Pablo Yadarola, un juez de bajo perfil, acostumbrado a sortear escándalos y con pasado en Comodoro Py

Pablo Yadarola, el juez a cargo de investigar las presuntas irregularidades en la llegada al país de un avión privado del empresario amigo del Gobierno Leonardo Scatturice, es un magistrado de bajo perfil pero acostumbrado a surfear casos escandalosos sin ser alcanzado por sus consecuencias.

Es el titular del juzgado en lo Penal Económico N°2, un fuero donde tramitan casos de contrabando y donde los jueces se caracterizan por pasar inadvertidos, al punto de que a algunos de ellos ni se les conoce una foto publicada en el diario.

A esa clase de magistrados pertenece Yadarola, recibido de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y funcionario que hizo carrera judicial desde joven.

Su primer cargo lo consiguió en 1997, en el juzgado nacional de instrucción criminal N°3, en el Palacio de Tribunales, donde comenzó la carrera como auxiliar y escribiente, pasó al juzgado N°4 y luego a los tribunales de Quilmes, ya como relator.

Pero su despegue se daría en los tribunales federales de Comodoro Py 2002, bajo el ala de Sergio Torres, entonces a cargo del Juzgado Federal N°12 y hoy juez de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires.

En Comodoro Py, cerca de Torres, Yadarola fue ascendiendo en 2004, hasta convertirse en secretario del juzgado, en 2008, con lo que conoce todos los pliegues de la justicia en la política, y viceversa.

Torres y Yadarola, que compartieron también espacios en la docencia universitaria, no terminaron bien su relación. En 2015, Yadarola cambió de fuero y asumió al frente del juzgado en lo Penal Económico N°2.

Yadarola es reconocido por sus colegas por su buena formación académica. Un magistrado de Comodoro Py lo describió como ”un juez meticuloso y muy estudioso, que a veces se enoja si siente que no se respeta el rigor técnico de un expediente”.

Aspiró a integrar la Cámara Federal porteña, sin suerte, y luego exploró la posibilidad de la Cámara Federal San Martín. Su hermano, Martín Yadarola, es juez de instrucción de la justicia nacional.

Por su juzgado en lo Penal Económico N°2 pasó el caso de la llegada al país de Guido Alejandro Antonini Wilson en 2007, con una valija con casi 800.000 dólares, proveniente de Venezuela. Yadarola procesó al entonces ministro de Planificación Federal Julio de Vido y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, entre otros funcionarios del kirchnerismo.

Yadarola declaró en aquel entonces: “No se puede tolerar que el Estado sea instrumento de maniobras que impliquen blanqueo de capitales”.

En 2019 ordenó la incautación de bienes millonarios, incluida la Ferrari F355 Spider de Maradona, que había terminado en poder de un acusado de narcotráfico.

Sobre estos procesos afirmó que “la Justicia penal económica tiene que servir no solo para perseguir delitos, sino para recuperar activos que son fruto de la criminalidad.”

Intervino en 2018 en operativos conjuntos con la Aduana y la Homeland Security de los Estados Unidos para secuestrar armas de alto poder ingresadas por correo postal.

Quienes lo tratan en tribunales suelen describirlo como formal, reservado y celoso de su trabajo, pero con una fuerte autoestima profesional: “No se deja apurar. Te habla mucho de derecho, y se indigna cuando ve operaciones mediáticas”, dicen en los tribunales.

El escándalo Lago Escondido

Su nombre quedó bajo la lupa cuando estalló el escándalo de Lago Escondido. Yadarola fue uno de los viajeros que acudieron a la estancia de Joe Lewis, en la Patagonia, junto con otros magistrados, funcionarios, exespías y ejecutivos de Clarín.

“Todo esto surge de espionaje ilegal. No hay nada ilegal en el viaje. No recibí ningún regalo ni dádiva”, dijo en ese momento y presentó una denuncia por cómo se había filtrado la información a través del hackeo de un teléfono celular.

Finalmente, el juez federal Sebastián Ramos anuló la causa que investigaba el viaje de jueces y sobreseyó a todos los que estaban imputados en el expediente.

Ramos falló a favor de sus colegas Julián Ercolini (juez federal de Comodoro Py), Carlos Mahiques (camarista de Casación, el máximo tribunal penal), Yadarola y Pablo Cayssials (del estratégico fuero en lo contencioso administrativo). También del fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, jefe de todos los fiscales porteños; del exministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad Marcelo D’Alessandro; del exfuncionario de la SIDE Leonardo Bergroth, del asesor en comunicación Tomás Reinke y de los directivos del Grupo Clarín Pablo Cassey y Jorge Rendo.

Sus colegas le reprocharon a Yadarola que, sin ser mediático, participó en ese viaje junto con empresarios que litigan en el fuero penal económico.

