“Presenta desafíos”: cuatro economistas advierten por el dólar y el sector externo

El sector externo, la deuda y las reservas del Banco Central, la dinámica de las exportaciones y la capacidad del país para mejorar su productividad fueron ejes de un debate entre cuatro economistas que tuvo a un protagonista central: el dólar.

“El Gobierno sacó controles de capitales a las personas, no a las empresas, y lo que vemos es que las compras de dólares de las personas no son para quedárselos, sino que se van a financiar el CCL y los viajes al exterior, y eso presenta desafíos”, planteó Marina Dal Poggetto, directora de Eco Go, quien participó del IAE Summit junto a Juan Carlos Hallak, investigador del IIEP-UBA; Pablo Dragún (UIA) y el exministro Matías Kulfas.

Según Dal Poggetto, el factor cambiario está condicionado hoy por la política. “El esquema cambiario se presenta como flexible, pero el objetivo vuelve a ser político, y tiene que ver con tratar de que el dólar vaya hacia abajo. Un programa que requería un dólar más alto y tasa de interés más alta, para acumular reservas, se transformó en un programa que pisa el dólar y sigue financiando la expansión del crédito como motor del crecimiento, en una economía que tiene pisados los ingresos y pisada la recomposición del empleo”.

En ese sentido, advirtió que el Gobierno intentará mantener el esquema hasta octubre, pero que luego habrá modificaciones, asociadas al rojo externo y la necesidad de dólares para financiar importaciones, turismo, servicios y deuda. “La definición del tipo de cambio te lo va a dar el programa financiero en última instancia”, resumió, en un encuentro organizado por IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.

Por su parte, Dragún analizó la evolución de la actividad industrial durante la gestión de Milei, y destacó la heterogeneidad entre rubros. Según el economista, el sector manufacturero está en un nivel “similar” al de hace seis meses, aunque “en el agregado hay sectores funcionando bien y creciendo con vigor, como la refinación de petróleo, el sector automotriz o la fabricación de motos; y otros que son más mano de obra intensivos, como el de textiles, indumentaria y calzado o la construcción, que están debajo de 2023”.

En su análisis, Dragún analizó los efectos de la baja de la inflación sobre la actividad de las empresas, y afirmó que hay costos que “son más fáciles de esconder o de patear hacia delante” en una economía inflacionaria, y que el contexto actual presenta desafíos para el sector productivo.

También advirtió por las consecuencias del ajuste fiscal en factores como la obra pública y el deterioro de la infraestructura. “En el país hay una cuestión de costos logísticos mucho más elevados que en otros países. Este es el octavo más grande del mundo y muchas soluciones no son comparables, pero ahora hay que invertir para bajar costos”, precisó.

Por su parte, Hallak se refirió a la inserción internacional de la producción local. “Teníamos un nivel de protección, y en su forma, muy disruptiva para la economía, y eso claramente afecta a la productividad. No tener acceso a insumos importados de forma previsible es terrible”, planteó el economista, quien destacó los efectos de la apertura, aunque indicó que el proceso fue “quizás muy rápido para mi gusto”.

En ese sentido, se refirió al rol que puede jugar el Estado, en el escenario de ajuste fiscal y retirada del sector público que propone el gobierno de Javier Milei. “La apertura comercial ayuda, pero requiere más cosas. Una parte es cuando el Estado se corre de las cosas que hace mal, pero hay una parte que tiene que hacer y no lo está haciendo. Es lo que se llama política productiva, que no es dar subsidios, sino de ayudar a cómo se logra mejorar la productividad, a que el país se pueda insertar internacionalmente y poder vender las cosas a un valor en el mundo”, dijo el economista, y agregó: “El que sabe exportar es el que entiende el mercado externo. Y en eso fallamos, pero hay una Argentina que tiene ese potencial”.

En esa misma línea coincidió Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo durante la gestión de Alberto Fernández. El economista destacó la baja de la inflación y la eliminación de la brecha cambiaria que logró la actual gestión (“salir de la emergencia es imprescindible”), pero insistió en que el país “necesita un Estado activo”.

“Hay que definir hasta dónde, con qué instrumentos y con qué políticas. No creo que la palabra subsidios deba estar prohibida, pero sí creo que hay usarla con criterio, atado a metas y resultados. Hay que definir en qué aspectos al sector privado hay que dejarlo que opere libremente y dónde acompañar en otros, con palos y zanahorias, con metas, objetivos y resultados”, dijo el economista.

Por último, analizó la coyuntura local, el tipo de cambio y una consecuencia del ajuste realizado por el Gobierno en la obra pública. “Con este esquema de precios relativos y apertura con atraso cambiario, solo los sectores primarios pueden progresar, y no soy optimista más allá de sectores como el agro, la energía y la minería”, dijo Kulfas, y agregó: “La infraestructura es imprescindible en una Argentina que está en la posibilidad de ser exportador, requiere rutas, comunicación. Y un Estado que se desentiende de la obra pública está condenado a un déficit de infraestructura”.

