Fórmula 1: Helmut Marko esmerila a Checo Pérez y Horner lanzó una frase ilusionante para Franco Colapinto

La alineación que compusieron Max Verstappen y Alexander Albon, en 2020, resultó la última que llevó íntegramente el sello del programa de desarrollo de pilotos de Red Bull. El segundo ciclo destacado de la escudería de Milton Keynes, siempre con MadMax como mejor espada, comenzó en el siguiente curso, con la contratación de Sergio Checo Pérez. Fiel ladero, jugador de equipo, cada vez que el mexicano intentó pulsear, terminó devastado por su compañero de garaje.

Bicampeones en el mundial de Constructores, la actual temporada descubre al guadalajarense en modo irregular en los grandes premios, desacertado en las pruebas de clasificación y el desbalance que se observa entre las ejecuciones del neerlandés, que en Las Vegas logró el tetracampeonato, con los rendimientos del tapatío, agitan a una estructura que desde el comienzo del calendario recorrió múltiples sacudones.

La figura de Helmut Marko, asesor y hombre que maneja con mano de hierro el equipo Junior, se impone desde hace un tiempo como una sombra sobre Checo Pérez y, como es costumbre, no tuvo reparos en arremeter contra el piloto latino, con contrato vigente para las dos próximas temporadas, aunque nadie se atreve asegurar en el paddock de la Fórmula 1 que el asiento en Red Bull Racing está amarrado. Una reunión de accionistas, tras la última cita en Abu Dhabi, pesará para la conformación de los garajes de RBR y Racing Bull, posiblemente la última esperanza de Franco Colapinto para ser parte de la grilla en 2025.

Con dos grandes premios y una Sprint Racing como cierre de la temporada, los 53 puntos de desventaja de Red Bull Racing ante el puntero McLaren en el mundial de Constructores asoman indescontables, a pesar de las 103 unidades en juegos. “Necesitamos tener dos pilotos que los rendimientos se comparen. Creo que Max está más de 200 puntos por delante de Sergio. Para nuestros empleados es una decepción, porque su bonificación siempre se basa en nuestra posición en el campeonato de constructores. Siendo realistas, no hay posibilidades de que podamos ganarlo”, el dardo que disparó Marko en Las Vegas, donde el equipo de Milton Keynes celebró el tetracampeonato de Verstappen, pero no tuvo en Checo Pérez el empuje para escalar en el clasificador y recortar la brecha entre los constructores.

El décimo puesto se tradujo en apenas un punto en una carrera en la que McLaren se enseñó irresoluta y se reflejó en las ubicaciones de Lando Norris y Oscar Piastri, que finalizaron en el sexto y séptimo casillero, respectivamente. “Una buena conducción, una buena recuperación, pero el problema es que empezamos fuera de posición de puntos en el día en que McLaren fue débil. Nos hubiera gustado sacarles más puntos”, analizó Christian Horner, el jefe de la factoría.

Marko esmeriló a Checo Pérez durante todo el fin de semana en la Ciudad del Pecado: la tarea comenzó apenas terminó la qualy, donde el mexicano quedó eliminado en la Q1, el primer corte clasificatorio para el ordenamiento de la grilla. “No fue lo suficientemente rápido. Tal vez deberíamos haber usado dos juegos de neumáticos, eso habría ayudado, pero pensamos que podía hacerlo. Ahora está 16°”, apuntó el austríaco, sobre la sexta vez en el año en que el tapatío decepcionó entre errores propios y algunas falencias que exhibió el equipo.

“Creo que tenemos que resolver los problemas que tuvimos este año. El equipo sabe exactamente dónde estamos y Red Bull es el mejor equipo: creo que podemos tener un auto mucho mejor para el año que viene”, retrucó Pérez, que ejecutó el mejor sobrepaso en Las Vegas, con una maniobra en la que doblegó a la vez a Liam Lawson (RB) y a Kevin Magnussen (Haas).

