Su hermana con síndrome de down la ayudó a encontrar un propósito con el arte: “Con un pincel en la mano se puede cambiar el mundo”

“Todos los días agradezco estos padres extraordinarios que tuve y a mis hermanos, en especial a Beba. Ella es el amor de todas mis vidas, ella no es especial como dicen, es espacial: ve, siente y nos ama de una manera sobrenatural. Su amor podría cambiar mucho. A mí me cambió. Mi relación con ella es hermosa y profunda: genuina, alegre, triste, nos conectamos desde el alma, desde el amor puro, el de verdad. Amor del bueno, no hay una sola palabra que pueda describir lo que es tenerla en mi vida. Sí puedo decir cada día y cada instante lo que le repito siempre a ella: ´Beba: amo ser tu hermana´. Y ella me responde: ´Yo también Picky, princesa del sol´, así me dice ella a mí”.

Victoria Ferreyra se define como pianista, obrera, pintora, hermana de ocho.

También cuenta que ama trabajar, que escucha lo que ve, que es hiperactiva. Dice que su casa y su familia son el mundo, que busca la verdad en todas sus formas y que transforma espacios con colores del alma.

Se trata de una definición tan poética como informal. Tan sabia y creativa, como original. Así es Victoria: sencilla, simple, sensible, carismática y humilde.

Beba, su musa inspiradora

María de los Ángeles Ferreyra, “Beba”, tiene síndrome de down y nació cuando Victoria (Vika) tenía nueve años. “Estar entre hermanos, jugar, pintar, dibujar, tocar el piano, cantar, contarnos cosas, ella siempre está creando una nueva pieza de arte única para obsequiarles a las personas que ama, y eso es lo que más atesoro, cada uno, tengo mi propio museo Beba. Ella de muy chica me enseñó lo que hoy es la resiliencia”, dice Vika. Y agrega: “Ella nos transformó a todos, a mí me regaló sus colores, su arte y su manera de ver la vida. Beba me terminó de predecir y me convirtió en la chica que pinta, la del mural, la pianista que pinta de oído, todo eso me dio Beba. Y es algo que se lo voy a agradecer y corresponder cada día”.

Además, Vika resalta el “extraordinario” amor y respeto que tiene Beba por su madre y sus hermanos, por las personas que conoce, cómo ve belleza en todos y en todo. Admira la manera en que encuentra en la verdad de las personas y de lo que las rodea la verdadera belleza, vista desde el alma y el corazón.

De su hermana, Vika aprendió que no hay tiempo, sino que hay amor, vida, aprendizaje y momentos. “Que todo lo que aportemos a nuestra vida desde una buena intención, es un hecho de amor, trasciende más allá del tiempo. Aprendí a vivir en modo Beba, contado en modo Vika”.

Un proyecto que es el propósito de su vida

Vika se empezó a interesar por la condición humana en su casa, con tantos hermanos por lo que le era muy atractivo estudiar sus diferencias, cercanías y colores.

“La condición humana es una creación maravillosa, ya luego que hace ese humano con su vida excede a quien sea que nos dio vida, ya es nuestra responsabilidad. Desde esa observación, cuando de adulta creé Pinta Argentina, pude volcar en este proyecto todos mis intereses. El arte me permite expresarme en todas las posibles maneras que había pensado y llevar a una acción tangible acciones que nos aporten a todos, no solo a mí”.

Pinta Argentina nació en 2011 como un proyecto independiente de participación público-privada en la búsqueda de sensibilizar y movilizar a la sociedad a través de la cultura y sus lenguajes universales: el arte, la música, la educación, el deporte, la expresión pictórica; y llevarlos hacia una actitud abierta y cooperativa que permita la inclusión e integración social de personas con y sin discapacidad.

