Cuando las encuestadoras norteamericanas habían logrado crear herramientas, no de mayor precisión, sino de prevención y decoro frente al ya habitual papelón post-resultados, dos encuestadores mantienen un estoico apego al orgullo profesional: Nate Silver, ejercitando paracaidismo pre-papelón honesto y diciendo “no creo (y no crea usted) en las encuestas cuando todo aparece tan parejo, a esta altura es más panza que cabeza, y si me guío por eso creo que es Trump”.
Pero en las últimas horas, una mujer llamada Ann Selzer pareciera hacer lo más inesperado en encuestas predictivas: encuestó y predijo. ¿Basada en estómago? No. Basada en un mix de datos llevados al papel y un profundo sentido común profesional.
Ann nació en Minessotta, se crió en Kansas y sus estudios son curiosos por lo heterogéneo: comenzó haciendo Medicina en la Universidad de Kansas, pero abandonó para graduarse en Artes Dramáticas y Discurso. Luego hizo un doctorado, esta vez más en sincronía con su futuro, en Teoría de la Comunicación e Investigación. Fue en Iowa, desde donde históricamente realiza encuestas publicadas en el Des Moines Register, que son resentidas y respetadas en niveles similares dada su extraña consistencia en la precisión predictiva que presentan.
Nate Silver, famoso experto en datos estadísticos predictivos y a quien personalmente respeto desde siempre, siente reverencia por Selzer, ya que es de las pocas que no ha bajado las banderas de ir a fondo con los datos sin temor al bochorno posterior. La diferencia de Selzer: estimar las respuestas del potencial votante desde un punto de vista analítico que no se corresponde con el microscopio sino con la mirada lateral y el sentido realista de quién vota y por qué, antes de por quién.
Este fin de semana explotó su análisis, digo “explotó” porque generó un raro sismo entre los nerds de los datos y encuestas. Contra todos los estudios, ofreció encuestas que ponen a Harris liderando en Iowa (?!!?), un estado sólido republicano con historial de dos claros triunfos de Trump en las últimas elecciones. Según sus “insólitos” datos, Harris no sólo no va perdiendo sino que está arriba por tres puntos.
Selzer justificó su hallazgo en que se estudia poco a los/las mayores de 65 años, que son votantes muy confiables con porcentajes altos de presentismo. Entre mujeres de esa edad Kamala mide muy, muy bien. Muchas recuerdan aún el caso Roe vs Wade, que ocurrió en 1973 y es la base sobre la que el aborto no es ilegal y debe garantizarse sobre el principio de derecho a la privacidad. Trump revirtió esa decisión, mucho menos desde su pintoresca escala de valores sino desde el oportunismo de poner a los cristianos de su lado. De hecho, Trump utilizó a Melania y su reciente autobiografía para dejar abierta la otra puerta y favorecer el aborto, al mismo tiempo que él lanzaba una Biblia… Conquistar el mercado con productos para todos los gustos, una forma de hipocresía que aún hoy podría costar cara.
Trump ayer mismo llamó a Selzer mentirosa, paradójica forma de elogio viniendo de un ser que ha hecho de la ligereza en el insulto un hobby político global con seguidores en todos lados, algo que probablemente Selzer cuelgue como diploma en alguna pared en un futuro. Todo depende de si ganan, no las encuestas, sino LA encuesta de Selzer.
¿Tendrá razón? Si fuera así, estimo que mirar sólo a Pensilvania, Michigan y Wisconsin es sesgar la interpretación, Iowa sería punta de un ovillo.
En los estudios de comportamiento que mi empresa realizó y realiza en diferentes países, me he encontrado con escenarios similares al de esta elección: sobran datos, escasea el análisis. Selzer (su apellido es ya una invitación a digerir bien algo complicado) propone no obstante pensar no desde el estómago, sino desde la cabeza pero con un mix coherente a los caprichos humanos y complejidades al decidir. Al analizar, pensar paradójicamente, pensar creativamente, es una clave olvidada por muchos. Pero, afortunadamente, no por todos.
