Bienestar y salud: cómo alcanzar la felicidad a través de pequeños hábitos diarios

Los tiempos cambian y hoy el concepto de salud ya no se asocia simplemente a la prevención o el tratamiento de enfermedades sino a la búsqueda de mejorar la calidad de vida. En este punto, la toma de conciencia y la adquisición de hábitos que sumen es fundamental. “Hoy el paradigma en salud cambió, hay otra conciencia, incluso desde pequeños, sobre la importancia de tener hábitos saludables. El concepto de bienestar ya no es algo que tiene que ver con una elite o un segmento poblacional, sino que está presente en el día a día de todos. Las nuevas generaciones vienen con esta idea de vida saludable, los jóvenes tienen el hábito de ir al gimnasio, e incluso en los colegios se abordan estos temas con los más chicos”, dice Gisela Costanzo, jefa del área de Experiencia del Colaborador de OSDE, y responsable del programa que se viene desarrollando en la empresa y apunta a mejorar la calidad de vida de los colaboradores.

Los dos tipos de magnesio que aumentan la energía y ayudan a dormir de corrido

“Como empresa de salud, tenemos que ser responsables y ayudar a generar una mayor toma de conciencia, que todos conozcan diferentes formas de enfocar el bienestar integral. Queremos acompañar y llevar el bienestar a la vida cotidiana”, apunta Gisela, y abre la puerta a que este programa se instale como un faro para repensar la salud.

¿De qué se trata? Bajo el concepto One Life, el programa consiste en nueve módulos de una hora y media de duración semanal, que son facilitados por oradores expertos en bienestar. Se realizan en el horario laboral y cuentan con el acompañamiento de un equipo interno de profesionales especializados en la temática, que guían y respaldan la experiencia de los colaboradores.

El abordaje se centra en siete variables interconectadas: movimiento del cuerpo, alimentación consciente, meditación y mindfulness, gestión de las emociones y el estrés, vínculos, finanzas, y tecnología para la salud. Estas variables, explica Costanzo, están en interacción permanente para alcanzar un estado integral de bienestar. La tecnología es una gran aliada, gracias a dispositivos inteligentes, pero la responsabilidad personal es fundamental. De poco sirve, ejemplifica Gisela, tener una alimentación súper saludable, si nuestros vínculos están cargados de toxicidad, dormimos mal o vivimos estresados y sin poder gestionar nuestras emociones.

Las claves del bienestar

En un mundo que parece moverse a una velocidad cada vez mayor, preguntarse cuáles son los factores que impiden sostener hábitos de bienestar se vuelve indispensable. La falta de tiempo o voluntad, el desconocimiento, los imprevistos de la vida diaria, la falta de organización o el hecho de vivir “en piloto automático” son algunas cuestiones claves según los estudios realizados a partir de este programa.

En este sentido, Gisela Costanzo destaca la importancia de hacer un monitoreo de la experiencia y un análisis de resultados. El programa cuenta con un módulo de inicio y uno de cierre que ayudan a identificar dónde estaba uno al principio, y qué herramientas o cambios siente en su calidad de vida al finalizar.

“A veces se cree que el bienestar tiene que ver con grandes modificaciones y quizás son pequeñas cosas. Para mí el foco está en elevar los niveles de conciencia, porque creo que todos somos conscientes de lo que realmente es importante en la vida, y cuando uno vuelve a ese eje, a conectar con quién es, se siente y vive mucho mejor”, dice Gisela, apasionada por aprender y actualizar sus conocimientos. Counseling, arte, yoga, y sound healing son algunas de las áreas en las que profundiza su formación de manera continua.

El programa va por su cuarta edición y es optativo para quienes trabajan en la compañía. Hasta ahora ya pasaron más de 1000 trabajadores de todo el país, gracias a su formato híbrido. Gisela Costanzo cuenta que, además, quienes egresan tienen la posibilidad de seguir recurriendo a herramientas como meditaciones, masterclass de cocina saludable, pausas activas en vivo o charlas sobre educación financiera. “Como empresa de salud tenemos el foco en el socio, en el prestador y también en el colaborador: para poder brindar una buena atención hacia ellos tenemos que contar con un colaborador comprometido”, dice, y habla del quiebre que significó la pandemia en términos de replantearse muchas cosas, entre ellas, la idea de bienestar.

Así, a partir del regreso a las oficinas, y de ese reencuentro tan esperado entre las personas, empezó a gestarse la idea de encontrar elementos concretos que unieran y conectaran con el bienestar.

El concepto de One Life, explica, tiene que ver con que somos uno en la vida, en casa y en el trabajo. Quienes participan de la experiencia suelen llevar a sus hogares herramientas para compartir en familia, multiplicando el efecto de la propuesta.

¿Cuáles son las claves para idear un programa de gran alcance? Para Gisela es fundamental que los speakers tengan un lenguaje claro, que no sea una simple transmisión de información, sino que quienes participan del programa puedan llevarse una experiencia.