“Con la clara intención de constituir a la Fundación como un agente promotor de la igualdad de oportunidades y la inclusión es que desde Buenos Aires salimos a recorrer el país convocando a educadores, artistas, personajes del espectáculo y autoridades políticas a trabajar en la visibilización de esta temática que lo demandaba urgentemente. Mediante distintos planes de trabajo y de relevamiento previo de los lugares visitados, es que logramos una dinámica en la que el aporte se realiza en base a las carencias detectadas y relacionadas directamente con los aspectos culturales que se busca promover: arte, deporte, música, etc.

De este modo, con mucho esfuerzo, responsabilidad y compromiso logramos a lo largo de los últimos cuatro años, el dictado de más de 1.300 talleres culturales en distintos puntos del país, desde el Impenetrable chaqueño hasta la Patagonia, la realización de numerosísimas acciones artísticas”, explica.

“Con un pincel en la mano se puede cambiar el mundo”

Pinta Argentina crea espacios de comunicación y encuentro donde las personas se comunican mediante la cultura y sus lenguajes universales. Gracias a la unión de voluntades de personas de una gran condición humana, cuenta Vika, se logran experiencias enriquecedoras, únicas, diferentes y parecidas al mismo tiempo, con la inclusión como motor principal. “Apostamos al aporte desde las capacidades humanas, individuales y colectivas para lograr una sociedad empática, considerando la empatía como un valor humano elemental, el cual nos predispone a la vida en comunidad”, dice la artista.

Para ellos, se dictan talleres sobre valores culturales en escuelas, instituciones, centros comunitarios, espacios de trabajo como forma de valorar lo propio, de comunicarse a través de los lenguajes universales. Una de las partes más importantes es la creación de obras de arte colectivas en las que se plasma el resultado de los talleres. Pueden ser murales, instalaciones u obras musicales, como forma de darle visibilidad a distintas temáticas.

“Las rutas culturales de Pinta Argentina recuperan el espacio de una escuela, de un hospital, una plaza, como reparar una casa, poner en valor espacios comunes de barrios vulnerables, campañas de prevención de salud, retratos a gran escala de abuelos y abuelas por la valoración a la tercera edad -explica Vika-. Con un pincel en la mano se puede cambiar el mundo. Yo pinto con quienes pintamos con los colores del alma y con buena voluntad, y de eso se trata: el bien común. El arte es cosa seria, y eso nos permite abordar con disciplina y compromiso proyectos que son útiles”.

Pintó a todos sus hermanos: “Es una obra que habla de amor”

Pinta Argentina realizó campañas de prevención de salud junto a la Fundación Rossi, puesta en valor de espacios comunes, en escuelas rurales, espacios-plazas en pueblos, barrios vulnerables con Cristian Pugliese de Valen Pinturas.

Vika cuenta que Beba ya fue pintada en varios barrios, provincias y países. Sus otros hermanos también. Sin embargo, los ocho coinciden en una sola obra en Montegiorgio (Italia), en lo que resultó el primer mural a gran escala por la inclusión y la valoración de las personas en condición de discapacidad.

“La idea surge para poner en valor a la familia, la comunidad, la diversidad, la infancia y respetar las diferencias. Antes de viajar lo viví con mucha ilusión, al ejecutarlo con mucho compromiso y felicidad ya que lo hicimos con toda la comunidad. Todos se sumaban a pintar y al regresar esto me dejó una experiencia que me nutrió y atesoro mucho como un antes y un después en mis obras personales o compartidas. Es una obra que habla de amor, siempre se trata de amor”, se emociona.

-¿De qué manera participa Beba en esta fundación?

-Beba le dio el nombre. Ella me dijo: ´Picky pinta argentina´ y desde esa charla nació Pinta Argentina. Ella me enseñó de colores, de valores y de propósitos: el propósito de una persona está sostenido por un gran pilar, un gran sueño, una pasión que te motive: la mía es Beba. Aprendo siempre con ella.

Ella da ideas de diseños, tramas y colores que las he llevado a muchas escuelas o a gran escala en murales. Varios de ellos nos hablan del cuidado del medio ambiente.

