MENDOZA.- Una vez más, la misma historia, en el mismo lugar. Ahora, los que se quejaron fueron los más de 10.000 chilenos que eligieron Mendoza como destino turístico. Así, en las puertas de un fin de semana largo para los trasandinos, pasar por la aduana argentina se convirtió en un verdadero dolor de cabeza. Las excesivas demoras de los controles oficiales, en muchos casos explicadas por el enojo de los trabajadores de la ex-AFIP con el gobierno de Javier Milei, provocaron un verdadero caos en la alta montaña, en el complejo argentino Roque Carranza, en la localidad de Horcones. Es más, hubo ciudadanos chilenos que, directamente, optaron por volver a sus hogares.
De esta manera, buena parte del jueves y durante la mañana viernes se registraron largas filas de vehículos, que tuvieron que esperar hasta 10 horas para poder ingresar al país, entre ellos también un importante número de argentinos que volvía de hacer compras del otro lado de la Cordillera.
“Una vergüenza total, con demoras de más de 10 horas. Vemos que los empleados de la ex-AFIP están trabajando a media máquina, y a desgano, seguro. Tendrán sus razones, pero perjudican a todos. Esta es la realidad que se vive en esta aduana precaria, inoperante y totalmente fuera de lo que Mendoza quiere o pretende entregar”, contó a este medio Martín, uno de los mendocinos que volvía de Chile, cansado de ver que siempre se repite la misma historia de dilaciones en la frontera.
“Así recibe Mendoza al turismo. Inoperancia total. Hace cuatro horas estamos en una cola infinita y por lo menos se dice que faltan cinco más”, se quejaba en las primeras horas de este viernes otro mendocino en plena montaña, cruzando los dedos para que se acelerara el paso. “Sin baños, sin comida, sin policías ni operadores de Aduana. Así es como los turistas llegan con esta imagen”, se lamentó.
Sin dudas, el grueso de los viajeros eran chilenos que venían a hacer turismo a la provincia para disfrutar del feriado del 31 de octubre, por el Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, así como el 1° de noviembre, por el Día de Todos los Santos. Sin embargo, hubo trasandinos que, tras aguardar ocho horas para hacer los trámites migratorios, decidieron emprender el regreso a sus hogares, y quedarse con las ganas.
“Bastante gente después de esperar una importante cantidad de horas volvió a Chile. Lo que puedo decir es la cantidad de compatriotas que han viajado y que nosotros reforzamos; por lo tanto la responsabilidad las tiene que realizar el mismo complejo”, comentó Cristian Aravena, delegado Presidencial Provincial de Los Andes, en declaraciones a radio Mitre Mendoza. “Nuestra responsabilidad está cubierta por el aumento de las dotaciones, se están haciendo los trabajos correspondientes en el servicio de aduana, como corresponde”, se defendió el funcionario chileno, responsabilizando a las autoridades argentinas del complejo Roque Carranza, y ensayando una solución que no llega. “La digitalización de la documentación para que puedan hacer lo más rápido posible la situación de ingreso y sea solo la revisión de los vehículos”, completó Aravena.
El miércoles lograron ingresar a Mendoza casi 6000 chilenos, sin demoras importantes, mientras que el jueves lo hicieron alrededor 8000 viajeros, que empezaron a poner las quejas por las dilaciones excesivas. En tanto, durante este viernes al menos 2000 ciudadanos buscaban entrar a la provincia.
Las autoridades argentinas afirmaron a LA NACIÓN que todas las cabinas estaban en funcionamiento y que buena parte de las demoras respondían a la registración que realizan los agentes aduaneros chilenos al cargar datos vehiculares. Además, indicaron que hubo tensión con viajeros, sobre todo argentinos, que se resistían a pagar los impuestos por el exceso de mercadería que compraron en Chile. “Hacen tour de compras y pretenden que nadie les cobre nada; y hasta que no cumplen no pueden seguir viaje. Se reforzó personal, pero también las demoras tienen que ver con una saturación de las chapas chilenas en este fin de semana especial”, indicaron a este medio fuentes del sector fronterizo, confiando en que en las próximas horas no volverán a registrarse tantos problemas. La realidad es que, como ocurre desde hace 20 años, ir o venir de Chile, cualquiera sea el momento del año, puede convertirse en una verdadera odisea.
