Los empresarios pidieron un Estado más chico, pero que “esté presente para nivelar la cancha”

MAR DEL PLATA.- La tercera y última jornada del 60° Coloquio de IDEA estuvo marcada por el debate sobre el rol que debe tener el Estado y los dueños de empresas importantes se sumaron a la discusión. Celebraron el camino achicamiento y de desregulación, pero también hicieron una advertencia: que el péndulo no se vaya al otro extremo.

Sobre esto hizo hincapié, sobre todo, Carolina Castro, presidenta de Industrias Guidi, una autopartista familiar fundada por su abuelo y luego presidida por su madre, y que emplea a 600 personas. “Soy politóloga, fui candidata y soy apasionada de estos temas. La Argentina está en un momento que corre cierto riesgo de generar un péndulo: vivimos Estados omnipresente y ahora el riesgo es ir a un Estado ausente”, disparó, se explayó: “La sociedad llegó a un primer consenso, que es insustituible, que es que la macroeconomía esté ordenada y estable, y eso lo expresó en el voto. Es un primer consenso y es muy importante. Pero el contrapunto es que no alcanza, el rol del Estado va más allá de garantizar la macro. Es el punto de partida, pero no de llegada. El objetivo final tiene que ser el crecimiento duradero y la generación de trabajo, tiene que ser un Estado atento al crecimiento inclusivo”.

En este sentido, dijo que el desafío es la competitividad y que para pasar de los números rojos al verde “hay que hacer cosas, y parte lo tiene que hacer el Estado”. Y citó a Andrés Velasco Brañes, decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, quien participó de la primera jornada de este encuentro. “Velasco dijo dos cosas: que la política industrial está de vuelta y que las restricciones al comercio están de vuelta, y eso lo hacen los Estados. Estados Unidos sacó restricciones contra los autos eléctricos chinos, y no importa si el gobierno es demócrata o republicano”, dijo, y agregó: “Los debates tienen que salir de Estado presente al doble de tamaño o Estado ausente. Si solo vela por desregulaciones y déficit cero, estamos en un problema, el resto de los Estados hacen cosas y tenemos que competir: bajar costos logísticos y hacer que científicos se desarrollen en el país”. Por eso aclaró que no le gusta la palabra “achicar” al referirse al Estado y dijo que el talento tiene que estar también en el sector público y que eso se potencia con meritocracia. “Hay una burocracia estable en los Estados eficientes del mundo”, redondeó.

Compartió en parte el concepto Nicolás Braun, gerente general de Supermercados La Anónima, firma que tiene 116 años de historia y es la cuarta cadena del país y la principal del interior, con 570 sucursales y 11.500 empleados. “El Estado tiene que estar presente para nivelar la cancha y que todos los argentinos tengan oportunidades”, disparó, pero aclaró: “El Estado tuvo un peso impositivo alto que, junto a la falta de control, incentivó el crecimiento de la informalidad, somos menos los contribuyentes que pagamos más impuestos. Niveló la cancha a favor de la informalidad”. Y citó el caso de Walmart, que, explicó, “estuvo 25 años en el país invirtió US$1000 millones y se fue resignado casi regalando la empresa porque no le encontraba la vuelta”.

Según dijo, el “canal moderno” (el de los supermercados) es menos del 40%, mientras que en los 50 llegó a ser el 50% o más y en Chile es más del 60% y en Brasil ronda el 50%.

En definitiva, el titular del grupo que también tiene una fintech y dos frigoríficos, pidió un Estado “más chico que pueda bajar impuestos para que uno pueda ser más productivo; y fiscalizar más; pero festejamos bajar peso del Estado”.

En tanto, se mostró “preocupado” por el aumento de tasas municipales de Seguridad e Higiene, que se cobran en los tickets de los supermercados. Y citó el caso de Lanús: “Las pasó de 2,6% a 4% de la facturación. Para que se den una idea es cuatro veces el alquiler, que es el 1%, eso hay que desterrarlo porque retrasa. Las cadenas tuvieron que trasladar ese aumento a precios”. En este sentido, destacó la medida de transparentar y discriminar en los tickets el pago de impuestos.

