Emprendedores: juntaron pistacho, miel y sal de mar y encontraron la fórmula para un novedoso licor

MAR DEL PLATA.- Pistacho, miel y sal de mar. “De la tierra, la colmena y nuestro océano”, resumen los emprendedores que crearon Attimo, un licor con desarrollo artesanal e identidad marplatense que asoma al mercado como el primero en el país que en el circuito de las bebidas alcohólicas toma como principal protagonista al fruto seco que vive su momento de plenitud, un poco como moda, otro tanto por su instalación firme en el circuito de la gastronomía premium.

La aventura comenzó con aires de experimentación hace poco más de un año y antes de la última temporada de verano ya circulaban las coquetas botellas, en dos tamaños e imagen de etiqueta entonces todavía en modo prueba, a la venta luego del visto bueno de los cercanos, varios de ellos expertos en la materia. Todos dieron el OK a esta creación absolutamente novedosa.

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“Es complejo el licor por sus componentes y el equilibrio que se tiene que encontrar en la fórmula para que cada ingrediente tenga presencia en su justa medida”, explica Manuel Conde, un biólogo que acercó la idea y encontró el acompañamiento de Leonardo Dorsch, apicultor, y Ezequiel Maschwitz, a una tesis de convertirse en ingeniero industrial.

Si bien conocían de la existencia de licores de pistacho en gran variedad que se consiguen en el exterior, particularmente en Italia, entienden que en la Argentina no hay antecedentes de que tenga ingreso en el circuito comercial. Al menos preparado de la manera natural que aquí lo han encarado, con un protagonismo muy notorio de la materia prima estrella.

“Cuando está en boca no solo van a encontrar el sabor bien reconocible sino también el granulado que decidimos dejar de la molienda del pistacho”, dicen a LA NACION y muestran una botella, lista para salir a la venta, en la que a pesar del esmerilado del vidrio se logra ver el fruto seco como sedimento. “Se toma con frío de heladera y bien agitado antes de servir”, recomiendan.

El pistacho que utilizan llega de San Juan. El producto vive un momento de altísima demanda, lo que lo ha llevado a valores muy altos en el mercado. En enero, aseguran, alcanzó precios hasta seis veces por encima de lo habitual. El sabor se reposicionó en las heladerías y también la pastelería comenzó a incluirlo en sus cremas u otras presentaciones. La otra opción es importar, que por supuesto implica mayores costos. Y la opción de trabajar con esencias o similares no está contemplada de ninguna manera para esta bebida.

En el caso de la miel, Dorsch destaca que utilizan la marca Pampa D´Oro, parte de una producción marplatense muy amplia y con alto reconocimiento nacional e internacional. Destaca que en el distrito de General Pueyrredón se logran casi 1,2 millones de toneladas al año derivadas de unas 32.000 colmenas y 220 productores. Así se gana un lugar fuerte en un mercado en el que la provincia de Buenos Aires aporta el 50% al total de miel que se produce en todo el país. El 70% de la cosecha bonaerense llega desde la denominada Cuenca del Salado.

El aporte de sal marina se probó como alternativa para acentuar el sabor. Un contraste y desafío a la dulzura que domina la bebida. También para reforzar la identidad con la ciudad. Más aún después de la explosión y reconocimiento que tuvo en una versión del alfajor Havanna, presentado para conmemorar el 150° aniversario de Mar del Plata y que derivó en un doble éxito: récord de venta en la presentación e incorporación definitiva a la carta de productos de la tradicional empresa.

El emprendimiento del licor Attimo –que en italiano significa “instante”-buscó una opción que ampliara la oferta. Ahí si se sumaron a una ola que está en pleno crecimiento: el chocolate Dubai, originario de Emiratos Árabes y que contempla una barra rellena con crema de pistacho con cobertura, amarga o con leche, según las versiones y presentaciones que circulan en el mercado.

Un superinvento del INTA evita el congelamiento del agua

Estos emprendedores confiaron entonces en una segunda versión y lanzaron Attimo Chocolate Dubai, con un agregado de cacao que potencia a este licor crema. “Ambos se pueden servir y sentir como postre”, aseguran.

Durante el último verano pusieron a prueba la marca y el sabor en una feria itinerante de Banco Nación. “Vendimos todo”, recuerda Maschwitz. Ahora estarán, desde hoy, en la muy reconocida feria Caminos y Sabores en el predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina (SRA). La muestra se podrá visitar hasta el domingo, de 12 a 20.

El proyecto por ahora, explican, tiene escala artesanal, pero con un estándar de calidad que buscan mantener alto. “El pistacho es parte de un segmento importante y en ese circuito aspiramos a posicionarnos”, explicaron.

Por ahora la comercialización es casi dirigida. En Mar del Plata comenzaron con presencia en una vinoteca. También en un típico bar local, Las 40. Y en Distrito Alem ya se ganaron un lugar dentro de la carta de coctelería de autor: licor crema Attimo, whisky escocés, un toque de miel y otro de almíbar de jengibre.

