El entrenador de los All Blacks, Scott “Razor” Robertson, y el forward Viliami Pasilio Tosi visitaron este miércoles la Unidad 48 de San Martín para reunirse con los Espartanos, el equipo de rugby conformado por personas privadas de la libertad que están reescribiendo su historia a través del deporte. El encuentro, que contó con el respaldo del Ministerio de Justicia bonaerense, volvió a poner en escena al deporte como herramienta de inclusión y transformación.
Siete años después de su primera visita a Espartanos, el mítico seleccionado de rugby de Nueva Zelanda volvió a encontrarse con el equipo argentino, en el mismo escenario. El complejo penitenciario de San Martín alberga más de 500 internos que practican rugby en cuatro conjuntos. “Es maravilloso verlos jugar. Ser parte de un equipo va a darles recuerdos para toda la vida”, expresó Robertson.
La iniciativa forma parte del Programa Integral Espartano, que combina deporte, educación, espiritualidad e inserción sociolaboral. El modelo se replica en 44 unidades penales de la Argentina y en 16 de Chile, España, Uruguay, Perú, El Salvador y Kenia. En total, más de 3000 habitantes de cárceles participan activamente en la Comunidad Espartana.
El encuentro fue acompañado por funcionarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Juan Martín Mena, e integrantes del Servicio Penitenciario Bonaerense. También participaron autoridades de la Fundación Espartanos, entre ellas, el presidente, Damián Donnelly; la directora ejecutiva, Dolores Irigoin, y el fundador, Eduardo “Coco” Oderigo, que afirmó: “Recibir a un equipo como los All Blacks no es solo un momento deportivo histórico; es una prueba de que el rugby tiene la capacidad de abrir caminos y unir realidades distintas”.
En el cierre del evento, Viliami Tosi entonó el tradicional canto del haka, el rito maorí con el que los neozelandeses encaran cada partido, y que en esta ocasión se transformó en un mensaje simbólico de coraje, respeto y esperanza a cada jugador que hoy busca un camino lejos del delito. La emoción entre los jugadores fue inmediata. Muchos de ellos, protagonistas del documental y la serie televisiva basados en el proyecto, destacaron el valor que el deporte les dio en su proceso de reinserción social.
La experiencia es parte de una intensa agenda que los All Blacks están llevando adelante en su paso por la Argentina, donde se enfrentarán con los Pumas este sábado, en Córdoba. En estos días, llamaron la atención en las calles de Buenos Aires al viralizarse un video en el que varios jugadores levantaban una caminoneta atascada en el centro, y expresaron su fascinación tras visitar la Bombonera en el 1-1 del sábado entre Boca y Racing.
Espartanos, surgido del impulso de Oderigo, abogado penalista, y de un puñado de voluntarios, se ha transformado en un modelo replicado en varios países. “El objetivo es claro: que quien salga en libertad no vuelva a delinquir”, resumió en su momento Oderigo, en una entrevista con LA NACION.
Camisetas intercambiadas, abrazos, sonrisas y una imagen que quedará grabada en las memorias de los presentes. Para los Espartanos, cada paso en la cancha es también un paso hacia otra vida. Y para los All Blacks, esto fue una oportunidad para confirmar que el rugby, aun en los contextos más difíciles, puede ser una herramienta de redención.
El entrenador de los All Blacks, Scott “Razor” Robertson, y el forward Viliami Pasilio Tosi visitaron este miércoles la Unidad 48 de San Martín para reunirse con los Espartanos, el equipo de rugby conformado por personas privadas de la libertad que están reescribiendo su historia a través del deporte. El encuentro, que contó con el respaldo del Ministerio de Justicia bonaerense, volvió a poner en escena al deporte como herramienta de inclusión y transformación.
Siete años después de su primera visita a Espartanos, el mítico seleccionado de rugby de Nueva Zelanda volvió a encontrarse con el equipo argentino, en el mismo escenario. El complejo penitenciario de San Martín alberga más de 500 internos que practican rugby en cuatro conjuntos. “Es maravilloso verlos jugar. Ser parte de un equipo va a darles recuerdos para toda la vida”, expresó Robertson.
La iniciativa forma parte del Programa Integral Espartano, que combina deporte, educación, espiritualidad e inserción sociolaboral. El modelo se replica en 44 unidades penales de la Argentina y en 16 de Chile, España, Uruguay, Perú, El Salvador y Kenia. En total, más de 3000 habitantes de cárceles participan activamente en la Comunidad Espartana.
El encuentro fue acompañado por funcionarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Juan Martín Mena, e integrantes del Servicio Penitenciario Bonaerense. También participaron autoridades de la Fundación Espartanos, entre ellas, el presidente, Damián Donnelly; la directora ejecutiva, Dolores Irigoin, y el fundador, Eduardo “Coco” Oderigo, que afirmó: “Recibir a un equipo como los All Blacks no es solo un momento deportivo histórico; es una prueba de que el rugby tiene la capacidad de abrir caminos y unir realidades distintas”.
En el cierre del evento, Viliami Tosi entonó el tradicional canto del haka, el rito maorí con el que los neozelandeses encaran cada partido, y que en esta ocasión se transformó en un mensaje simbólico de coraje, respeto y esperanza a cada jugador que hoy busca un camino lejos del delito. La emoción entre los jugadores fue inmediata. Muchos de ellos, protagonistas del documental y la serie televisiva basados en el proyecto, destacaron el valor que el deporte les dio en su proceso de reinserción social.
La experiencia es parte de una intensa agenda que los All Blacks están llevando adelante en su paso por la Argentina, donde se enfrentarán con los Pumas este sábado, en Córdoba. En estos días, llamaron la atención en las calles de Buenos Aires al viralizarse un video en el que varios jugadores levantaban una caminoneta atascada en el centro, y expresaron su fascinación tras visitar la Bombonera en el 1-1 del sábado entre Boca y Racing.
Espartanos, surgido del impulso de Oderigo, abogado penalista, y de un puñado de voluntarios, se ha transformado en un modelo replicado en varios países. “El objetivo es claro: que quien salga en libertad no vuelva a delinquir”, resumió en su momento Oderigo, en una entrevista con LA NACION.
Camisetas intercambiadas, abrazos, sonrisas y una imagen que quedará grabada en las memorias de los presentes. Para los Espartanos, cada paso en la cancha es también un paso hacia otra vida. Y para los All Blacks, esto fue una oportunidad para confirmar que el rugby, aun en los contextos más difíciles, puede ser una herramienta de redención.
El entrenador Scott Robertson y el forward Viliami Tosi compartieron un rato con los equipos de rugby formados por los internos Read More