Anfield es un estadio legendario y el escenario en el que Liverpool protagonizó gestas inolvidables. Un terreno fértil para victorias indelebles y festejos de trasnoche, como el que se desató este miércoles en las gradas de The Kop, la tribuna icónica del estadio inglés. El nuevo modelo de la Champions League exhibe al equipo británico en un momento estupendo: cinco triunfos en la misma cantidad de presentaciones, único de los 36 clubes con el puntaje ideal. El 2 a 0 sobre Real Madrid expuso por qué es el máximo certamen de clubes de Europa y el líder de la Premier League, en la que apenas cedió cinco unidades sobre 36.
Después de la cadena de frustraciones de ocho partidos y de dos finales de la ex Copa de Campeones, el desahogo de los Reds se convirtió en un tormento para el rival. Real Madrid, el que más veces levantó en la historia la Orejona (15), está deshilachándose: está 24º, perdió en tres de las cinco fechas, ocupa la última plaza para clasificarse para los octavos de final y el ciclo mágico de Carlo Ancelotti pierde brillo. La estadística presenta a la estructura como la más frágil de los últimos años en la Casa Blanca.
Dos gigantes de Europa, pero en distintas sintonías. Liverpool ensayó un asalto furioso y veloz hasta convertir a Real Madrid en una equipo de resistencia: en cuatro minutos, Raúl Asencio, sobre la línea, ahogó junto a un manotazo del arquero Thibaut Courtais un festejo del Darwin Núñez. Un par de jugadas después, el arquero belga se impuso a Luis Díaz y nuevamente frente al delantero uruguayo. En 20 minutos, el asedio minimizaba a un rival que se hundía en la defensa y que en ataque era inofensivo.
Ausente Vinícius Jr., la estrella de Kylian Mbappé no brilló en una jornada en la que el equipo necesitaba sus destellos. Desconectado, ni la ubicación en su rincón preferido –la banda izquierda– lo hizo destacarse: no intimidó, no remató y falló un penal, con el resultado 0-1. Era la pelota con la que podía cambiar el rumbo, aunque Real Madrid no merecía el empate. Pero el fútbol no conoce de justicia ni de injusticia y el francés careció del carácter para tomar la invitación y derrotar a Caoimhín Kelleher. “No miro mucho a quien dispara, pero tenía mucha confianza en atajar uno el fin de semana”, mencionó el guardavalla irlandés, que rechazó un penal ante Southampton, aunque le hicieron el gol tras el rebote.
El rock and roll que Liverpool destacaba con Juergen Klopp es conservado con el entrenador Arne Slot. El conjunto presionó más arriba y los controles defensivos que mostró Real Madrid en el primer tiempo, teniendo maniatados a Díaz y Mohamed Salah, se derrumbaron. Tres pelotas perdidas de modo consecutivo y cerca del área facilitaron ese adelantamiento del rival y los reflejos de Courtois, que acertaron frente a un remate de cabeza de Conor Bradley, no pudieron con un disparo de Alexis Mac Allister. Hizo circular el balón Liverpool, Bradley devolvió una pared de primera y el argentino cruzó la pelota, rasa, a contrapié del arquero. Un golpe desestabilizador al que se sumó una segunda oportunidad de la que dispuso Mac Allister y una lesión de Eduardo Camavinga, que era el eje del centro del campo de Real Madrid.
Compacto de la victoria de Liverpool sobre Real Madrid
“Hay que estar entre los primeros 24 y lo haremos. Competiremos en la Champions como en las últimas temporadas. El año pasado ya tuvimos estos problemas”, prometió Ancelotti, que reconoció los merecimientos de Liverpool. “Nosotros aguantamos bien la primera mitad, pero fallamos algunas decisiones en el último pase. Hasta el penal, el equipo compitió. Tenemos que seguir así, este es el camino”, analizó el italiano.
Que respaldó a Mbappé: “Muchas veces a los delanteros les cuesta marcar. Hay una medicina, que es ser paciente. Es un momento complicado para él, sobre todo tras fallar el penal. Puede tener un poco de falta de confianza. Cuando las cosas no salen, la idea es jugar sencillo, pero no se puede juzgarlo por haber fallado un penal. Todos los jugadores fallan”.
Las debilidades de Real Madrid se hicieron más irrebatibles y aunque Liverpool malogró un penal –falta de Ferland Mendy contra Salah; el egipcio hizo estrellar la pelota en el poste derecho–, la escasa rebeldía de los madridistas se traducía en avances que solamente abrían espacios para ser explotados por el local.
Hubo un córner rápido y Cody Gapko, sin marcas, cabeceó para sellar el triunfo de los Reds. Liverpool funciona de modo aplastante y arrasó a Real Madrid, que se erosiona y suma tres derrotas en cinco compromisos en la Champions, algo que nunca le había sucedido. No parece en riesgo la clasificación, aunque para desembarcar en los octavos de final deberá desandar el camino largo.