MAR DEL PLATA.- Pistacho, miel y sal de mar. “De la tierra, la colmena y nuestro océano”, resumen los emprendedores que crearon Attimo, un licor con desarrollo artesanal e identidad marplatense que asoma al mercado como el primero en el país que en el circuito de las bebidas alcohólicas toma como principal protagonista al fruto seco que vive su momento de plenitud, un poco como moda, otro tanto por su instalación firme en el circuito de la gastronomía premium.

La aventura comenzó con aires de experimentación hace poco más de un año y antes de la última temporada de verano ya circulaban las coquetas botellas, en dos tamaños e imagen de etiqueta entonces todavía en modo prueba, a la venta luego del visto bueno de los cercanos, varios de ellos expertos en la materia. Todos dieron el OK a esta creación absolutamente novedosa.

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“Es complejo el licor por sus componentes y el equilibrio que se tiene que encontrar en la fórmula para que cada ingrediente tenga presencia en su justa medida”, explica Manuel Conde, un biólogo que acercó la idea y encontró el acompañamiento de Leonardo Dorsch, apicultor, y Ezequiel Maschwitz, a una tesis de convertirse en ingeniero industrial.

Si bien conocían de la existencia de licores de pistacho en gran variedad que se consiguen en el exterior, particularmente en Italia, entienden que en la Argentina no hay antecedentes de que tenga ingreso en el circuito comercial. Al menos preparado de la manera natural que aquí lo han encarado, con un protagonismo muy notorio de la materia prima estrella.

“Cuando está en boca no solo van a encontrar el sabor bien reconocible sino también el granulado que decidimos dejar de la molienda del pistacho”, dicen a LA NACION y muestran una botella, lista para salir a la venta, en la que a pesar del esmerilado del vidrio se logra ver el fruto seco como sedimento. “Se toma con frío de heladera y bien agitado antes de servir”, recomiendan.

El pistacho que utilizan llega de San Juan. El producto vive un momento de altísima demanda, lo que lo ha llevado a valores muy altos en el mercado. En enero, aseguran, alcanzó precios hasta seis veces por encima de lo habitual. El sabor se reposicionó en las heladerías y también la pastelería comenzó a incluirlo en sus cremas u otras presentaciones. La otra opción es importar, que por supuesto implica mayores costos. Y la opción de trabajar con esencias o similares no está contemplada de ninguna manera para esta bebida.

En el caso de la miel, Dorsch destaca que utilizan la marca Pampa D´Oro, parte de una producción marplatense muy amplia y con alto reconocimiento nacional e internacional. Destaca que en el distrito de General Pueyrredón se logran casi 1,2 millones de toneladas al año derivadas de unas 32.000 colmenas y 220 productores. Así se gana un lugar fuerte en un mercado en el que la provincia de Buenos Aires aporta el 50% al total de miel que se produce en todo el país. El 70% de la cosecha bonaerense llega desde la denominada Cuenca del Salado.

El aporte de sal marina se probó como alternativa para acentuar el sabor. Un contraste y desafío a la dulzura que domina la bebida. También para reforzar la identidad con la ciudad. Más aún después de la explosión y reconocimiento que tuvo en una versión del alfajor Havanna, presentado para conmemorar el 150° aniversario de Mar del Plata y que derivó en un doble éxito: récord de venta en la presentación e incorporación definitiva a la carta de productos de la tradicional empresa.

El emprendimiento del licor Attimo –que en italiano significa “instante”-buscó una opción que ampliara la oferta. Ahí si se sumaron a una ola que está en pleno crecimiento: el chocolate Dubai, originario de Emiratos Árabes y que contempla una barra rellena con crema de pistacho con cobertura, amarga o con leche, según las versiones y presentaciones que circulan en el mercado.

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Estos emprendedores confiaron entonces en una segunda versión y lanzaron Attimo Chocolate Dubai, con un agregado de cacao que potencia a este licor crema. “Ambos se pueden servir y sentir como postre”, aseguran.

Durante el último verano pusieron a prueba la marca y el sabor en una feria itinerante de Banco Nación. “Vendimos todo”, recuerda Maschwitz. Ahora estarán, desde hoy, en la muy reconocida feria Caminos y Sabores en el predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina (SRA). La muestra se podrá visitar hasta el domingo, de 12 a 20.

El proyecto por ahora, explican, tiene escala artesanal, pero con un estándar de calidad que buscan mantener alto. “El pistacho es parte de un segmento importante y en ese circuito aspiramos a posicionarnos”, explicaron.

Por ahora la comercialización es casi dirigida. En Mar del Plata comenzaron con presencia en una vinoteca. También en un típico bar local, Las 40. Y en Distrito Alem ya se ganaron un lugar dentro de la carta de coctelería de autor: licor crema Attimo, whisky escocés, un toque de miel y otro de almíbar de jengibre.

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