Por su parte, Roberto Murchison, director de IDEA y presidente & CEO de Grupo Murchison (firma que tiene 2000 empleados), dijo que la Argentina es un país cerrado, y agregó: “Quisiera que crezca el comercio exterior y para eso tenemos que ser más eficientes, para competir con el mundo. Parte de esto tiene que ver con la carga impositiva, sobre todo retenciones, pero Federico [Sturzenegger] no nos deja pedir baja de impuestos. Es más importante el superávit fiscal que bajar los impuestos, porque hay que mantener estables las reglas de juego”.

Además, agregó que para ganar productividad no hay que caer en la “precarización de la discusión gremial” de solo discutir sueldos versus inflación, porque eso “desgasta” la relación. “Hay muchos temas para discutir, como el convenio colectivo”.

A la hora de explicar por qué invierten en el país, Braun repasó la historia de la firma, que tuvo “épocas buenas” y que comenzó a cotizar en Bolsa, pero que después empezó a “perder el rumbo” empujada por los vaivenes económicos del país. Contó que en los 90 la empresa valía US$450 millones, luego llegó a valer “casi cero” y luego US$700 millones. “A fines de los 70 mi padre toma el control de la empresa, con una estrategia clara y con una política de reinversión de utilidades agresiva: el 90% de las utilidades se reinvertían y luego bajó al 85% tras el aumento de Bienes Personales”, contó, y reveló que en 2017 crearon un plan para duplicar la compañía en siete años.

“Nosotros invertimos la mayoría en la Argentina, pero también tenemos proyectos en Estados Unidos y Uruguay. Distribuimos el 20% de la rentabilidad auditada. Mi padre también refundó la empresa cuando empezó el contenedor y pasó a invertir en capital (muelles, grúas, etcétera) y no solos servicios. Y requiere reinversión portuaria constante. Si no invertís dejás de existir. Lo hacemos con entusiasmo porque la Argentina, en comercio exterior, solo puede crecer: si hace un par de cosas lo puede duplicar o hasta triplicar. También nos metimos en otros rubros para dar servicios a la industria del petróleo y miramos la minería, para mitigar el riesgo del comercio exterior”, contó Murchison.

Castro reforzó el concepto. “Las empresas que queremos seguir en el juego tenemos que invertir, si no te quedás afuera. Las empresas no llegan a crecer sin reinvertir utilidades, sobre todo porque el acceso al crédito es difícil. Nosotros reinvertimos el 85% de las utilidades”, dijo, y contó que, según la Onubi, menos del 5% de las empresas usan tecnología industrial digital avanzada. “Queremos estar en ese 5% y el país debe estar ahí. Hay un rol del Estado ahí, para ayudar en la agenda de competitividad. Hay que hacer la transición, si no te quedas afuera del mercado”.

A la hora de resumir cómo fue este año, Braun se refirió a la “volatilidad que estamos expuestos empresarios”, y repasó cómo el año pasado, con Precios Cuidados y el Plan Platita, “la gente se deshacía de los pesos” y que “lo difícil no era vender, sino tener mercadería”. Y compartió números de consumo de Scentia de septiembre último, que mostró una caída interanual de 22% y de 12% en el acumulado de 2024.

Luego aclaró que en la comparación intermensual se tocó un piso en abril y que desde ahí hay “un poquito de mejoría” y que “septiembre versus ese piso está un 10% por encima”. Y añadió: “El Gobierno dio plena libertad y libre mercado, y nos lanzamos a competir de forma descarnada para agarrar ese consumo. La suba es gradual, sobre todo en electro por el crédito al consumo, pero todavía por debajo año pasado”.

Murchison dijo que le “impresiona el cambio de agenda del último año”, pero que “este año fue difícil desde el punto de vista económico, uno de los más difíciles, no en volumen, pero sí económico”. Agregó: “Vimos baja en almacenamiento. En contenedores el volumen es -9% versus en el año pasado, y para la industria la caída es de 7% u 8 %”.