“Este año nos esforzamos en hacer bienestar a medida. El área de atención telefónica, por ejemplo, no tiene la posibilidad de sumarse en el formato estándar, y nos propusimos hacer unas cápsulas para acercarnos a ellos. Bienestar para líderes es también un objetivo. Creemos que los líderes tienen que ser ejemplo, hay que demostrar con acciones y no con palabras. En este sentido, enfatiza que el apoyo de Cristian García Sarubbi, director general de la compañía, es crucial para llevar a cabo estas acciones.

Romper con el tabú

No es ninguna novedad que las finanzas y la relación con el dinero son factores determinantes a la hora de pensar en la calidad de vida y el estrés. Sin embargo, suelen aparecer en segundo plano cuando se habla de bienestar, como si mencionar el dinero fuera una especie de tabú.

En el caso de este programa, se decidió encarar de frente la cuestión y darle un espacio claro, entendiendo que el bienestar tiene que ver con el día a día y debe abordarse con los pies sobre la tierra. La inclusión de un módulo dedicado a las finanzas se dio a partir de la escucha y el feedback con quienes realizaron la primera edición del programa. Allí, cuenta Gisela Costanzo, en las charlas posteriores -el “check out”, como lo llama su creadora-, aparecieron inquietudes sobre estos temas y comentarios sobre la relevancia que tienen las finanzas y su relación con el estrés, por ejemplo.

“El foco del módulo está puesto en la relación que tenemos con nuestra economía y apunta a una educación financiera, a aumentar los niveles de conciencia sobre qué relación tenemos con nuestra propia economía. La idea es brindar herramientas para poder generar una mejor planificación o incluso permitirnos un margen de ahorro”, dice Gisela.

Se trata, en definitiva, de un cambio de eje que permita repensar holísticamente la salud teniendo en cuenta las pequeñas acciones que puede realizar cada uno para vivir mejor. “Hoy las personas empezamos a tomar más conciencia de que tenemos una sola vida. Hay que cuestionarse qué es lo importante para uno, no hay que esperar a que algo malo o grave pase, el momento es ahora. Estamos alienados, vivimos en modo robot y la vida pasa, hay que mirarse y repensar estos conceptos, tener conciencia y ver qué huella queremos dejar”, comenta la ejecutiva, y habla del Ikigai, un concepto japonés que alude al propósito de vida, la razón de ser, como una forma de volver al eje que nos conecta con nosotros mismos, que puede ser desde dejar una huella en nuestros hijos hasta no estresarnos con cosas que no podemos controlar: “Creo que la vida siempre está llena de desafíos y posibilidades para aprender. Es importante entender qué nos hace bien, conectar con ese eje. La felicidad está al alcance de cada uno en pequeñas cosas”, concluye.

Los tiempos cambian y hoy el concepto de salud ya no se asocia simplemente a la prevención o el tratamiento de enfermedades sino a la búsqueda de mejorar la calidad de vida. En este punto, la toma de conciencia y la adquisición de hábitos que sumen es fundamental. “Hoy el paradigma en salud cambió, hay otra conciencia, incluso desde pequeños, sobre la importancia de tener hábitos saludables. El concepto de bienestar ya no es algo que tiene que ver con una elite o un segmento poblacional, sino que está presente en el día a día de todos. Las nuevas generaciones vienen con esta idea de vida saludable, los jóvenes tienen el hábito de ir al gimnasio, e incluso en los colegios se abordan estos temas con los más chicos”, dice Gisela Costanzo, jefa del área de Experiencia del Colaborador de OSDE, y responsable del programa que se viene desarrollando en la empresa y apunta a mejorar la calidad de vida de los colaboradores.

Los dos tipos de magnesio que aumentan la energía y ayudan a dormir de corrido

“Como empresa de salud, tenemos que ser responsables y ayudar a generar una mayor toma de conciencia, que todos conozcan diferentes formas de enfocar el bienestar integral. Queremos acompañar y llevar el bienestar a la vida cotidiana”, apunta Gisela, y abre la puerta a que este programa se instale como un faro para repensar la salud.

¿De qué se trata? Bajo el concepto One Life, el programa consiste en nueve módulos de una hora y media de duración semanal, que son facilitados por oradores expertos en bienestar. Se realizan en el horario laboral y cuentan con el acompañamiento de un equipo interno de profesionales especializados en la temática, que guían y respaldan la experiencia de los colaboradores.

El abordaje se centra en siete variables interconectadas: movimiento del cuerpo, alimentación consciente, meditación y mindfulness, gestión de las emociones y el estrés, vínculos, finanzas, y tecnología para la salud. Estas variables, explica Costanzo, están en interacción permanente para alcanzar un estado integral de bienestar. La tecnología es una gran aliada, gracias a dispositivos inteligentes, pero la responsabilidad personal es fundamental. De poco sirve, ejemplifica Gisela, tener una alimentación súper saludable, si nuestros vínculos están cargados de toxicidad, dormimos mal o vivimos estresados y sin poder gestionar nuestras emociones.

Las claves del bienestar

En un mundo que parece moverse a una velocidad cada vez mayor, preguntarse cuáles son los factores que impiden sostener hábitos de bienestar se vuelve indispensable. La falta de tiempo o voluntad, el desconocimiento, los imprevistos de la vida diaria, la falta de organización o el hecho de vivir “en piloto automático” son algunas cuestiones claves según los estudios realizados a partir de este programa.

