MADRID.– Como resultado de la negociación bilateral en Yeda (Arabia Saudita), Ucrania y Estados Unidos han restaurado una relación profundamente deteriorada tras la encerrona del 28 de febrero en el Salón Oval, en la que Volodimir Zelensky fue humillado por Donald Trump y expulsado de la Casa Blanca. El comunicado conjunto de ambas delegaciones –en el que se recoge la propuesta de alto el fuego originalmente planteado por Kiev– es la muestra más patente del nuevo clima, a pesar de que queda pendiente su aprobación por Moscú. El valor del acuerdo deberá pasar por la prueba de los hechos sobre el terreno y, sobre todo, de la actitud de la Casa Blanca hacia el Kremlin. Serán decisivos los estímulos que Trump pueda ofrecer a Putin para que acepte. Hasta ahora su actitud ha sido apaciguadora y cómplice. Si quiere levantar prematuramente las sanciones a Rusia, Europa debe mantenerse firme al lado de Ucrania. Ante el maximalismo del presidente ruso, hasta ahora apoyado por el estadounidense, corresponde exigir un alto el fuego con las máximas y más robustas garantías de cumplimiento, que nada tienen que ver con las tierras raras, como sigue pretendiendo Trump, sino con la disuasión para que Putin no lo rompa.
MADRID.– Como resultado de la negociación bilateral en Yeda (Arabia Saudita), Ucrania y Estados Unidos han restaurado una relación profundamente deteriorada tras la encerrona del 28 de febrero en el Salón Oval, en la que Volodimir Zelensky fue humillado por Donald Trump y expulsado de la Casa Blanca. El comunicado conjunto de ambas delegaciones –en el que se recoge la propuesta de alto el fuego originalmente planteado por Kiev– es la muestra más patente del nuevo clima, a pesar de que queda pendiente su aprobación por Moscú. El valor del acuerdo deberá pasar por la prueba de los hechos sobre el terreno y, sobre todo, de la actitud de la Casa Blanca hacia el Kremlin. Serán decisivos los estímulos que Trump pueda ofrecer a Putin para que acepte. Hasta ahora su actitud ha sido apaciguadora y cómplice. Si quiere levantar prematuramente las sanciones a Rusia, Europa debe mantenerse firme al lado de Ucrania. Ante el maximalismo del presidente ruso, hasta ahora apoyado por el estadounidense, corresponde exigir un alto el fuego con las máximas y más robustas garantías de cumplimiento, que nada tienen que ver con las tierras raras, como sigue pretendiendo Trump, sino con la disuasión para que Putin no lo rompa.
MADRID.– Como resultado de la negociación bilateral en Yeda (Arabia Saudita), Ucrania y Estados Unidos han restaurado una relación profundamente deteriorada tras la encerrona del 28 de febrero en el Salón Oval, en la que Volodimir Zelensky fue humillado por Donald Trump y expulsado de la Casa Blanca. El comunicado conjunto de ambas delegaciones –en el que se recoge la propuesta de alto el fuego originalmente planteado por Kiev– es la muestra más patente del nuevo clima, a pesar de que queda pendiente su aprobación por Moscú. El valor del acuerdo deberá pasar por la prueba de los hechos sobre el terreno y, sobre todo, de la actitud de la Casa Blanca hacia el Kremlin. Serán decisivos los estímulos que Trump pueda ofrecer a Putin para que acepte. Hasta ahora su actitud ha sido apaciguadora y cómplice. Si quiere levantar prematuramente las sanciones a Rusia, Europa debe mantenerse firme al lado de Ucrania. Ante el maximalismo del presidente ruso, hasta ahora apoyado por el estadounidense, corresponde exigir un alto el fuego con las máximas y más robustas garantías de cumplimiento, que nada tienen que ver con las tierras raras, como sigue pretendiendo Trump, sino con la disuasión para que Putin no lo rompa. Read More