Pablo Yadarola, el juez a cargo de investigar las presuntas irregularidades en la llegada al país de un avión privado del empresario amigo del Gobierno Leonardo Scatturice, es un magistrado de bajo perfil pero acostumbrado a surfear casos escandalosos sin ser alcanzado por sus consecuencias.

Es el titular del juzgado en lo Penal Económico N°2, un fuero donde tramitan casos de contrabando y donde los jueces se caracterizan por pasar inadvertidos, al punto de que a algunos de ellos ni se les conoce una foto publicada en el diario.

A esa clase de magistrados pertenece Yadarola, recibido de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y funcionario que hizo carrera judicial desde joven.

Su primer cargo lo consiguió en 1997, en el juzgado nacional de instrucción criminal N°3, en el Palacio de Tribunales, donde comenzó la carrera como auxiliar y escribiente, pasó al juzgado N°4 y luego a los tribunales de Quilmes, ya como relator.

Pero su despegue se daría en los tribunales federales de Comodoro Py 2002, bajo el ala de Sergio Torres, entonces a cargo del Juzgado Federal N°12 y hoy juez de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires.

En Comodoro Py, cerca de Torres, Yadarola fue ascendiendo en 2004, hasta convertirse en secretario del juzgado, en 2008, con lo que conoce todos los pliegues de la justicia en la política, y viceversa.

Torres y Yadarola, que compartieron también espacios en la docencia universitaria, no terminaron bien su relación. En 2015, Yadarola cambió de fuero y asumió al frente del juzgado en lo Penal Económico N°2.

Yadarola es reconocido por sus colegas por su buena formación académica. Un magistrado de Comodoro Py lo describió como ”un juez meticuloso y muy estudioso, que a veces se enoja si siente que no se respeta el rigor técnico de un expediente”.

Aspiró a integrar la Cámara Federal porteña, sin suerte, y luego exploró la posibilidad de la Cámara Federal San Martín. Su hermano, Martín Yadarola, es juez de instrucción de la justicia nacional.

Por su juzgado en lo Penal Económico N°2 pasó el caso de la llegada al país de Guido Alejandro Antonini Wilson en 2007, con una valija con casi 800.000 dólares, proveniente de Venezuela. Yadarola procesó al entonces ministro de Planificación Federal Julio de Vido y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, entre otros funcionarios del kirchnerismo.

Yadarola declaró en aquel entonces: “No se puede tolerar que el Estado sea instrumento de maniobras que impliquen blanqueo de capitales”.

En 2019 ordenó la incautación de bienes millonarios, incluida la Ferrari F355 Spider de Maradona, que había terminado en poder de un acusado de narcotráfico.

Sobre estos procesos afirmó que “la Justicia penal económica tiene que servir no solo para perseguir delitos, sino para recuperar activos que son fruto de la criminalidad.”

Intervino en 2018 en operativos conjuntos con la Aduana y la Homeland Security de los Estados Unidos para secuestrar armas de alto poder ingresadas por correo postal.

Quienes lo tratan en tribunales suelen describirlo como formal, reservado y celoso de su trabajo, pero con una fuerte autoestima profesional: “No se deja apurar. Te habla mucho de derecho, y se indigna cuando ve operaciones mediáticas”, dicen en los tribunales.

El escándalo Lago Escondido

Su nombre quedó bajo la lupa cuando estalló el escándalo de Lago Escondido. Yadarola fue uno de los viajeros que acudieron a la estancia de Joe Lewis, en la Patagonia, junto con otros magistrados, funcionarios, exespías y ejecutivos de Clarín.

“Todo esto surge de espionaje ilegal. No hay nada ilegal en el viaje. No recibí ningún regalo ni dádiva”, dijo en ese momento y presentó una denuncia por cómo se había filtrado la información a través del hackeo de un teléfono celular.

Finalmente, el juez federal Sebastián Ramos anuló la causa que investigaba el viaje de jueces y sobreseyó a todos los que estaban imputados en el expediente.

Ramos falló a favor de sus colegas Julián Ercolini (juez federal de Comodoro Py), Carlos Mahiques (camarista de Casación, el máximo tribunal penal), Yadarola y Pablo Cayssials (del estratégico fuero en lo contencioso administrativo). También del fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, jefe de todos los fiscales porteños; del exministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad Marcelo D’Alessandro; del exfuncionario de la SIDE Leonardo Bergroth, del asesor en comunicación Tomás Reinke y de los directivos del Grupo Clarín Pablo Cassey y Jorge Rendo.

Sus colegas le reprocharon a Yadarola que, sin ser mediático, participó en ese viaje junto con empresarios que litigan en el fuero penal económico.

 Está a cargo de la causa por el ingreso al país del jet privado de Scatturice; de carrera judicial y reconocido por su meticulosidad, integró el grupo que viajó a Lago Escondido  Read More