What a move from Checo 🤩

Total commitment from Perez as he passes Lawson and Magnussen in one go 💪#F1 #LasVegasGP pic.twitter.com/tfYf7QrDDs

— Formula 1 (@F1) November 24, 2024

La presencia de Checo Pérez en la segunda butaca de Red Bull Racing es una piedra en el zapato para Marko, porque señala que en los últimos cuatro años no se destacó ningún piloto junior del programa que él lidera y que resulta un millonario gasto para la empresa de bebidas energizantes. En 2023, el expiloto intentó desestabilizar la alineación al proponer a Fernando Alonso como el único piloto que podría acercarse a los rendimientos de Verstappen; un puñado de días atrás, tras el Gran Premio de México, fustigó al mexicano en su propia casa: “Sabemos que la clasificación no es su punto fuerte, pero ser eliminado en la Q1 es muy decepcionante”. Más tarde atacó por la sanción de cinco segundos, por posicionarse fuera del cajón de largada: “Que un hombre con su experiencia coloque mal el auto no es inteligente y es una gran vergüenza”.

La debacle que Red Bull Racing sufrió tras el paso del Gran Circo por España, con diez grandes premios sin victorias, fue una alerta que disparó Checo Pérez y que los éxitos del inicio del calendario impidieron escuchar. La brecha que se abrió entre el mexicano y Verstappen no era una queja para disimular la disparidad de rendimientos y Horner reconoció la situación. “Rastreamos el historial de desarrollo y resultó que el primer error ocurrió en una mejora del piso en Barcelona en 2023. Ese fue también el gran premio en el que Checo empezó a tener problemas, pero no lo tomamos tan en serio porque Max siguió ganando”, comentó a Auto Motor und Sport.

Los rumores sobre una salida del mexicano se multiplican desde el año pasado y en el actual curso proliferaron antes de que Red Bull Racing anunciara la extensión del contrato y también después de la comunicación. Desde el ascenso de Lawson o Yuki Tsunoda, pilotos de Racing Bull, al arribo de Franco Colapinto, pasando por el español Carlos Sainz Jr., que firmó con Williams y no estuvo en el plan según Horner, algunos de los nombres que suben y bajan del asiento.

Marko, que a mitad de la temporada anunció que Lawson tendría una butaca en 2025 en la F.1 –reemplaza desde el Gran Premio de Estados Unidos a Daniel Ricciardo-, sentenció en Austin que no se conocerían detalles de las alineaciones hasta después de Abu Dhabi –Tsunoda ensayará con el modelo RB20­- y en Las Vegas ratificó sus palabras. “Habrá una reunión y el resultado de esa reunión se presentará a los accionistas, que también decidirán cómo será la situación de los pilotos de ambos equipos para el próximo año”, reveló a ORF, la compañía de radiodifusión austríaca.

Las acciones en la pista de Checo Pérez están en baja -la última vez que el mexicano se trepó al podio fue en China, en la quinta fecha del calendario-, aunque el respaldo económico y las cláusulas del reciente contrato que firmó para los dos próximos años son avales que invitan a reflexionar a los accionistas.

En el autódromo Hermanos Rodríguez, de Ciudad de México, los fanáticos argentinos apuntaron a la charla distendida en el pitlane que sostuvieron Colapinto y Carlos Slim Domit, presidente del Grupo Carso, que controla gigantes de las comunicaciones como Telmex y Claro. La fortuna de la familia Slim está valorada en 100.000 millones de dólares y Checo Pérez genera un negocio muy importante a su alrededor. Las marcas que el tapatío lleva asociadas pagan su contrato, de más de US$ 10 millones, y contribuyen con otros US$ 20.000.000 a Red Bull. La figura del piloto de Jalisco colabora además a tener un firme apoyo de público en las citas de Miami, Austin, Ciudad de México y Las Vegas, además de seguidores en un país con 128 millones de personas.

“Tenemos pilotos bajo contrato y tenemos pilotos con opciones que quedan entre la compañía y los pilotos implicados, pero por ahora no hay nada que decir al respecto. Si lo hubiera, lo diría”, reflexionó Horner, en medio de los festejos por el tetracampeonato de Verstappen, pero focalizado con el futuro de Red Bull Racing, el gigante que puede resultar la llave para la continuidad de Colapinto en la Fórmula 1.

