolescencia lució vestidos, blusas y pantalones, piezas que, en ocasiones, la hacían parecer más grande. En el último par de años, en tanto, pareció haber encontrado un estilo que la identifica. Se la vio con vestidos largos al cuerpo, polleras amplias, tops, prendas oversize y principalmente camperas de cuerpo, algo no muy usual dentro de la realeza. ¿Los colores? Marrón, negro, blanco y azul ocurso. Para su último evento público, que fue el Día del Rey el 26 de abril, lució un top blanco de cuello bardot con una falda larga plisada negra de la firma Maje, una campera de cuero sobre los hombros, unas sandalias bordó de charol y una cartera a tono.
Alexia comenzó a perfilarse como toda una fashionista y supo reciclar prendas, una práctica en la que Máxima Zorreguieta es especialista. Para su primer evento en solitario, que tuvo lugar en Róterdam el 9 de septiembre de 2023 y en el que inauguró el Vox Alexia, una embarcación en su honor de la organización Van Oord, usó un vestido midi azul marino de manga larga con volados y hombros descubiertos de Oscar de la Renta. Se trató de un diseño que estrenó su madre el 30 de noviembre de 2018, cuando visitó la Argentina para la Cumbre del G20. También tomó prestadas sus joyas: unos aretes de oro y perlas de flores de hibiscus de la joyería española Coolook. Llevó unas sandalias de cuerpo color nude de Gianvito Rossi, la firma italiana de zapatos predilecta de su madre, y un clutch a tono de Marina Raphael que también tomó prestado.
Paralelamente, para el Día del Príncipe de 2024 (el segundo año que dijo presente en este evento) lució un vestido largo color rojo de manga larga, con pronunciado escote, cintura ceñida y falda plisada de Natan Couture, la casa de modas predilecta de la reina. Justamente era una pieza que su madre estrenó 22 años antes para asistir, como princesa, al Día del Príncipe de 2002.
El presente de la princesa Alexia en la corona neerlandesa
Si bien desde su nacimiento Alexia supo cuál era su destino, el 30 de abril de 2013, cuando su padre asumió como rey, se convirtió, con siete años, en la segunda en la línea de sucesión del trono. Durante sus primeros años de vida, se la vio en las fotos familiares anuales y en los festejos del Día del Rey, mientras que, cuando alcanzó la mayoría de edad, asumió nuevas responsabilidades. Al igual que lo hizo con su primogénita, el rey la nombró Caballero de la Gran Cruz de la Orden del León Neerlandés (una distinción que, desde 1898, se le otorga a los hijos del jefe de Estado al cumplir 18 años) y Caballero de la Orden del León de Oro de Nassau (una orden conjunta del monarca holandés y el Gran Duque de Luxemburgo), según detalla la Casa Orange Nassau.
Paralelamente, además de realizarse nuevos retratos, al haber alcanzado los 18 años, pudo utilizar la bandera distintiva que le otorgó el rey y participar, junto a sus padres, su hermana mayor y sus tíos, del Día del Príncipe (Prinsjesdag), un importante evento que tiene lugar el tercer martes de septiembre, en el cual el Senado y la Cámara de Representantes llevan a cabo la reunión de Estados Generales para presentar sus propuestas para el próximo año y reflexionar sobre la situación del país. Además de decir presente en el Teatro Real de La Haya, la familia saluda desde el balcón del Palacio Noordeinde. Este año el evento tendrá lugar el martes 16 de septiembre y contará por primera vez con la presencia de su hermana menor, la princesa Ariane, que alcanzó la mayoría de edad el 10 de abril.
Este 26 de junio, la princesa Alexia festeja su vigésimo cumpleaños. A pesar de que sus chances de llegar al trono son prácticamente nulas, y de que adaptarse a las exigencias de nacer dentro de una familia real nunca fue sencillo, la joven buscó y encontró su lugar y sus pasiones: toca el piano, canta y también juega al hockey. Es fanática de los deportes: asistió a los Juegos Olímpicos de París 2024 y alentó a Max Verstappen en varios Grandes Premios de los Países Bajos. Este año la carrera de la Fórmula 1 de su país tendrá lugar del 29 al 31 de agosto, pero, como está viviendo en Londres, todavía no hay certezas de si asistirá o no.
La princesa se ganó el carriño de la gente con su carisma, rebeldía y buen gusto a la hora de vestirse y, si bien es preciso decir que aún queda mucho de ella por ver, por lo pronto continúa formándose para ser la próxima ingeniera de la familia.