MAR DEL PLATA.- La tercera y última jornada del 60° Coloquio de IDEA estuvo marcada por el debate sobre el rol que debe tener el Estado y los dueños de empresas importantes se sumaron a la discusión. Celebraron el camino achicamiento y de desregulación, pero también hicieron una advertencia: que el péndulo no se vaya al otro extremo.

Sobre esto hizo hincapié, sobre todo, Carolina Castro, presidenta de Industrias Guidi, una autopartista familiar fundada por su abuelo y luego presidida por su madre, y que emplea a 600 personas. “Soy politóloga, fui candidata y soy apasionada de estos temas. La Argentina está en un momento que corre cierto riesgo de generar un péndulo: vivimos Estados omnipresente y ahora el riesgo es ir a un Estado ausente”, disparó, se explayó: “La sociedad llegó a un primer consenso, que es insustituible, que es que la macroeconomía esté ordenada y estable, y eso lo expresó en el voto. Es un primer consenso y es muy importante. Pero el contrapunto es que no alcanza, el rol del Estado va más allá de garantizar la macro. Es el punto de partida, pero no de llegada. El objetivo final tiene que ser el crecimiento duradero y la generación de trabajo, tiene que ser un Estado atento al crecimiento inclusivo”.

En este sentido, dijo que el desafío es la competitividad y que para pasar de los números rojos al verde “hay que hacer cosas, y parte lo tiene que hacer el Estado”. Y citó a Andrés Velasco Brañes, decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics and Political Science, quien participó de la primera jornada de este encuentro. “Velasco dijo dos cosas: que la política industrial está de vuelta y que las restricciones al comercio están de vuelta, y eso lo hacen los Estados. Estados Unidos sacó restricciones contra los autos eléctricos chinos, y no importa si el gobierno es demócrata o republicano”, dijo, y agregó: “Los debates tienen que salir de Estado presente al doble de tamaño o Estado ausente. Si solo vela por desregulaciones y déficit cero, estamos en un problema, el resto de los Estados hacen cosas y tenemos que competir: bajar costos logísticos y hacer que científicos se desarrollen en el país”. Por eso aclaró que no le gusta la palabra “achicar” al referirse al Estado y dijo que el talento tiene que estar también en el sector público y que eso se potencia con meritocracia. “Hay una burocracia estable en los Estados eficientes del mundo”, redondeó.

Compartió en parte el concepto Nicolás Braun, gerente general de Supermercados La Anónima, firma que tiene 116 años de historia y es la cuarta cadena del país y la principal del interior, con 570 sucursales y 11.500 empleados. “El Estado tiene que estar presente para nivelar la cancha y que todos los argentinos tengan oportunidades”, disparó, pero aclaró: “El Estado tuvo un peso impositivo alto que, junto a la falta de control, incentivó el crecimiento de la informalidad, somos menos los contribuyentes que pagamos más impuestos. Niveló la cancha a favor de la informalidad”. Y citó el caso de Walmart, que, explicó, “estuvo 25 años en el país invirtió US$1000 millones y se fue resignado casi regalando la empresa porque no le encontraba la vuelta”.

Según dijo, el “canal moderno” (el de los supermercados) es menos del 40%, mientras que en los 50 llegó a ser el 50% o más y en Chile es más del 60% y en Brasil ronda el 50%.

En definitiva, el titular del grupo que también tiene una fintech y dos frigoríficos, pidió un Estado “más chico que pueda bajar impuestos para que uno pueda ser más productivo; y fiscalizar más; pero festejamos bajar peso del Estado”.

En tanto, se mostró “preocupado” por el aumento de tasas municipales de Seguridad e Higiene, que se cobran en los tickets de los supermercados. Y citó el caso de Lanús: “Las pasó de 2,6% a 4% de la facturación. Para que se den una idea es cuatro veces el alquiler, que es el 1%, eso hay que desterrarlo porque retrasa. Las cadenas tuvieron que trasladar ese aumento a precios”. En este sentido, destacó la medida de transparentar y discriminar en los tickets el pago de impuestos.

