“Descontrol fiscal y monetario”: el duro panorama que le brindaron a un grupo de empresarios del exterior

En medio de la necesidad de inversiones en el país y pese a que no hay un panorama claro para la ley de Semillas, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, destacó que el desarrollo de la industria semillera es fundamental para aumentar la producción de alimentos, energía y materiales a partir de fuentes renovables. En el Congreso de Semillas de las Américas, que se realiza esta semana en el hotel Hilton de Buenos Aires, el funcionario señaló que la Argentina ha vivido en “el descontrol fiscal, monetario, cambiario”, pero que ahora se está entrando en un proceso de organización.

Emprendedora: la carnicera que es sensación por una inédita estrategia para ganar clientes

Con el fin de brindar un panorama sobre la economía de la Argentina y atraer inversores del extranjero, el funcionario se apoyó en el equipo económico del Ministerio de Economía, que depende de Luis Caputo. Participaron el director del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Federico Furiase, el director del BICE, Felipe Núñez; el jefe de asesores de la Subsecretaría del mismo Iraeta, Manuel Chiappe. En el inicio del evento, también estuvo el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Claudio Dunan.

“El desarrollo de la industria semillera es clave para el aumento de la cantidad de alimentos principalmente, pero también para energía y materiales a partir de fuentes renovables. Sin semillas no hay producción, sin semillas no hay comida. Conceptualmente, podemos asegurar que en el ciclo de la vida, la semilla es lo primero. De ahí, la importancia y lo fundamental del trabajo de todos ustedes junto a la Asociación de Semillas de las Américas y es en ese sentido que consideramos de muchísimo valor la realización de estos encuentros, para promover y apoyar el desarrollo la comercialización y el fluido movimiento de semillas en el continente americano y a nivel mundial”, dijo durante su discurso.

Esto, mencionó, es importante para intentar armonizar legislaciones y marcos regulatorios entre países, para garantizar los derechos que facilitan el desarrollo, la producción y el comercio de eventos innovadores. “El intercambio de experiencias e información entre investigadores, agrónomos, especialistas del sector y empresarios del país y del mundo favorece el crecimiento de la agrotecnología con el consecuente beneficio para los diferentes sectores productivos y para toda la sociedad”, agregó.

Puntualizó que gran parte de los que pasa la Argentina como país tiene que ver con políticas erróneas que se han aplicado durante muchos años. “Hemos vivido en el descontrol fiscal, monetario, cambiario y estamos entrando en un proceso de organización. Estamos empezando a hacer lo que la mayoría de los países han hecho desde hace muchos años, que es ordenar”, aseguró.

La presencia del equipo económico, justificó, era para que los empresarios de todos los países del mundo que llegaron a la Argentina a participar de este Congreso, era para que tengan un panorama de lo que sucede actualmente con el cambio de Gobierno para que la Argentina “vuelva a florecer”. Se está haciendo, dijo, “lo que hay que hacer”. “Lo que deberíamos haber empezado a hacer desde hace muchos años, pero no hicimos. Hoy lo estamos empezando a hacer. Estamos trabajando la tierra para sembrar semillas nuevas. Estamos trabajando la tierra para sembrar semillas de libertad”, extendió.

Furiase explicó que la herencia macroeconómica significaba un riesgo de hiperinflación y uno de crisis financiera. “Teníamos un Banco Central con 12.000 millones de dólares de reservas netas negativas. Había un nivel de déficit fiscal que era la deuda del Banco Central de 12 puntos del PBI. Eso, además de ser un problema de stock, era un problema de flujo porque ese nivel de pasivos remunerados del BCRA generaba una emisión monetaria endógena. Cuando hay un balance del BCRA tan deteriorado es altísimo el riesgo de hiperinflación”, sostuvo.

Recordó también que los importadores tenían deudas con sus casas matrices de 60.000 millones de dólares. “Claramente, eso ponía mucha incertidumbre en el costo de reposición de la mercadería. Era otro factor que generaba presión inflacionaria porque no había manera de preciar el costo de reposición de la mercadería porque estaba rota esa cadena de pagos”, enumeró entre otros factores que atravesaba la Argentina.

Recordó que estos problemas llevaron al gobierno a trazar un plan económico basado en un ancla fiscal, donde en el primer mes se pudo resolver el problema déficit fiscal de 5 puntos. “El presidente [Javier Milei] súper alineado con el ministro de Economía, es el principal defensor del ancla fiscal, que es el corazón y verdadero ancla de este programa de estabilización. La Argentina en lo que va del año acumula un superávit fiscal primario de 1,5 puntos de producto viniendo de un déficit de 5 puntos”, precisó. Este resultado mencionó que está dando cuenta de la potencia de esa ancla fiscal.

Enumeró también que era importante resolver el problema monetario para evitar la espiralización y una crisis financiera. Junto con el ancla fiscal se generó una ancla monetaria. “Se apagaron todos los motores de la emisión monetaria”, resumió.