En este sentido, Gisela Costanzo destaca la importancia de hacer un monitoreo de la experiencia y un análisis de resultados. El programa cuenta con un módulo de inicio y uno de cierre que ayudan a identificar dónde estaba uno al principio, y qué herramientas o cambios siente en su calidad de vida al finalizar.

“A veces se cree que el bienestar tiene que ver con grandes modificaciones y quizás son pequeñas cosas. Para mí el foco está en elevar los niveles de conciencia, porque creo que todos somos conscientes de lo que realmente es importante en la vida, y cuando uno vuelve a ese eje, a conectar con quién es, se siente y vive mucho mejor”, dice Gisela, apasionada por aprender y actualizar sus conocimientos. Counseling, arte, yoga, y sound healing son algunas de las áreas en las que profundiza su formación de manera continua.

El programa va por su cuarta edición y es optativo para quienes trabajan en la compañía. Hasta ahora ya pasaron más de 1000 trabajadores de todo el país, gracias a su formato híbrido. Gisela Costanzo cuenta que, además, quienes egresan tienen la posibilidad de seguir recurriendo a herramientas como meditaciones, masterclass de cocina saludable, pausas activas en vivo o charlas sobre educación financiera. “Como empresa de salud tenemos el foco en el socio, en el prestador y también en el colaborador: para poder brindar una buena atención hacia ellos tenemos que contar con un colaborador comprometido”, dice, y habla del quiebre que significó la pandemia en términos de replantearse muchas cosas, entre ellas, la idea de bienestar.

Así, a partir del regreso a las oficinas, y de ese reencuentro tan esperado entre las personas, empezó a gestarse la idea de encontrar elementos concretos que unieran y conectaran con el bienestar.

El concepto de One Life, explica, tiene que ver con que somos uno en la vida, en casa y en el trabajo. Quienes participan de la experiencia suelen llevar a sus hogares herramientas para compartir en familia, multiplicando el efecto de la propuesta.

¿Cuáles son las claves para idear un programa de gran alcance? Para Gisela es fundamental que los speakers tengan un lenguaje claro, que no sea una simple transmisión de información, sino que quienes participan del programa puedan llevarse una experiencia.

“Este año nos esforzamos en hacer bienestar a medida. El área de atención telefónica, por ejemplo, no tiene la posibilidad de sumarse en el formato estándar, y nos propusimos hacer unas cápsulas para acercarnos a ellos. Bienestar para líderes es también un objetivo. Creemos que los líderes tienen que ser ejemplo, hay que demostrar con acciones y no con palabras. En este sentido, enfatiza que el apoyo de Cristian García Sarubbi, director general de la compañía, es crucial para llevar a cabo estas acciones.

Romper con el tabú

No es ninguna novedad que las finanzas y la relación con el dinero son factores determinantes a la hora de pensar en la calidad de vida y el estrés. Sin embargo, suelen aparecer en segundo plano cuando se habla de bienestar, como si mencionar el dinero fuera una especie de tabú.

En el caso de este programa, se decidió encarar de frente la cuestión y darle un espacio claro, entendiendo que el bienestar tiene que ver con el día a día y debe abordarse con los pies sobre la tierra. La inclusión de un módulo dedicado a las finanzas se dio a partir de la escucha y el feedback con quienes realizaron la primera edición del programa. Allí, cuenta Gisela Costanzo, en las charlas posteriores -el “check out”, como lo llama su creadora-, aparecieron inquietudes sobre estos temas y comentarios sobre la relevancia que tienen las finanzas y su relación con el estrés, por ejemplo.

“El foco del módulo está puesto en la relación que tenemos con nuestra economía y apunta a una educación financiera, a aumentar los niveles de conciencia sobre qué relación tenemos con nuestra propia economía. La idea es brindar herramientas para poder generar una mejor planificación o incluso permitirnos un margen de ahorro”, dice Gisela.

Se trata, en definitiva, de un cambio de eje que permita repensar holísticamente la salud teniendo en cuenta las pequeñas acciones que puede realizar cada uno para vivir mejor. “Hoy las personas empezamos a tomar más conciencia de que tenemos una sola vida. Hay que cuestionarse qué es lo importante para uno, no hay que esperar a que algo malo o grave pase, el momento es ahora. Estamos alienados, vivimos en modo robot y la vida pasa, hay que mirarse y repensar estos conceptos, tener conciencia y ver qué huella queremos dejar”, comenta la ejecutiva, y habla del Ikigai, un concepto japonés que alude al propósito de vida, la razón de ser, como una forma de volver al eje que nos conecta con nosotros mismos, que puede ser desde dejar una huella en nuestros hijos hasta no estresarnos con cosas que no podemos controlar: “Creo que la vida siempre está llena de desafíos y posibilidades para aprender. Es importante entender qué nos hace bien, conectar con ese eje. La felicidad está al alcance de cada uno en pequeñas cosas”, concluye.

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