Por su parte, Roberto Murchison, director de IDEA y presidente & CEO de Grupo Murchison (firma que tiene 2000 empleados), dijo que la Argentina es un país cerrado, y agregó: “Quisiera que crezca el comercio exterior y para eso tenemos que ser más eficientes, para competir con el mundo. Parte de esto tiene que ver con la carga impositiva, sobre todo retenciones, pero Federico [Sturzenegger] no nos deja pedir baja de impuestos. Es más importante el superávit fiscal que bajar los impuestos, porque hay que mantener estables las reglas de juego”.

Además, agregó que para ganar productividad no hay que caer en la “precarización de la discusión gremial” de solo discutir sueldos versus inflación, porque eso “desgasta” la relación. “Hay muchos temas para discutir, como el convenio colectivo”.

A la hora de explicar por qué invierten en el país, Braun repasó la historia de la firma, que tuvo “épocas buenas” y que comenzó a cotizar en Bolsa, pero que después empezó a “perder el rumbo” empujada por los vaivenes económicos del país. Contó que en los 90 la empresa valía US$450 millones, luego llegó a valer “casi cero” y luego US$700 millones. “A fines de los 70 mi padre toma el control de la empresa, con una estrategia clara y con una política de reinversión de utilidades agresiva: el 90% de las utilidades se reinvertían y luego bajó al 85% tras el aumento de Bienes Personales”, contó, y reveló que en 2017 crearon un plan para duplicar la compañía en siete años.

“Nosotros invertimos la mayoría en la Argentina, pero también tenemos proyectos en Estados Unidos y Uruguay. Distribuimos el 20% de la rentabilidad auditada. Mi padre también refundó la empresa cuando empezó el contenedor y pasó a invertir en capital (muelles, grúas, etcétera) y no solos servicios. Y requiere reinversión portuaria constante. Si no invertís dejás de existir. Lo hacemos con entusiasmo porque la Argentina, en comercio exterior, solo puede crecer: si hace un par de cosas lo puede duplicar o hasta triplicar. También nos metimos en otros rubros para dar servicios a la industria del petróleo y miramos la minería, para mitigar el riesgo del comercio exterior”, contó Murchison.

Castro reforzó el concepto. “Las empresas que queremos seguir en el juego tenemos que invertir, si no te quedás afuera. Las empresas no llegan a crecer sin reinvertir utilidades, sobre todo porque el acceso al crédito es difícil. Nosotros reinvertimos el 85% de las utilidades”, dijo, y contó que, según la Onubi, menos del 5% de las empresas usan tecnología industrial digital avanzada. “Queremos estar en ese 5% y el país debe estar ahí. Hay un rol del Estado ahí, para ayudar en la agenda de competitividad. Hay que hacer la transición, si no te quedas afuera del mercado”.

A la hora de resumir cómo fue este año, Braun se refirió a la “volatilidad que estamos expuestos empresarios”, y repasó cómo el año pasado, con Precios Cuidados y el Plan Platita, “la gente se deshacía de los pesos” y que “lo difícil no era vender, sino tener mercadería”. Y compartió números de consumo de Scentia de septiembre último, que mostró una caída interanual de 22% y de 12% en el acumulado de 2024.

Luego aclaró que en la comparación intermensual se tocó un piso en abril y que desde ahí hay “un poquito de mejoría” y que “septiembre versus ese piso está un 10% por encima”. Y añadió: “El Gobierno dio plena libertad y libre mercado, y nos lanzamos a competir de forma descarnada para agarrar ese consumo. La suba es gradual, sobre todo en electro por el crédito al consumo, pero todavía por debajo año pasado”.

Murchison dijo que le “impresiona el cambio de agenda del último año”, pero que “este año fue difícil desde el punto de vista económico, uno de los más difíciles, no en volumen, pero sí económico”. Agregó: “Vimos baja en almacenamiento. En contenedores el volumen es -9% versus en el año pasado, y para la industria la caída es de 7% u 8 %”.

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