Tras culminar con un día repleto de obligaciones, el hecho de llegar a casa y sacarse las zapatillas significa un acto de liberación. Sin embargo, un pequeño detalle que uno no toma en cuenta podrá significar que estás atravesando un periodo de ansiedad.
¿Cuántas veces, en el apuro, uno se saca las zapatillas sin desatarse los cordones? Este hecho, que hasta parece automatizado en las personas, puede traer consecuencias a futuro.
Según los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Ray Rosenman, quienes redactaron un informe sobre los “patrones de conducta” de los seres humanos para el prestigioso sitio National Library of Medicine, caratularon este acto de no desatarse los cordones como la “enfermedad de la prisa” que se centra en la necesidad de hacer todo de un instante al otro.
Al ahondar en el concepto, los dos profesionales de la medicina aclararon que no desatarse los cordones se define como “un patrón de comportamiento caracterizado por una lucha continua y un intento incesante de lograr hacer más y más cosas en cada vez menos tiempo”.
En lo que podría demandar diez segundos de nuestro día, las personas deciden, por lo general, sujetar desde el talón de la zapatilla hacia abajo para desprendernos del calzado y así liberarse del mismo, sin tener en cuenta lo perjudicial que puede ser para nuestra salud.
A su vez, las zapatillas, según la marca y la calidad, gozan de una vida útil que puede ser atentada con este tipo de acciones. Es que al desprendernos de ella sin desatar los cordones provocaremos que comiencen a deformarse y pierdan su función de contener correctamente el pie a la hora de caminar o al realizar alguna actividad física.
Este fenómeno asociado al estrés o ansiedad provoca un gran signo de interrogante en muchas personas que tienen automatizado este movimiento, sin pensar que puede generar un fuerte impacto en nuestra psiquis.
Otros hábitos que afectan nuestro cerebro, según especialistas
Al establecer un hábito o costumbre, nuestro cerebro lo incorpora rápidamente como algo “positivo”. Al igual que al no desatarnos las zapatillas, existen otras acciones que son perjudiciales para nuestra salud. Así fue como el médico Charan Ranganath, de la Universidad de California, le explicó al medio de comunicación BBC cuáles son las cuatro acciones más nocivas que debemos desechar.
1) No tener suficiente tiempo de descanso: no reponer energías y dormir mal, son dos hábitos contraproducentes que pueden dañar nuestro cerebro y afectar el rendimiento. “Si una persona no duerme lo suficiente, la función frontal del cerebro se reduce, lo mismo que su nivel de tolerancia al estrés y, por lo tanto, no es capaz de enfocarse debidamente”, explicó Ranganath.
2) Saturarse con tareas: El que mucho abarca, poco hace. Esta frase podría adaptarse tranquilamente a la sobre exigencia que se pone uno mismo para cumplir con muchos objetivos. Según la ciencia, el ser humano debe focalizarse en una tarea a la vez para poder alcanzar la excelencia.
3) La monotonía: realizar siempre la misma tarea, con el mismo proceso, provoca que nuestro cerebro se atrofie. “La plasticidad en el cerebro nos ayuda a realizar tareas, en especial aquellas que son repetitivas, de manera más eficiente”, manifestó Ranganath.
4) Confiarse demasiado: el cerebro almacena la información más importante, pero a veces puede jugarte una mala pasada al creer que podés realizar una tarea sin capacitarte. En este caso, será importante ejercitar la memoria para no pasar sobresaltos.
Tras culminar con un día repleto de obligaciones, el hecho de llegar a casa y sacarse las zapatillas significa un acto de liberación. Sin embargo, un pequeño detalle que uno no toma en cuenta podrá significar que estás atravesando un periodo de ansiedad.
¿Cuántas veces, en el apuro, uno se saca las zapatillas sin desatarse los cordones? Este hecho, que hasta parece automatizado en las personas, puede traer consecuencias a futuro.
Según los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Ray Rosenman, quienes redactaron un informe sobre los “patrones de conducta” de los seres humanos para el prestigioso sitio National Library of Medicine, caratularon este acto de no desatarse los cordones como la “enfermedad de la prisa” que se centra en la necesidad de hacer todo de un instante al otro.
Al ahondar en el concepto, los dos profesionales de la medicina aclararon que no desatarse los cordones se define como “un patrón de comportamiento caracterizado por una lucha continua y un intento incesante de lograr hacer más y más cosas en cada vez menos tiempo”.
En lo que podría demandar diez segundos de nuestro día, las personas deciden, por lo general, sujetar desde el talón de la zapatilla hacia abajo para desprendernos del calzado y así liberarse del mismo, sin tener en cuenta lo perjudicial que puede ser para nuestra salud.
A su vez, las zapatillas, según la marca y la calidad, gozan de una vida útil que puede ser atentada con este tipo de acciones. Es que al desprendernos de ella sin desatar los cordones provocaremos que comiencen a deformarse y pierdan su función de contener correctamente el pie a la hora de caminar o al realizar alguna actividad física.
Este fenómeno asociado al estrés o ansiedad provoca un gran signo de interrogante en muchas personas que tienen automatizado este movimiento, sin pensar que puede generar un fuerte impacto en nuestra psiquis.
Otros hábitos que afectan nuestro cerebro, según especialistas
Al establecer un hábito o costumbre, nuestro cerebro lo incorpora rápidamente como algo “positivo”. Al igual que al no desatarnos las zapatillas, existen otras acciones que son perjudiciales para nuestra salud. Así fue como el médico Charan Ranganath, de la Universidad de California, le explicó al medio de comunicación BBC cuáles son las cuatro acciones más nocivas que debemos desechar.
1) No tener suficiente tiempo de descanso: no reponer energías y dormir mal, son dos hábitos contraproducentes que pueden dañar nuestro cerebro y afectar el rendimiento. “Si una persona no duerme lo suficiente, la función frontal del cerebro se reduce, lo mismo que su nivel de tolerancia al estrés y, por lo tanto, no es capaz de enfocarse debidamente”, explicó Ranganath.
2) Saturarse con tareas: El que mucho abarca, poco hace. Esta frase podría adaptarse tranquilamente a la sobre exigencia que se pone uno mismo para cumplir con muchos objetivos. Según la ciencia, el ser humano debe focalizarse en una tarea a la vez para poder alcanzar la excelencia.
3) La monotonía: realizar siempre la misma tarea, con el mismo proceso, provoca que nuestro cerebro se atrofie. “La plasticidad en el cerebro nos ayuda a realizar tareas, en especial aquellas que son repetitivas, de manera más eficiente”, manifestó Ranganath.
4) Confiarse demasiado: el cerebro almacena la información más importante, pero a veces puede jugarte una mala pasada al creer que podés realizar una tarea sin capacitarte. En este caso, será importante ejercitar la memoria para no pasar sobresaltos.
Dos cardiólogos estadounidenses redactaron un informe acerca de los patrones de conducta de las personas e incluyeron este acto habitual como uno de los causantes de la “enfermedad de la prisa” Read More