Una nueva configuración de dos velocidades se está generando en el agro argentino. Acaso no deseada, la realidad muestra a la ganadería y a la producción láctea con mejores perspectivas de negocio que la agricultura. Por supuesto, en términos promedio.
No parece ser casual que tanto en la ganadería como en la lechería se perciba esta visión porque el Gobierno le quitó buena parte de la presión impositiva y de las desregulaciones de los mercados a estas dos actividades. En la agricultura, en cambio, la gestión Milei fue mucho más conservadora. La presión tributaria sigue estando en niveles elevados y amenaza con dejar fuera de carrera a cultivos como la soja en las zonas donde los márgenes de la próxima campaña ya muestran cifras negativas.
Este escenario ganadero tendrá su correlato a partir del jueves próximo, cuando abra sus puertas la Exposición Rural de Palermo. Con la genética de excelencia, el pulso de la tradicional muestra marcará, nuevamente, las oportunidades que tiene el país para desarrollarse a partir de la ganadería.
En un reciente encuentro con la prensa especializada de productores ganaderos que tienen a cargo feedlots se explicaba que los desafíos más importantes pasan por continuar abasteciendo el mercado interno y profundizar la salida exportadora.
“Los precios internacionales están aumentando nuevamente, la demanda exterior es saludable”, decía un feedlotero. El reto que se presenta es ampliar la presencia de la carne argentina en el mercado chino. “Hay una pirámide social dividida en tres segmentos, hoy llegamos al más bajo con vaca y manufactura, pero hay un segmento medio que está cambiando su forma de consumir y pide cortes de mayor valor. También llegamos, aunque en un volumen menor, al segmento de ingresos altos que hoy domina Australia; son quienes tienen mayores ingresos y un consumo sofisticado”, decía.
La recuperación del precio internacional de la carne está siendo aprovechada a pleno por los países de la región. Según el último informe de Rosgan, las exportaciones brasileñas se incrementaron un 27,7% en facturación en el primer semestre del año; las de Paraguay un 37% y Uruguay muestra un aumento de 19% en el precio promedio de la carne enviada al exterior en los primeros seis meses del año.
Aquí, según la visión del mundo de los feedlot, el salto exportador no debería darse por una devaluación sino por una baja de la presión impositiva y los costos laborales (no salariales). “Ya probamos la devaluación y no funcionó”, decía un empresario.
La cuestión sanitaria
Parte de esos desafíos también se presentan con la cuestión sanitaria. Al respecto, sigue abierto el debate por la fiebre aftosa. El malestar de los ganaderos patagónicos con el Gobierno tras la flexibilización de la barrera sanitaria (se permite el ingreso de carne con hueso plano, como el asado) es una muestra de una discusión que no está cerrada. A la decisión de Brasil de dejar de vacunar contra la fiebre aftosa se sumará Paraguay. ¿La Argentina está lista para dejar de aplicar la vacuna o tiene que enfocarse en bajar los costos de la inoculación? Más allá del enfrentamiento de los laboratorios veterinarios, lo cierto es que desde que volvieron las campañas de vacunación hubo muy pocos cambios en la política de vacunar a todo el rodeo nacional, dicen los especialistas del negocio ganadero. ¿Llegará el momento de hacerlo como solicitó en marzo pasado la Mesa de Enlace? Los ruralistas le pidieron al Gobierno excluir en la segunda campaña de vacunación del año a los novillos y a partir de 2026 realizar una sola vacunación anual. Agricultura decidió no innovar.
El contexto no es sencillo porque en Europa volvieron a aparecer casos de fiebre aftosa. No solo en Alemania, sino recientemente en Turquía que tuvo que cerrar el mercado ante la aparición de un foco. Si la Argentina decide ir en el camino de la no vacunación, como cada vez más se insiste, los especialistas recomiendan no repetir la experiencia de fines de la década de los noventa, tan elogiada por el actual Gobierno, en la que se decidió dejar de vacunar de un año para otro sin tomar las medidas de resguardo. La película ya se sabe cómo terminó: el costo político lo pagó el gobierno de la Alianza al asumir una realidad que era apenas una ilusión.
En todo caso ahora le toca al Gobierno definir el rumbo de mediano plazo con la cuestión sanitaria de la aftosa, en consenso con la cadena, con una visión estratégica de la ganadería que no quede acotada a una baja de costos, que es necesaria, pero que no conviene hacer a las apuradas.