Es la “más argentina” de las princesas Orange, también la más rebelde y carismática y está de festejo. Este 26 de junio, la princesa Alexia, la hija del medio del rey Guillermo Alejandro y de la reina Máxima Zorreguieta y segunda en la línea de sucesión al trono, celebra su vigésimo cumpleaños. Si bien es cierto que el protagonismo suele centrarse en su hermana mayor, la princesa Amalia, puesto que es la futura reina de los Países Bajos, ella, al igual que su hermana menor, Ariane, encontró su propia manera de sobresalir con su estilo fashionista, su pasión por el canto y la guitarra y sus decisiones educativas, que más de una vez hicieron temblar (un poco) a la corona. Ante los ojos del mundo pasó de ser una niña traviesa a una joven adulta que sobrellevó difíciles circunstancias y hoy se abre paso no solo dentro de la realeza, sino también en el mundo académico como futura ingeniera.
Una tragedia que aceleró los tiempos de la realeza de los Países Bajos
La reina Máxima dio a luz a su segunda hija, Alexia Juliana Marcela Laurentien, princesa de los Países Bajos, el 26 de junio de 2005 en el hospital HMC Bronovo de La Haya. El nombre que le eligieron rinde varios homenajes: “Alexia” es por Alexander, el segundo nombre de su padre; “Juliana” por su bisabuela, quien fue reina de los Países Bajos entre 1948 y 1980; “Marcela” por Marcela Cerruti, madrina de Máxima y hermana de su madre María del Carmen ‘María Pame’ Cerruti, y “Laurentien” por su tía y esposa del príncipe Constantino, el menor de los hijos de la princesa Beatriz.
Además de las mujeres que lleva en su nombre, hubo una persona que produjo un fuerte impacto en su vida: su tío, el príncipe Friso. Hijo del medio de la reina Beatriz y el príncipe Claus, fue el segundo en la línea de sucesión del trono hasta el nacimiento de la princesa Amalia y desde una temprana edad demostró ser tan simpático como rebelde. Inició sus estudios universitarios en los Estados Unidos, algo poco común entre los integrantes de la realeza que suelen formarse en Europa. Entre 1986 y 1988 cursó Ingeniería Mecánica en la Universidad de California, en Berkeley, pero finalizó su formación en su país natal: se graduó en Gestión de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad Tecnológica de Delft y en Economía Empresarial en la Universidad Erasmus de Rotterdam.
El príncipe Friso renunció a todo por amor. Rompió con los mandatos y en 2003 anunció su casamiento con la activista Mabel Wisse Smit. Y, como ya es moneda común entre las coronas del mundo, los escándalos no tardaron en llegar. Lo que molestó al parlamento (que debe aprobar la unión marital de un integrante de la realeza) no fue el hecho de que la mujer trabajara para distintas ONGs, sino que en la búsqueda de antecedentes encontraron que durante su época de estudiante mantuvo un vínculo con el traficante de drogas Klaas Bruinsma, asesinado en 1991. Si bien ella negó cualquier tipo de relación sentimental, su ingreso a la familia real no fue aprobado.
El hijo de la reina hizo caso omiso a las exigencias del parlamento y el 24 de abril de 2004 se casó con Wisse Smit. Aunque su entorno lo respetó, su decisión le costó su lugar en la Casa Real (pero no dentro de la familia, por lo que continuó con su título de príncipe) y en la línea de sucesión al trono. La pareja se instaló en Londres y tuvo dos hijas, las condesas Luana y Zaria.
A pesar de todo, esto no lo separó de su hermano mayor. Guillermo Alejandro y Máxima lo eligieron como padrino de su hija Alexia junto a Juan Zorreguieta, el hermano menor de Máxima, la princesa Mathilde de Bélgica, Jonkheer Frans Ferdinand de Beaufort, íntimo amigo del rey y uno de los testigos de su casamiento, y Jonkvrouw Alexandra Jankovich de Jeszenice.
Pero, el 17 de febrero de 2012, ocurrió una tragedia que marcó un punto de quiebre en la casa Orange. Friso practicaba esquí —deporte con el que estaba familiarizado— en la ciudad austriaca de Lech junto a un grupo de amigos cuando por error terminó a un costado de la pista y una avalancha lo sepultó. Según detalló la BBC en ese momento, pasaron 15 minutos hasta que los rescatistas pudieron sacarlo de debajo de la nieve. Fue atendido en el hospital Innsbruck, donde los médicos, que lo reanimaron durante 50 minutos, determinaron que sufrió un daño cerebral masivo. Posteriormente, fue trasladado al Hospital Wellington de Londres, donde permaneció en un “estado de conciencia mínima”. Tras recibir el alta médica, continuó su tratamiento en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya, pero a pesar de los esfuerzos, el daño fue irreversible: murió el 12 de agosto de 2013, 18 meses después del accidente. Tenía 44 años y su ahijada Alexia, ocho.