-¿Qué cosas hace Beba?

-Ella tiene una rutina de creación de obras -dibujos diaria, no hay un feriado. Ella ama dibujar y en todo lo que ella crea hay mensajes que enseñan. Solo hay que apreciarlos.

-¿Tus otros hermanos también participan?

-Todos me han ayudado y ayudan cuando los necesito. Mi hermana Lucía alojó artistas en su casa, nos cocinó, nos ayudó a pintar. Mis hermanos varones me han dado una mano en montaje, corte de obras. Todos mis hermanos y hermanas siempre están al pie del cañón si les pido ayuda para poder ayudar yo.

-¿Qué impacto tienen las obras de Pinta Argentina en la condición humana y la igualdad de oportunidades?

-Creo que impacta contagiando buena voluntad, ejemplos de trabajo en equipo por el bien común y genera oportunidades. Siempre aparece una persona con esa búsqueda de oportunidad y lo sumamos o conectamos para que pueda avanzar.

Lo que más les llama la atención es el compromiso y la dinámica, el ritmo de ejecución. Soy rápida y transmito esto de maximizar las aptitudes en el tiempo. Nos valoran el mensaje, agradecen la experiencia y se nutren con los colores. El mural es querido siempre, si el mensaje es para el otro, se nota, lo ven y lo agradecen.

-¿Qué valoración haces de todo lo que vienen logrando?

-Nada sucede sin esfuerzo y compromiso, ya sea una obra individual mía o una obra para y con la comunidad. Los resultados positivos no se logran sin hacer, se hace y mucho.

Siento mucho orgullo, siento ganas cada día de ir a pintar y conocer nuevas personas, sigo creyendo en la condición humana. Me reconforta las buenas personas y su buena voluntad. Pinta es mi razón de ser, hacer y agradecer. Valoro estar de este lado, y desde el arte y el amor ser y hacer.

“Todos los días agradezco estos padres extraordinarios que tuve y a mis hermanos, en especial a Beba. Ella es el amor de todas mis vidas, ella no es especial como dicen, es espacial: ve, siente y nos ama de una manera sobrenatural. Su amor podría cambiar mucho. A mí me cambió. Mi relación con ella es hermosa y profunda: genuina, alegre, triste, nos conectamos desde el alma, desde el amor puro, el de verdad. Amor del bueno, no hay una sola palabra que pueda describir lo que es tenerla en mi vida. Sí puedo decir cada día y cada instante lo que le repito siempre a ella: ´Beba: amo ser tu hermana´. Y ella me responde: ´Yo también Picky, princesa del sol´, así me dice ella a mí”.

Victoria Ferreyra se define como pianista, obrera, pintora, hermana de ocho.

También cuenta que ama trabajar, que escucha lo que ve, que es hiperactiva. Dice que su casa y su familia son el mundo, que busca la verdad en todas sus formas y que transforma espacios con colores del alma.

Se trata de una definición tan poética como informal. Tan sabia y creativa, como original. Así es Victoria: sencilla, simple, sensible, carismática y humilde.

Beba, su musa inspiradora

María de los Ángeles Ferreyra, “Beba”, tiene síndrome de down y nació cuando Victoria (Vika) tenía nueve años. “Estar entre hermanos, jugar, pintar, dibujar, tocar el piano, cantar, contarnos cosas, ella siempre está creando una nueva pieza de arte única para obsequiarles a las personas que ama, y eso es lo que más atesoro, cada uno, tengo mi propio museo Beba. Ella de muy chica me enseñó lo que hoy es la resiliencia”, dice Vika. Y agrega: “Ella nos transformó a todos, a mí me regaló sus colores, su arte y su manera de ver la vida. Beba me terminó de predecir y me convirtió en la chica que pinta, la del mural, la pianista que pinta de oído, todo eso me dio Beba. Y es algo que se lo voy a agradecer y corresponder cada día”.