La alineación que compusieron Max Verstappen y Alexander Albon, en 2020, resultó la última que llevó íntegramente el sello del programa de desarrollo de pilotos de Red Bull. El segundo ciclo destacado de la escudería de Milton Keynes, siempre con MadMax como mejor espada, comenzó en el siguiente curso, con la contratación de Sergio Checo Pérez. Fiel ladero, jugador de equipo, cada vez que el mexicano intentó pulsear, terminó devastado por su compañero de garaje.

Bicampeones en el mundial de Constructores, la actual temporada descubre al guadalajarense en modo irregular en los grandes premios, desacertado en las pruebas de clasificación y el desbalance que se observa entre las ejecuciones del neerlandés, que en Las Vegas logró el tetracampeonato, con los rendimientos del tapatío, agitan a una estructura que desde el comienzo del calendario recorrió múltiples sacudones.

La figura de Helmut Marko, asesor y hombre que maneja con mano de hierro el equipo Junior, se impone desde hace un tiempo como una sombra sobre Checo Pérez y, como es costumbre, no tuvo reparos en arremeter contra el piloto latino, con contrato vigente para las dos próximas temporadas, aunque nadie se atreve asegurar en el paddock de la Fórmula 1 que el asiento en Red Bull Racing está amarrado. Una reunión de accionistas, tras la última cita en Abu Dhabi, pesará para la conformación de los garajes de RBR y Racing Bull, posiblemente la última esperanza de Franco Colapinto para ser parte de la grilla en 2025.

Con dos grandes premios y una Sprint Racing como cierre de la temporada, los 53 puntos de desventaja de Red Bull Racing ante el puntero McLaren en el mundial de Constructores asoman indescontables, a pesar de las 103 unidades en juegos. “Necesitamos tener dos pilotos que los rendimientos se comparen. Creo que Max está más de 200 puntos por delante de Sergio. Para nuestros empleados es una decepción, porque su bonificación siempre se basa en nuestra posición en el campeonato de constructores. Siendo realistas, no hay posibilidades de que podamos ganarlo”, el dardo que disparó Marko en Las Vegas, donde el equipo de Milton Keynes celebró el tetracampeonato de Verstappen, pero no tuvo en Checo Pérez el empuje para escalar en el clasificador y recortar la brecha entre los constructores.

El décimo puesto se tradujo en apenas un punto en una carrera en la que McLaren se enseñó irresoluta y se reflejó en las ubicaciones de Lando Norris y Oscar Piastri, que finalizaron en el sexto y séptimo casillero, respectivamente. “Una buena conducción, una buena recuperación, pero el problema es que empezamos fuera de posición de puntos en el día en que McLaren fue débil. Nos hubiera gustado sacarles más puntos”, analizó Christian Horner, el jefe de la factoría.

Marko esmeriló a Checo Pérez durante todo el fin de semana en la Ciudad del Pecado: la tarea comenzó apenas terminó la qualy, donde el mexicano quedó eliminado en la Q1, el primer corte clasificatorio para el ordenamiento de la grilla. “No fue lo suficientemente rápido. Tal vez deberíamos haber usado dos juegos de neumáticos, eso habría ayudado, pero pensamos que podía hacerlo. Ahora está 16°”, apuntó el austríaco, sobre la sexta vez en el año en que el tapatío decepcionó entre errores propios y algunas falencias que exhibió el equipo.

“Creo que tenemos que resolver los problemas que tuvimos este año. El equipo sabe exactamente dónde estamos y Red Bull es el mejor equipo: creo que podemos tener un auto mucho mejor para el año que viene”, retrucó Pérez, que ejecutó el mejor sobrepaso en Las Vegas, con una maniobra en la que doblegó a la vez a Liam Lawson (RB) y a Kevin Magnussen (Haas).