MENDOZA.- Una vez más, la misma historia, en el mismo lugar. Ahora, los que se quejaron fueron los más de 10.000 chilenos que eligieron Mendoza como destino turístico. Así, en las puertas de un fin de semana largo para los trasandinos, pasar por la aduana argentina se convirtió en un verdadero dolor de cabeza. Las excesivas demoras de los controles oficiales, en muchos casos explicadas por el enojo de los trabajadores de la ex-AFIP con el gobierno de Javier Milei, provocaron un verdadero caos en la alta montaña, en el complejo argentino Roque Carranza, en la localidad de Horcones. Es más, hubo ciudadanos chilenos que, directamente, optaron por volver a sus hogares.
De esta manera, buena parte del jueves y durante la mañana viernes se registraron largas filas de vehículos, que tuvieron que esperar hasta 10 horas para poder ingresar al país, entre ellos también un importante número de argentinos que volvía de hacer compras del otro lado de la Cordillera.
“Una vergüenza total, con demoras de más de 10 horas. Vemos que los empleados de la ex-AFIP están trabajando a media máquina, y a desgano, seguro. Tendrán sus razones, pero perjudican a todos. Esta es la realidad que se vive en esta aduana precaria, inoperante y totalmente fuera de lo que Mendoza quiere o pretende entregar”, contó a este medio Martín, uno de los mendocinos que volvía de Chile, cansado de ver que siempre se repite la misma historia de dilaciones en la frontera.
“Así recibe Mendoza al turismo. Inoperancia total. Hace cuatro horas estamos en una cola infinita y por lo menos se dice que faltan cinco más”, se quejaba en las primeras horas de este viernes otro mendocino en plena montaña, cruzando los dedos para que se acelerara el paso. “Sin baños, sin comida, sin policías ni operadores de Aduana. Así es como los turistas llegan con esta imagen”, se lamentó.
Sin dudas, el grueso de los viajeros eran chilenos que venían a hacer turismo a la provincia para disfrutar del feriado del 31 de octubre, por el Día de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, así como el 1° de noviembre, por el Día de Todos los Santos. Sin embargo, hubo trasandinos que, tras aguardar ocho horas para hacer los trámites migratorios, decidieron emprender el regreso a sus hogares, y quedarse con las ganas.
“Bastante gente después de esperar una importante cantidad de horas volvió a Chile. Lo que puedo decir es la cantidad de compatriotas que han viajado y que nosotros reforzamos; por lo tanto la responsabilidad las tiene que realizar el mismo complejo”, comentó Cristian Aravena, delegado Presidencial Provincial de Los Andes, en declaraciones a radio Mitre Mendoza. “Nuestra responsabilidad está cubierta por el aumento de las dotaciones, se están haciendo los trabajos correspondientes en el servicio de aduana, como corresponde”, se defendió el funcionario chileno, responsabilizando a las autoridades argentinas del complejo Roque Carranza, y ensayando una solución que no llega. “La digitalización de la documentación para que puedan hacer lo más rápido posible la situación de ingreso y sea solo la revisión de los vehículos”, completó Aravena.
El miércoles lograron ingresar a Mendoza casi 6000 chilenos, sin demoras importantes, mientras que el jueves lo hicieron alrededor 8000 viajeros, que empezaron a poner las quejas por las dilaciones excesivas. En tanto, durante este viernes al menos 2000 ciudadanos buscaban entrar a la provincia.
Las autoridades argentinas afirmaron a LA NACIÓN que todas las cabinas estaban en funcionamiento y que buena parte de las demoras respondían a la registración que realizan los agentes aduaneros chilenos al cargar datos vehiculares. Además, indicaron que hubo tensión con viajeros, sobre todo argentinos, que se resistían a pagar los impuestos por el exceso de mercadería que compraron en Chile. “Hacen tour de compras y pretenden que nadie les cobre nada; y hasta que no cumplen no pueden seguir viaje. Se reforzó personal, pero también las demoras tienen que ver con una saturación de las chapas chilenas en este fin de semana especial”, indicaron a este medio fuentes del sector fronterizo, confiando en que en las próximas horas no volverán a registrarse tantos problemas. La realidad es que, como ocurre desde hace 20 años, ir o venir de Chile, cualquiera sea el momento del año, puede convertirse en una verdadera odisea.
La situación se registró ayer y hoy en el complejo argentino Roque Carranza, en la localidad de Horcones; muchos visitantes decidieron volver a sus hogares Read More