Además, Vika resalta el “extraordinario” amor y respeto que tiene Beba por su madre y sus hermanos, por las personas que conoce, cómo ve belleza en todos y en todo. Admira la manera en que encuentra en la verdad de las personas y de lo que las rodea la verdadera belleza, vista desde el alma y el corazón.

De su hermana, Vika aprendió que no hay tiempo, sino que hay amor, vida, aprendizaje y momentos. “Que todo lo que aportemos a nuestra vida desde una buena intención, es un hecho de amor, trasciende más allá del tiempo. Aprendí a vivir en modo Beba, contado en modo Vika”.

Un proyecto que es el propósito de su vida

Vika se empezó a interesar por la condición humana en su casa, con tantos hermanos por lo que le era muy atractivo estudiar sus diferencias, cercanías y colores.

“La condición humana es una creación maravillosa, ya luego que hace ese humano con su vida excede a quien sea que nos dio vida, ya es nuestra responsabilidad. Desde esa observación, cuando de adulta creé Pinta Argentina, pude volcar en este proyecto todos mis intereses. El arte me permite expresarme en todas las posibles maneras que había pensado y llevar a una acción tangible acciones que nos aporten a todos, no solo a mí”.

Pinta Argentina nació en 2011 como un proyecto independiente de participación público-privada en la búsqueda de sensibilizar y movilizar a la sociedad a través de la cultura y sus lenguajes universales: el arte, la música, la educación, el deporte, la expresión pictórica; y llevarlos hacia una actitud abierta y cooperativa que permita la inclusión e integración social de personas con y sin discapacidad.

“Con la clara intención de constituir a la Fundación como un agente promotor de la igualdad de oportunidades y la inclusión es que desde Buenos Aires salimos a recorrer el país convocando a educadores, artistas, personajes del espectáculo y autoridades políticas a trabajar en la visibilización de esta temática que lo demandaba urgentemente. Mediante distintos planes de trabajo y de relevamiento previo de los lugares visitados, es que logramos una dinámica en la que el aporte se realiza en base a las carencias detectadas y relacionadas directamente con los aspectos culturales que se busca promover: arte, deporte, música, etc.

De este modo, con mucho esfuerzo, responsabilidad y compromiso logramos a lo largo de los últimos cuatro años, el dictado de más de 1.300 talleres culturales en distintos puntos del país, desde el Impenetrable chaqueño hasta la Patagonia, la realización de numerosísimas acciones artísticas”, explica.

“Con un pincel en la mano se puede cambiar el mundo”

Pinta Argentina crea espacios de comunicación y encuentro donde las personas se comunican mediante la cultura y sus lenguajes universales. Gracias a la unión de voluntades de personas de una gran condición humana, cuenta Vika, se logran experiencias enriquecedoras, únicas, diferentes y parecidas al mismo tiempo, con la inclusión como motor principal. “Apostamos al aporte desde las capacidades humanas, individuales y colectivas para lograr una sociedad empática, considerando la empatía como un valor humano elemental, el cual nos predispone a la vida en comunidad”, dice la artista.

Para ellos, se dictan talleres sobre valores culturales en escuelas, instituciones, centros comunitarios, espacios de trabajo como forma de valorar lo propio, de comunicarse a través de los lenguajes universales. Una de las partes más importantes es la creación de obras de arte colectivas en las que se plasma el resultado de los talleres. Pueden ser murales, instalaciones u obras musicales, como forma de darle visibilidad a distintas temáticas.

“Las rutas culturales de Pinta Argentina recuperan el espacio de una escuela, de un hospital, una plaza, como reparar una casa, poner en valor espacios comunes de barrios vulnerables, campañas de prevención de salud, retratos a gran escala de abuelos y abuelas por la valoración a la tercera edad -explica Vika-. Con un pincel en la mano se puede cambiar el mundo. Yo pinto con quienes pintamos con los colores del alma y con buena voluntad, y de eso se trata: el bien común. El arte es cosa seria, y eso nos permite abordar con disciplina y compromiso proyectos que son útiles”.