What a move from Checo 🤩

Total commitment from Perez as he passes Lawson and Magnussen in one go 💪#F1 #LasVegasGP pic.twitter.com/tfYf7QrDDs

— Formula 1 (@F1) November 24, 2024

La presencia de Checo Pérez en la segunda butaca de Red Bull Racing es una piedra en el zapato para Marko, porque señala que en los últimos cuatro años no se destacó ningún piloto junior del programa que él lidera y que resulta un millonario gasto para la empresa de bebidas energizantes. En 2023, el expiloto intentó desestabilizar la alineación al proponer a Fernando Alonso como el único piloto que podría acercarse a los rendimientos de Verstappen; un puñado de días atrás, tras el Gran Premio de México, fustigó al mexicano en su propia casa: “Sabemos que la clasificación no es su punto fuerte, pero ser eliminado en la Q1 es muy decepcionante”. Más tarde atacó por la sanción de cinco segundos, por posicionarse fuera del cajón de largada: “Que un hombre con su experiencia coloque mal el auto no es inteligente y es una gran vergüenza”.

La debacle que Red Bull Racing sufrió tras el paso del Gran Circo por España, con diez grandes premios sin victorias, fue una alerta que disparó Checo Pérez y que los éxitos del inicio del calendario impidieron escuchar. La brecha que se abrió entre el mexicano y Verstappen no era una queja para disimular la disparidad de rendimientos y Horner reconoció la situación. “Rastreamos el historial de desarrollo y resultó que el primer error ocurrió en una mejora del piso en Barcelona en 2023. Ese fue también el gran premio en el que Checo empezó a tener problemas, pero no lo tomamos tan en serio porque Max siguió ganando”, comentó a Auto Motor und Sport.

Los rumores sobre una salida del mexicano se multiplican desde el año pasado y en el actual curso proliferaron antes de que Red Bull Racing anunciara la extensión del contrato y también después de la comunicación. Desde el ascenso de Lawson o Yuki Tsunoda, pilotos de Racing Bull, al arribo de Franco Colapinto, pasando por el español Carlos Sainz Jr., que firmó con Williams y no estuvo en el plan según Horner, algunos de los nombres que suben y bajan del asiento.

Marko, que a mitad de la temporada anunció que Lawson tendría una butaca en 2025 en la F.1 –reemplaza desde el Gran Premio de Estados Unidos a Daniel Ricciardo-, sentenció en Austin que no se conocerían detalles de las alineaciones hasta después de Abu Dhabi –Tsunoda ensayará con el modelo RB20­- y en Las Vegas ratificó sus palabras. “Habrá una reunión y el resultado de esa reunión se presentará a los accionistas, que también decidirán cómo será la situación de los pilotos de ambos equipos para el próximo año”, reveló a ORF, la compañía de radiodifusión austríaca.

Las acciones en la pista de Checo Pérez están en baja -la última vez que el mexicano se trepó al podio fue en China, en la quinta fecha del calendario-, aunque el respaldo económico y las cláusulas del reciente contrato que firmó para los dos próximos años son avales que invitan a reflexionar a los accionistas.

En el autódromo Hermanos Rodríguez, de Ciudad de México, los fanáticos argentinos apuntaron a la charla distendida en el pitlane que sostuvieron Colapinto y Carlos Slim Domit, presidente del Grupo Carso, que controla gigantes de las comunicaciones como Telmex y Claro. La fortuna de la familia Slim está valorada en 100.000 millones de dólares y Checo Pérez genera un negocio muy importante a su alrededor. Las marcas que el tapatío lleva asociadas pagan su contrato, de más de US$ 10 millones, y contribuyen con otros US$ 20.000.000 a Red Bull. La figura del piloto de Jalisco colabora además a tener un firme apoyo de público en las citas de Miami, Austin, Ciudad de México y Las Vegas, además de seguidores en un país con 128 millones de personas.

“Tenemos pilotos bajo contrato y tenemos pilotos con opciones que quedan entre la compañía y los pilotos implicados, pero por ahora no hay nada que decir al respecto. Si lo hubiera, lo diría”, reflexionó Horner, en medio de los festejos por el tetracampeonato de Verstappen, pero focalizado con el futuro de Red Bull Racing, el gigante que puede resultar la llave para la continuidad de Colapinto en la Fórmula 1.

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