Su muerte aceleró los tiempos. El 28 de enero de 2013, la reina Beatriz anunció, a los 75 años, su abdicación al trono en favor de su hijo mayor. Además del trágico accidente de Friso, venía de atravesar difíciles pérdidas: la muerte de su marido en 2002, la de sus padres, los príncipes Juliana y Bernardo, en marzo y diciembre de 2004 respectivamente y un atentado contra la familia real que tuvo lugar el 30 de abril de 2009 y dejó siete víctimas fatales.
El 30 de abril de 2013, tras 33 años como reina, Beatriz le cedió el lugar a Guillermo Alejandro, quien asumió como rey junto a su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta.
Una princesa rebelde
La princesa Alexia cursó sus estudios secundarios en el Christian Gymnasium Sorghvliet de La Haya y los finalizó en el United World College (UWC) Atlantic, un prestigioso y exigente instituto ubicado en la localidad galesa de Llantwit Major, el mismo en el que se graduó su padre en 1985.
Durante los dos años que vivió en Gales tuvo que despojarse de sus títulos nobiliarios, puesto que el establecimiento estaba enfocado en la equidad y en tratar a todos sus alumnos por igual. “Alexia está disfrutando intensamente de su estancia en el colegio, aunque al principio le costó un poco adaptarse a la vida estudiantil y lejos de las comodidades de palacio: de repente tuvo que lavar la ropa ella misma, cocinar y además seguir toda la educación en inglés. Así que también le causó mucha tensión. Pero con mucha concentración ella puede hacer todo”, dijo Zorreguieta en una conferencia de prensa.
Si bien siempre se mostró cómo la más pícara, extrovertida y carismática de las tres hermanas, durante sus años en Gales — incluso hasta un poco antes — tuvo una fase de rebeldía que le dio más de un dolor de cabeza a sus padres. En octubre de 2021 participó, junto a sus compañeros, — entre ellos la princesa Leonor, hija del rey Felipe VI y la reina Letizia y futura reina de España — de la “Semana Queer”, un evento con fiestas y desfiles que organizó la universidad para visibilizar a la comunidad LGBTIQ+. En aquel momento aparecieron fotos suyas donde se la veía con un un atuendo revelador, y completamente prohibido para una princesa. Las imágenes, que fueron tomadas en un contexto de fiesta, se compartieron en las redes sociales y luego fueron publicadas por algunos medios de comunicación. Si bien años antes los reyes hicieron un pacto con la prensa para preservar la intimidad de su familia, como presuntamente la princesa autorizó la difusión, poco pudieron hacer para evitar su divulgación. Incluso tiempo después, ella llegó a reconocer que era difícil llevar una vida “normal” cuando todo lo que hacía podía terminar viralizado.
Tras este escándalo, la adolescente volvió a dar que hablar cuando su instituto publicó un video en el que apareció, junto a sus compañeros, en una movilización, con carteles y pancartas que organizaron para concientizar sobre el cambio climático. Durante los últimos meses de 2023 estuvo completamente enfocada en sus exámenes finales. En mayo de ese mismo año finalizó sus estudios y sus padres dijeron presente en su ceremonia de graduación.
La princesa regresó a casa y decidió tomarse un año sabático. Pero, la presión por saber a qué universidad iría cayó sobre sus hombros. “Escuché muchas cosas sobre mí. El estudio que elija dependerá de mis motivos personales. Yo misma aún no lo sé”, le dijo la joven a la prensa en junio de 2024 según recogió el sitio AD. Si bien trascendió que podría estudiar cerca de casa, en la Universidad de Groningen, finalmente la Casa Real anunció cursaría la licenciatura en Ciencias e Ingeniería para el Cambio Social en la Facultad de Ingeniería de la University College London (UCL). En septiembre se mudó a Londres para comenzar su vida universitaria y en noviembre se informó que hizo un cambio de carrera a Ingeniería Civil, pero dentro de la misma institución.
“El estudio es complicado, pero va bien. Estoy en exámenes, así que estoy empezando a entender lo que estoy aprendiendo. No, es broma, pero me va bien”, le dijo al medio neerlandés NOS durante los últimos festejos por el Día del Rey (Koningsdag). A su vez, remarcó que si bien los estudios son “difíciles” también afirmó que está descubriendo Londres y disfrutando de su nuevo hogar.