Anfield es un estadio legendario y el escenario en el que Liverpool protagonizó gestas inolvidables. Un terreno fértil para victorias indelebles y festejos de trasnoche, como el que se desató este miércoles en las gradas de The Kop, la tribuna icónica del estadio inglés. El nuevo modelo de la Champions League exhibe al equipo británico en un momento estupendo: cinco triunfos en la misma cantidad de presentaciones, único de los 36 clubes con el puntaje ideal. El 2 a 0 sobre Real Madrid expuso por qué es el máximo certamen de clubes de Europa y el líder de la Premier League, en la que apenas cedió cinco unidades sobre 36.
Después de la cadena de frustraciones de ocho partidos y de dos finales de la ex Copa de Campeones, el desahogo de los Reds se convirtió en un tormento para el rival. Real Madrid, el que más veces levantó en la historia la Orejona (15), está deshilachándose: está 24º, perdió en tres de las cinco fechas, ocupa la última plaza para clasificarse para los octavos de final y el ciclo mágico de Carlo Ancelotti pierde brillo. La estadística presenta a la estructura como la más frágil de los últimos años en la Casa Blanca.
Dos gigantes de Europa, pero en distintas sintonías. Liverpool ensayó un asalto furioso y veloz hasta convertir a Real Madrid en una equipo de resistencia: en cuatro minutos, Raúl Asencio, sobre la línea, ahogó junto a un manotazo del arquero Thibaut Courtais un festejo del Darwin Núñez. Un par de jugadas después, el arquero belga se impuso a Luis Díaz y nuevamente frente al delantero uruguayo. En 20 minutos, el asedio minimizaba a un rival que se hundía en la defensa y que en ataque era inofensivo.
Ausente Vinícius Jr., la estrella de Kylian Mbappé no brilló en una jornada en la que el equipo necesitaba sus destellos. Desconectado, ni la ubicación en su rincón preferido –la banda izquierda– lo hizo destacarse: no intimidó, no remató y falló un penal, con el resultado 0-1. Era la pelota con la que podía cambiar el rumbo, aunque Real Madrid no merecía el empate. Pero el fútbol no conoce de justicia ni de injusticia y el francés careció del carácter para tomar la invitación y derrotar a Caoimhín Kelleher. “No miro mucho a quien dispara, pero tenía mucha confianza en atajar uno el fin de semana”, mencionó el guardavalla irlandés, que rechazó un penal ante Southampton, aunque le hicieron el gol tras el rebote.
El rock and roll que Liverpool destacaba con Juergen Klopp es conservado con el entrenador Arne Slot. El conjunto presionó más arriba y los controles defensivos que mostró Real Madrid en el primer tiempo, teniendo maniatados a Díaz y Mohamed Salah, se derrumbaron. Tres pelotas perdidas de modo consecutivo y cerca del área facilitaron ese adelantamiento del rival y los reflejos de Courtois, que acertaron frente a un remate de cabeza de Conor Bradley, no pudieron con un disparo de Alexis Mac Allister. Hizo circular el balón Liverpool, Bradley devolvió una pared de primera y el argentino cruzó la pelota, rasa, a contrapié del arquero. Un golpe desestabilizador al que se sumó una segunda oportunidad de la que dispuso Mac Allister y una lesión de Eduardo Camavinga, que era el eje del centro del campo de Real Madrid.
Compacto de la victoria de Liverpool sobre Real Madrid
“Hay que estar entre los primeros 24 y lo haremos. Competiremos en la Champions como en las últimas temporadas. El año pasado ya tuvimos estos problemas”, prometió Ancelotti, que reconoció los merecimientos de Liverpool. “Nosotros aguantamos bien la primera mitad, pero fallamos algunas decisiones en el último pase. Hasta el penal, el equipo compitió. Tenemos que seguir así, este es el camino”, analizó el italiano.
Que respaldó a Mbappé: “Muchas veces a los delanteros les cuesta marcar. Hay una medicina, que es ser paciente. Es un momento complicado para él, sobre todo tras fallar el penal. Puede tener un poco de falta de confianza. Cuando las cosas no salen, la idea es jugar sencillo, pero no se puede juzgarlo por haber fallado un penal. Todos los jugadores fallan”.
Las debilidades de Real Madrid se hicieron más irrebatibles y aunque Liverpool malogró un penal –falta de Ferland Mendy contra Salah; el egipcio hizo estrellar la pelota en el poste derecho–, la escasa rebeldía de los madridistas se traducía en avances que solamente abrían espacios para ser explotados por el local.
Hubo un córner rápido y Cody Gapko, sin marcas, cabeceó para sellar el triunfo de los Reds. Liverpool funciona de modo aplastante y arrasó a Real Madrid, que se erosiona y suma tres derrotas en cinco compromisos en la Champions, algo que nunca le había sucedido. No parece en riesgo la clasificación, aunque para desembarcar en los octavos de final deberá desandar el camino largo.
El local se impuso por 2 a 0 en Anfield y marcha con un ritmo imperial: cinco victorias en cinco partidos; Kylian Mbappé, deslucido, falló un penal Read More