En medio de la necesidad de inversiones en el país y pese a que no hay un panorama claro para la ley de Semillas, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, destacó que el desarrollo de la industria semillera es fundamental para aumentar la producción de alimentos, energía y materiales a partir de fuentes renovables. En el Congreso de Semillas de las Américas, que se realiza esta semana en el hotel Hilton de Buenos Aires, el funcionario señaló que la Argentina ha vivido en “el descontrol fiscal, monetario, cambiario”, pero que ahora se está entrando en un proceso de organización.

Emprendedora: la carnicera que es sensación por una inédita estrategia para ganar clientes

Con el fin de brindar un panorama sobre la economía de la Argentina y atraer inversores del extranjero, el funcionario se apoyó en el equipo económico del Ministerio de Economía, que depende de Luis Caputo. Participaron el director del Banco Central de la República Argentina (BCRA) Federico Furiase, el director del BICE, Felipe Núñez; el jefe de asesores de la Subsecretaría del mismo Iraeta, Manuel Chiappe. En el inicio del evento, también estuvo el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Claudio Dunan.

“El desarrollo de la industria semillera es clave para el aumento de la cantidad de alimentos principalmente, pero también para energía y materiales a partir de fuentes renovables. Sin semillas no hay producción, sin semillas no hay comida. Conceptualmente, podemos asegurar que en el ciclo de la vida, la semilla es lo primero. De ahí, la importancia y lo fundamental del trabajo de todos ustedes junto a la Asociación de Semillas de las Américas y es en ese sentido que consideramos de muchísimo valor la realización de estos encuentros, para promover y apoyar el desarrollo la comercialización y el fluido movimiento de semillas en el continente americano y a nivel mundial”, dijo durante su discurso.

Esto, mencionó, es importante para intentar armonizar legislaciones y marcos regulatorios entre países, para garantizar los derechos que facilitan el desarrollo, la producción y el comercio de eventos innovadores. “El intercambio de experiencias e información entre investigadores, agrónomos, especialistas del sector y empresarios del país y del mundo favorece el crecimiento de la agrotecnología con el consecuente beneficio para los diferentes sectores productivos y para toda la sociedad”, agregó.

Puntualizó que gran parte de los que pasa la Argentina como país tiene que ver con políticas erróneas que se han aplicado durante muchos años. “Hemos vivido en el descontrol fiscal, monetario, cambiario y estamos entrando en un proceso de organización. Estamos empezando a hacer lo que la mayoría de los países han hecho desde hace muchos años, que es ordenar”, aseguró.

La presencia del equipo económico, justificó, era para que los empresarios de todos los países del mundo que llegaron a la Argentina a participar de este Congreso, era para que tengan un panorama de lo que sucede actualmente con el cambio de Gobierno para que la Argentina “vuelva a florecer”. Se está haciendo, dijo, “lo que hay que hacer”. “Lo que deberíamos haber empezado a hacer desde hace muchos años, pero no hicimos. Hoy lo estamos empezando a hacer. Estamos trabajando la tierra para sembrar semillas nuevas. Estamos trabajando la tierra para sembrar semillas de libertad”, extendió.

Furiase explicó que la herencia macroeconómica significaba un riesgo de hiperinflación y uno de crisis financiera. “Teníamos un Banco Central con 12.000 millones de dólares de reservas netas negativas. Había un nivel de déficit fiscal que era la deuda del Banco Central de 12 puntos del PBI. Eso, además de ser un problema de stock, era un problema de flujo porque ese nivel de pasivos remunerados del BCRA generaba una emisión monetaria endógena. Cuando hay un balance del BCRA tan deteriorado es altísimo el riesgo de hiperinflación”, sostuvo.

Recordó también que los importadores tenían deudas con sus casas matrices de 60.000 millones de dólares. “Claramente, eso ponía mucha incertidumbre en el costo de reposición de la mercadería. Era otro factor que generaba presión inflacionaria porque no había manera de preciar el costo de reposición de la mercadería porque estaba rota esa cadena de pagos”, enumeró entre otros factores que atravesaba la Argentina.

Recordó que estos problemas llevaron al gobierno a trazar un plan económico basado en un ancla fiscal, donde en el primer mes se pudo resolver el problema déficit fiscal de 5 puntos. “El presidente [Javier Milei] súper alineado con el ministro de Economía, es el principal defensor del ancla fiscal, que es el corazón y verdadero ancla de este programa de estabilización. La Argentina en lo que va del año acumula un superávit fiscal primario de 1,5 puntos de producto viniendo de un déficit de 5 puntos”, precisó. Este resultado mencionó que está dando cuenta de la potencia de esa ancla fiscal.

Enumeró también que era importante resolver el problema monetario para evitar la espiralización y una crisis financiera. Junto con el ancla fiscal se generó una ancla monetaria. “Se apagaron todos los motores de la emisión monetaria”, resumió.

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