Su pasión por la moda, su estilo juvenil y las prendas que heredó de su madre
Muchos consideran a la princesa Alexia la más argentina de las tres hermanas y también la más parecida a su madre, tanto en personalidad como en su buen gusto a la hora de vestirse. Su guardarropa cambió a medida que creció. De pequeña vestía igual que sus hermanas, durante la preadolescencia lució vestidos, blusas y pantalones, piezas que, en ocasiones, la hacían parecer más grande. En el último par de años, en tanto, pareció haber encontrado un estilo que la identifica. Se la vio con vestidos largos al cuerpo, polleras amplias, tops, prendas oversize y principalmente camperas de cuerpo, algo no muy usual dentro de la realeza. ¿Los colores? Marrón, negro, blanco y azul ocurso. Para su último evento público, que fue el Día del Rey el 26 de abril, lució un top blanco de cuello bardot con una falda larga plisada negra de la firma Maje, una campera de cuero sobre los hombros, unas sandalias bordó de charol y una cartera a tono.
Alexia comenzó a perfilarse como toda una fashionista y supo reciclar prendas, una práctica en la que Máxima Zorreguieta es especialista. Para su primer evento en solitario, que tuvo lugar en Róterdam el 9 de septiembre de 2023 y en el que inauguró el Vox Alexia, una embarcación en su honor de la organización Van Oord, usó un vestido midi azul marino de manga larga con volados y hombros descubiertos de Oscar de la Renta. Se trató de un diseño que estrenó su madre el 30 de noviembre de 2018, cuando visitó la Argentina para la Cumbre del G20. También tomó prestadas sus joyas: unos aretes de oro y perlas de flores de hibiscus de la joyería española Coolook. Llevó unas sandalias de cuerpo color nude de Gianvito Rossi, la firma italiana de zapatos predilecta de su madre, y un clutch a tono de Marina Raphael que también tomó prestado.
Paralelamente, para el Día del Príncipe de 2024 (el segundo año que dijo presente en este evento) lució un vestido largo color rojo de manga larga, con pronunciado escote, cintura ceñida y falda plisada de Natan Couture, la casa de modas predilecta de la reina. Justamente era una pieza que su madre estrenó 22 años antes para asistir, como princesa, al Día del Príncipe de 2002.
El presente de la princesa Alexia en la corona neerlandesa
Si bien desde su nacimiento Alexia supo cuál era su destino, el 30 de abril de 2013, cuando su padre asumió como rey, se convirtió, con siete años, en la segunda en la línea de sucesión del trono. Durante sus primeros años de vida, se la vio en las fotos familiares anuales y en los festejos del Día del Rey, mientras que, cuando alcanzó la mayoría de edad, asumió nuevas responsabilidades. Al igual que lo hizo con su primogénita, el rey la nombró Caballero de la Gran Cruz de la Orden del León Neerlandés (una distinción que, desde 1898, se le otorga a los hijos del jefe de Estado al cumplir 18 años) y Caballero de la Orden del León de Oro de Nassau (una orden conjunta del monarca holandés y el Gran Duque de Luxemburgo), según detalla la Casa Orange Nassau.
Paralelamente, además de realizarse nuevos retratos, al haber alcanzado los 18 años, pudo utilizar la bandera distintiva que le otorgó el rey y participar, junto a sus padres, su hermana mayor y sus tíos, del Día del Príncipe (Prinsjesdag), un importante evento que tiene lugar el tercer martes de septiembre, en el cual el Senado y la Cámara de Representantes llevan a cabo la reunión de Estados Generales para presentar sus propuestas para el próximo año y reflexionar sobre la situación del país. Además de decir presente en el Teatro Real de La Haya, la familia saluda desde el balcón del Palacio Noordeinde. Este año el evento tendrá lugar el martes 16 de septiembre y contará por primera vez con la presencia de su hermana menor, la princesa Ariane, que alcanzó la mayoría de edad el 10 de abril.
Este 26 de junio, la princesa Alexia festeja su vigésimo cumpleaños. A pesar de que sus chances de llegar al trono son prácticamente nulas, y de que adaptarse a las exigencias de nacer dentro de una familia real nunca fue sencillo, la joven buscó y encontró su lugar y sus pasiones: toca el piano, canta y también juega al hockey. Es fanática de los deportes: asistió a los Juegos Olímpicos de París 2024 y alentó a Max Verstappen en varios Grandes Premios de los Países Bajos. Este año la carrera de la Fórmula 1 de su país tendrá lugar del 29 al 31 de agosto, pero, como está viviendo en Londres, todavía no hay certezas de si asistirá o no.
La princesa se ganó el carriño de la gente con su carisma, rebeldía y buen gusto a la hora de vestirse y, si bien es preciso decir que aún queda mucho de ella por ver, por lo pronto continúa formándose para ser la próxima ingeniera de la familia.
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