Pintó a todos sus hermanos: “Es una obra que habla de amor”

Pinta Argentina realizó campañas de prevención de salud junto a la Fundación Rossi, puesta en valor de espacios comunes, en escuelas rurales, espacios-plazas en pueblos, barrios vulnerables con Cristian Pugliese de Valen Pinturas.

Vika cuenta que Beba ya fue pintada en varios barrios, provincias y países. Sus otros hermanos también. Sin embargo, los ocho coinciden en una sola obra en Montegiorgio (Italia), en lo que resultó el primer mural a gran escala por la inclusión y la valoración de las personas en condición de discapacidad.

“La idea surge para poner en valor a la familia, la comunidad, la diversidad, la infancia y respetar las diferencias. Antes de viajar lo viví con mucha ilusión, al ejecutarlo con mucho compromiso y felicidad ya que lo hicimos con toda la comunidad. Todos se sumaban a pintar y al regresar esto me dejó una experiencia que me nutrió y atesoro mucho como un antes y un después en mis obras personales o compartidas. Es una obra que habla de amor, siempre se trata de amor”, se emociona.

-¿De qué manera participa Beba en esta fundación?

-Beba le dio el nombre. Ella me dijo: ´Picky pinta argentina´ y desde esa charla nació Pinta Argentina. Ella me enseñó de colores, de valores y de propósitos: el propósito de una persona está sostenido por un gran pilar, un gran sueño, una pasión que te motive: la mía es Beba. Aprendo siempre con ella.

Ella da ideas de diseños, tramas y colores que las he llevado a muchas escuelas o a gran escala en murales. Varios de ellos nos hablan del cuidado del medio ambiente.

-¿Qué cosas hace Beba?

-Ella tiene una rutina de creación de obras -dibujos diaria, no hay un feriado. Ella ama dibujar y en todo lo que ella crea hay mensajes que enseñan. Solo hay que apreciarlos.

-¿Tus otros hermanos también participan?

-Todos me han ayudado y ayudan cuando los necesito. Mi hermana Lucía alojó artistas en su casa, nos cocinó, nos ayudó a pintar. Mis hermanos varones me han dado una mano en montaje, corte de obras. Todos mis hermanos y hermanas siempre están al pie del cañón si les pido ayuda para poder ayudar yo.

-¿Qué impacto tienen las obras de Pinta Argentina en la condición humana y la igualdad de oportunidades?

-Creo que impacta contagiando buena voluntad, ejemplos de trabajo en equipo por el bien común y genera oportunidades. Siempre aparece una persona con esa búsqueda de oportunidad y lo sumamos o conectamos para que pueda avanzar.

Lo que más les llama la atención es el compromiso y la dinámica, el ritmo de ejecución. Soy rápida y transmito esto de maximizar las aptitudes en el tiempo. Nos valoran el mensaje, agradecen la experiencia y se nutren con los colores. El mural es querido siempre, si el mensaje es para el otro, se nota, lo ven y lo agradecen.

-¿Qué valoración haces de todo lo que vienen logrando?

-Nada sucede sin esfuerzo y compromiso, ya sea una obra individual mía o una obra para y con la comunidad. Los resultados positivos no se logran sin hacer, se hace y mucho.

Siento mucho orgullo, siento ganas cada día de ir a pintar y conocer nuevas personas, sigo creyendo en la condición humana. Me reconforta las buenas personas y su buena voluntad. Pinta es mi razón de ser, hacer y agradecer. Valoro estar de este lado, y desde el arte y el amor ser y hacer.

 Beba fue la musa inspiradora de Vika, que creó Pinta Argentina, un proyecto que busca sensibilizar a la sociedad a través de la pintura para lograr la integración social de personas con y sin discapacidad  Read More