El sector externo, la deuda y las reservas del Banco Central, la dinámica de las exportaciones y la capacidad del país para mejorar su productividad fueron ejes de un debate entre cuatro economistas que tuvo a un protagonista central: el dólar.

“El Gobierno sacó controles de capitales a las personas, no a las empresas, y lo que vemos es que las compras de dólares de las personas no son para quedárselos, sino que se van a financiar el CCL y los viajes al exterior, y eso presenta desafíos”, planteó Marina Dal Poggetto, directora de Eco Go, quien participó del IAE Summit junto a Juan Carlos Hallak, investigador del IIEP-UBA; Pablo Dragún (UIA) y el exministro Matías Kulfas.

Según Dal Poggetto, el factor cambiario está condicionado hoy por la política. “El esquema cambiario se presenta como flexible, pero el objetivo vuelve a ser político, y tiene que ver con tratar de que el dólar vaya hacia abajo. Un programa que requería un dólar más alto y tasa de interés más alta, para acumular reservas, se transformó en un programa que pisa el dólar y sigue financiando la expansión del crédito como motor del crecimiento, en una economía que tiene pisados los ingresos y pisada la recomposición del empleo”.

En ese sentido, advirtió que el Gobierno intentará mantener el esquema hasta octubre, pero que luego habrá modificaciones, asociadas al rojo externo y la necesidad de dólares para financiar importaciones, turismo, servicios y deuda. “La definición del tipo de cambio te lo va a dar el programa financiero en última instancia”, resumió, en un encuentro organizado por IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.

Por su parte, Dragún analizó la evolución de la actividad industrial durante la gestión de Milei, y destacó la heterogeneidad entre rubros. Según el economista, el sector manufacturero está en un nivel “similar” al de hace seis meses, aunque “en el agregado hay sectores funcionando bien y creciendo con vigor, como la refinación de petróleo, el sector automotriz o la fabricación de motos; y otros que son más mano de obra intensivos, como el de textiles, indumentaria y calzado o la construcción, que están debajo de 2023”.

En su análisis, Dragún analizó los efectos de la baja de la inflación sobre la actividad de las empresas, y afirmó que hay costos que “son más fáciles de esconder o de patear hacia delante” en una economía inflacionaria, y que el contexto actual presenta desafíos para el sector productivo.

También advirtió por las consecuencias del ajuste fiscal en factores como la obra pública y el deterioro de la infraestructura. “En el país hay una cuestión de costos logísticos mucho más elevados que en otros países. Este es el octavo más grande del mundo y muchas soluciones no son comparables, pero ahora hay que invertir para bajar costos”, precisó.

Por su parte, Hallak se refirió a la inserción internacional de la producción local. “Teníamos un nivel de protección, y en su forma, muy disruptiva para la economía, y eso claramente afecta a la productividad. No tener acceso a insumos importados de forma previsible es terrible”, planteó el economista, quien destacó los efectos de la apertura, aunque indicó que el proceso fue “quizás muy rápido para mi gusto”.

En ese sentido, se refirió al rol que puede jugar el Estado, en el escenario de ajuste fiscal y retirada del sector público que propone el gobierno de Javier Milei. “La apertura comercial ayuda, pero requiere más cosas. Una parte es cuando el Estado se corre de las cosas que hace mal, pero hay una parte que tiene que hacer y no lo está haciendo. Es lo que se llama política productiva, que no es dar subsidios, sino de ayudar a cómo se logra mejorar la productividad, a que el país se pueda insertar internacionalmente y poder vender las cosas a un valor en el mundo”, dijo el economista, y agregó: “El que sabe exportar es el que entiende el mercado externo. Y en eso fallamos, pero hay una Argentina que tiene ese potencial”.

En esa misma línea coincidió Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo durante la gestión de Alberto Fernández. El economista destacó la baja de la inflación y la eliminación de la brecha cambiaria que logró la actual gestión (“salir de la emergencia es imprescindible”), pero insistió en que el país “necesita un Estado activo”.

“Hay que definir hasta dónde, con qué instrumentos y con qué políticas. No creo que la palabra subsidios deba estar prohibida, pero sí creo que hay usarla con criterio, atado a metas y resultados. Hay que definir en qué aspectos al sector privado hay que dejarlo que opere libremente y dónde acompañar en otros, con palos y zanahorias, con metas, objetivos y resultados”, dijo el economista.

Por último, analizó la coyuntura local, el tipo de cambio y una consecuencia del ajuste realizado por el Gobierno en la obra pública. “Con este esquema de precios relativos y apertura con atraso cambiario, solo los sectores primarios pueden progresar, y no soy optimista más allá de sectores como el agro, la energía y la minería”, dijo Kulfas, y agregó: “La infraestructura es imprescindible en una Argentina que está en la posibilidad de ser exportador, requiere rutas, comunicación. Y un Estado que se desentiende de la obra pública está condenado a un déficit de infraestructura”.

 Juan Carlos Hallak, Matías Kulfas, Pablo Dragún y Marina Dal Poggetto debatieron sobre el nivel del tipo de cambio y la apertura de la economía  Read More