Por más que haya sido su debut con la camiseta rosa, Rodrigo De Paul parece haberse incorporado hace meses a Inter Miami. Su estreno anoche, de local y ante Atlas de México, fue completo: jugó los 90 minutos, se destacó, al final del partido tuvo un cruce caliente, todo antes de darse un sentido abrazo con Lionel Messi, previo al pitazo inicial. Fue un reencuentro entre socios y amigos, una complicidad que va más allá del campo de juego.
Con apenas unos días de entrenamiento, el Motorcito fue titular en el debut de Inter Miami ante Atlas, por la Leagues Cup, y completó el encuentro con solvencia. Aportó despliegue, intensidad y personalidad. Fue el eje del mediocampo junto a Sergio Busquets y una pieza clave para sostener el plan de Javier Mascherano.
“Estoy bien, contento por cómo lo hizo el equipo. Podría haberse definido antes, pero tiene su condimento ganar al final“, analizó De Paul tras el 2-1 en el Chase Stadium, en diálogo con Apple TV. Lo dijo con naturalidad, pero también con satisfacción: después de más de un mes sin competir, volvió al ruedo como si el tiempo sin acción no le hubiera afectado. “Me siento cómodo, estoy muy feliz. Vengo a ayudar”, resumió el ex Atlético de Madrid, quien valoró el estilo de juego que propone su nuevo entrenador: “Masche quiere que juguemos, que salgamos con la pelota de abajo. Le tengo mucha fe a este equipo”.
En la cancha se lo vio suelto, enérgico y enchufado. Como si el receso post Mundial de Clubes no hubiese existido. “No me cuesta mucho el parate. Uno siempre está entrenando. No sabía si iba a hacer 90 minutos, pero creo que los aguanté bien”, evaluó. Tras el partido se lo vio ofuscado, sin su camiseta y discutiendo con un rival. Aunque el tumulto fue disipado por los agentes de seguridad y los propios jugadores.
La conexión con Messi no fue sólo simbólica. Se vio también en el juego. Combinaciones cortas, movimientos coordinados, confianza plena. Messi y De Paul juegan casi de memoria. Y el exRacing lo remarcó en sus declaraciones: “Disfrutarlo y ayudarlo a ganar títulos, eso es lo más importante. Es el más grande de todos. Tengo la suerte de jugar con él en la selección, es un orgullo compartir también el club”.
Ese guiño, dicho en tono relajado, sonó como una declaración de intenciones: Inter Miami quiere ganar y De Paul llegó para ayudar a que eso pase. Con Messi al lado, claro. Y con Mascherano en el banco.
El entrenador no escatimó elogios tras el partido. “No entrenó con nosotros, hacía más de un mes que no jugaba. Verlo rendir así hasta el último minuto habla de lo que es él. Necesitábamos alguien que contagie desde lo futbolístico y lo emocional, y Rodrigo lo hizo. Le pedimos que sea él mismo, que nos contagiara con su energía”, explicó el DT.
Messi también aportó su testimonio: “Ya nos conocemos hace tiempo. Nos da un salto de calidad. Vino con muchas ganas y hoy se corrió todo, con la humedad y el calor”. En un equipo con figuras internacionales, De Paul aterrizó como lo que es: un líder dentro del campo. Y si bien el contexto era nuevo, su actitud fue la de siempre. Presión alta, pases verticales, y esa mezcla de intensidad y compromiso que lo hace reconocible en cualquier camiseta.
Lo que viene
Inter Miami volverá a jugar este sábado ante Necaxa, también en el Chase Stadium. Será un duelo especial: el equipo mexicano es dirigido por Fernando Gago, otro ex compañero de Messi en la selección. El encuentro comenzará a las 20 (hora de Argentina). Luego llegará el turno de enfrentar a Pumas el 6 de agosto, en la tercera jornada de la Leagues Cup.
Ya por la MLS, el próximo compromiso será el domingo 10 frente a Orlando City, en una nueva edición del clásico del sol. Con De Paul ya asentado y Messi en plena forma, el equipo de Florida busca consolidarse como protagonista en todas las competencias.