Una nueva configuración de dos velocidades se está generando en el agro argentino. Acaso no deseada, la realidad muestra a la ganadería y a la producción láctea con mejores perspectivas de negocio que la agricultura. Por supuesto, en términos promedio.
No parece ser casual que tanto en la ganadería como en la lechería se perciba esta visión porque el Gobierno le quitó buena parte de la presión impositiva y de las desregulaciones de los mercados a estas dos actividades. En la agricultura, en cambio, la gestión Milei fue mucho más conservadora. La presión tributaria sigue estando en niveles elevados y amenaza con dejar fuera de carrera a cultivos como la soja en las zonas donde los márgenes de la próxima campaña ya muestran cifras negativas.
Este escenario ganadero tendrá su correlato a partir del jueves próximo, cuando abra sus puertas la Exposición Rural de Palermo. Con la genética de excelencia, el pulso de la tradicional muestra marcará, nuevamente, las oportunidades que tiene el país para desarrollarse a partir de la ganadería.
En un reciente encuentro con la prensa especializada de productores ganaderos que tienen a cargo feedlots se explicaba que los desafíos más importantes pasan por continuar abasteciendo el mercado interno y profundizar la salida exportadora.
“Los precios internacionales están aumentando nuevamente, la demanda exterior es saludable”, decía un feedlotero. El reto que se presenta es ampliar la presencia de la carne argentina en el mercado chino. “Hay una pirámide social dividida en tres segmentos, hoy llegamos al más bajo con vaca y manufactura, pero hay un segmento medio que está cambiando su forma de consumir y pide cortes de mayor valor. También llegamos, aunque en un volumen menor, al segmento de ingresos altos que hoy domina Australia; son quienes tienen mayores ingresos y un consumo sofisticado”, decía.
La recuperación del precio internacional de la carne está siendo aprovechada a pleno por los países de la región. Según el último informe de Rosgan, las exportaciones brasileñas se incrementaron un 27,7% en facturación en el primer semestre del año; las de Paraguay un 37% y Uruguay muestra un aumento de 19% en el precio promedio de la carne enviada al exterior en los primeros seis meses del año.
Aquí, según la visión del mundo de los feedlot, el salto exportador no debería darse por una devaluación sino por una baja de la presión impositiva y los costos laborales (no salariales). “Ya probamos la devaluación y no funcionó”, decía un empresario.
La cuestión sanitaria
Parte de esos desafíos también se presentan con la cuestión sanitaria. Al respecto, sigue abierto el debate por la fiebre aftosa. El malestar de los ganaderos patagónicos con el Gobierno tras la flexibilización de la barrera sanitaria (se permite el ingreso de carne con hueso plano, como el asado) es una muestra de una discusión que no está cerrada. A la decisión de Brasil de dejar de vacunar contra la fiebre aftosa se sumará Paraguay. ¿La Argentina está lista para dejar de aplicar la vacuna o tiene que enfocarse en bajar los costos de la inoculación? Más allá del enfrentamiento de los laboratorios veterinarios, lo cierto es que desde que volvieron las campañas de vacunación hubo muy pocos cambios en la política de vacunar a todo el rodeo nacional, dicen los especialistas del negocio ganadero. ¿Llegará el momento de hacerlo como solicitó en marzo pasado la Mesa de Enlace? Los ruralistas le pidieron al Gobierno excluir en la segunda campaña de vacunación del año a los novillos y a partir de 2026 realizar una sola vacunación anual. Agricultura decidió no innovar.
El contexto no es sencillo porque en Europa volvieron a aparecer casos de fiebre aftosa. No solo en Alemania, sino recientemente en Turquía que tuvo que cerrar el mercado ante la aparición de un foco. Si la Argentina decide ir en el camino de la no vacunación, como cada vez más se insiste, los especialistas recomiendan no repetir la experiencia de fines de la década de los noventa, tan elogiada por el actual Gobierno, en la que se decidió dejar de vacunar de un año para otro sin tomar las medidas de resguardo. La película ya se sabe cómo terminó: el costo político lo pagó el gobierno de la Alianza al asumir una realidad que era apenas una ilusión.
En todo caso ahora le toca al Gobierno definir el rumbo de mediano plazo con la cuestión sanitaria de la aftosa, en consenso con la cadena, con una visión estratégica de la ganadería que no quede acotada a una baja de costos, que es necesaria, pero que no conviene hacer a las apuradas.
La ganadería y la lechería presentan mejores perspectivas que la agricultura que tiene una elevada presión impositiva Read More