El autor es fundador y director de New Creative Sciences
Cuando las encuestadoras norteamericanas habían logrado crear herramientas, no de mayor precisión, sino de prevención y decoro frente al ya habitual papelón post-resultados, dos encuestadores mantienen un estoico apego al orgullo profesional: Nate Silver, ejercitando paracaidismo pre-papelón honesto y diciendo “no creo (y no crea usted) en las encuestas cuando todo aparece tan parejo, a esta altura es más panza que cabeza, y si me guío por eso creo que es Trump”.
Pero en las últimas horas, una mujer llamada Ann Selzer pareciera hacer lo más inesperado en encuestas predictivas: encuestó y predijo. ¿Basada en estómago? No. Basada en un mix de datos llevados al papel y un profundo sentido común profesional.
Ann nació en Minessotta, se crió en Kansas y sus estudios son curiosos por lo heterogéneo: comenzó haciendo Medicina en la Universidad de Kansas, pero abandonó para graduarse en Artes Dramáticas y Discurso. Luego hizo un doctorado, esta vez más en sincronía con su futuro, en Teoría de la Comunicación e Investigación. Fue en Iowa, desde donde históricamente realiza encuestas publicadas en el Des Moines Register, que son resentidas y respetadas en niveles similares dada su extraña consistencia en la precisión predictiva que presentan.
Nate Silver, famoso experto en datos estadísticos predictivos y a quien personalmente respeto desde siempre, siente reverencia por Selzer, ya que es de las pocas que no ha bajado las banderas de ir a fondo con los datos sin temor al bochorno posterior. La diferencia de Selzer: estimar las respuestas del potencial votante desde un punto de vista analítico que no se corresponde con el microscopio sino con la mirada lateral y el sentido realista de quién vota y por qué, antes de por quién.
Este fin de semana explotó su análisis, digo “explotó” porque generó un raro sismo entre los nerds de los datos y encuestas. Contra todos los estudios, ofreció encuestas que ponen a Harris liderando en Iowa (?!!?), un estado sólido republicano con historial de dos claros triunfos de Trump en las últimas elecciones. Según sus “insólitos” datos, Harris no sólo no va perdiendo sino que está arriba por tres puntos.
Selzer justificó su hallazgo en que se estudia poco a los/las mayores de 65 años, que son votantes muy confiables con porcentajes altos de presentismo. Entre mujeres de esa edad Kamala mide muy, muy bien. Muchas recuerdan aún el caso Roe vs Wade, que ocurrió en 1973 y es la base sobre la que el aborto no es ilegal y debe garantizarse sobre el principio de derecho a la privacidad. Trump revirtió esa decisión, mucho menos desde su pintoresca escala de valores sino desde el oportunismo de poner a los cristianos de su lado. De hecho, Trump utilizó a Melania y su reciente autobiografía para dejar abierta la otra puerta y favorecer el aborto, al mismo tiempo que él lanzaba una Biblia… Conquistar el mercado con productos para todos los gustos, una forma de hipocresía que aún hoy podría costar cara.
Trump ayer mismo llamó a Selzer mentirosa, paradójica forma de elogio viniendo de un ser que ha hecho de la ligereza en el insulto un hobby político global con seguidores en todos lados, algo que probablemente Selzer cuelgue como diploma en alguna pared en un futuro. Todo depende de si ganan, no las encuestas, sino LA encuesta de Selzer.
¿Tendrá razón? Si fuera así, estimo que mirar sólo a Pensilvania, Michigan y Wisconsin es sesgar la interpretación, Iowa sería punta de un ovillo.
En los estudios de comportamiento que mi empresa realizó y realiza en diferentes países, me he encontrado con escenarios similares al de esta elección: sobran datos, escasea el análisis. Selzer (su apellido es ya una invitación a digerir bien algo complicado) propone no obstante pensar no desde el estómago, sino desde la cabeza pero con un mix coherente a los caprichos humanos y complejidades al decidir. Al analizar, pensar paradójicamente, pensar creativamente, es una clave olvidada por muchos. Pero, afortunadamente, no por todos.
El autor es fundador y director de New Creative Sciences
En las últimas horas, una mujer pareciera haber hecho lo más inesperado en encuestas predictivas: encuestó y predijo, basada en un mix de datos llevados al papel y un profundo sentido común profesional Read More