Por más que haya sido su debut con la camiseta rosa, Rodrigo De Paul parece haberse incorporado hace meses a Inter Miami. Su estreno anoche, de local y ante Atlas de México, fue completo: jugó los 90 minutos, se destacó, al final del partido tuvo un cruce caliente, todo antes de darse un sentido abrazo con Lionel Messi, previo al pitazo inicial. Fue un reencuentro entre socios y amigos, una complicidad que va más allá del campo de juego.
Con apenas unos días de entrenamiento, el Motorcito fue titular en el debut de Inter Miami ante Atlas, por la Leagues Cup, y completó el encuentro con solvencia. Aportó despliegue, intensidad y personalidad. Fue el eje del mediocampo junto a Sergio Busquets y una pieza clave para sostener el plan de Javier Mascherano.
“Estoy bien, contento por cómo lo hizo el equipo. Podría haberse definido antes, pero tiene su condimento ganar al final“, analizó De Paul tras el 2-1 en el Chase Stadium, en diálogo con Apple TV. Lo dijo con naturalidad, pero también con satisfacción: después de más de un mes sin competir, volvió al ruedo como si el tiempo sin acción no le hubiera afectado. “Me siento cómodo, estoy muy feliz. Vengo a ayudar”, resumió el ex Atlético de Madrid, quien valoró el estilo de juego que propone su nuevo entrenador: “Masche quiere que juguemos, que salgamos con la pelota de abajo. Le tengo mucha fe a este equipo”.
En la cancha se lo vio suelto, enérgico y enchufado. Como si el receso post Mundial de Clubes no hubiese existido. “No me cuesta mucho el parate. Uno siempre está entrenando. No sabía si iba a hacer 90 minutos, pero creo que los aguanté bien”, evaluó. Tras el partido se lo vio ofuscado, sin su camiseta y discutiendo con un rival. Aunque el tumulto fue disipado por los agentes de seguridad y los propios jugadores.
La conexión con Messi no fue sólo simbólica. Se vio también en el juego. Combinaciones cortas, movimientos coordinados, confianza plena. Messi y De Paul juegan casi de memoria. Y el exRacing lo remarcó en sus declaraciones: “Disfrutarlo y ayudarlo a ganar títulos, eso es lo más importante. Es el más grande de todos. Tengo la suerte de jugar con él en la selección, es un orgullo compartir también el club”.
Ese guiño, dicho en tono relajado, sonó como una declaración de intenciones: Inter Miami quiere ganar y De Paul llegó para ayudar a que eso pase. Con Messi al lado, claro. Y con Mascherano en el banco.
El entrenador no escatimó elogios tras el partido. “No entrenó con nosotros, hacía más de un mes que no jugaba. Verlo rendir así hasta el último minuto habla de lo que es él. Necesitábamos alguien que contagie desde lo futbolístico y lo emocional, y Rodrigo lo hizo. Le pedimos que sea él mismo, que nos contagiara con su energía”, explicó el DT.
Messi también aportó su testimonio: “Ya nos conocemos hace tiempo. Nos da un salto de calidad. Vino con muchas ganas y hoy se corrió todo, con la humedad y el calor”. En un equipo con figuras internacionales, De Paul aterrizó como lo que es: un líder dentro del campo. Y si bien el contexto era nuevo, su actitud fue la de siempre. Presión alta, pases verticales, y esa mezcla de intensidad y compromiso que lo hace reconocible en cualquier camiseta.
Lo que viene
Inter Miami volverá a jugar este sábado ante Necaxa, también en el Chase Stadium. Será un duelo especial: el equipo mexicano es dirigido por Fernando Gago, otro ex compañero de Messi en la selección. El encuentro comenzará a las 20 (hora de Argentina). Luego llegará el turno de enfrentar a Pumas el 6 de agosto, en la tercera jornada de la Leagues Cup.
Ya por la MLS, el próximo compromiso será el domingo 10 frente a Orlando City, en una nueva edición del clásico del sol. Con De Paul ya asentado y Messi en plena forma, el equipo de Florida busca consolidarse como protagonista en todas las competencias.
El mediocampista jugó los 90 minutos y sorprendió por su despliegue en la agónica victoria de las Garzas Read More