Claribel Medina y Pablo Alarcón: “Donde hubo un gran odio ahora hay un gran amor”

Claribel Medina y Pablo Alarcón se conocieron de casualidad en 1985, cuando el entonces galán había ido a Puerto Rico a protagonizar una telenovela, pero el amor recién surgió unos años después y la relación devino en casamiento en 1988. Más tarde la pareja decidió instalarse en la Argentina, donde tuvieron dos hijas –Antonella y Agostina- y prosiguieron con éxito sus respectivas carreras. En 1998, por motivos no explicitados (pero que hoy, a través de esta nota, serán revelados públicamente), se separaron. Desde entonces, la relación fue distante, cuando no tensa.

Pero el año pasado sucedió algo que no solo volvió a reunir a la pareja sino a toda la familia: la intervención del actor a corazón abierto (tras sufrir una neumonía bilateral), que incluyó el reemplazo de una válvula y la colocación de un bypass. En ese momento tan especial Claribel y Pablo limaron asperezas y, superada esa instancia dramática, empezaron a fantasear con volver a conformar una dupla actoral. Ahora, ese sueño está a punto de hacerse realidad. El 8 de mayo estrenarán Es complicado, una comedia escrita y dirigida por Ernesto Medela, de solo dos personajes, en el Teatro Regina (Av. Santa Fe 1235); para, luego de cuatro funciones, salir de gira por todo el país. Antes hablaron sobre sus años de felicidad y desavenencias, en una charla honesta con LA NACIÓN, en donde primó tanto el humor como la emoción.

-Según se supo la historia de la obra tiene puntos en contacto con la de ustedes. ¿En qué proporción?

Alarcón: -Y… hay varias cosas que coinciden. Se trata de una pareja que se enamora y tiene hijos. De pronto, empiezan los líos y las desavenencias, luego las grandes peleas y por último llega la reconciliación.

Medina: -Pero no es enteramente nuestra historia, ¿eh? Este matrimonio estuvo casado muchos años más que nosotros y al comienzo de la obra llevan cierto tiempo de separados, pero no tanto como Pablo y yo. Y, además, se encuentran en pleno proceso de resentimiento mutuo y todo es pura pelea. Claramente, están viviendo un momento muy distinto al que hoy estamos transitando nosotros… La obra cuenta con humor la historia de dos personas que están paradas en su punto de vista y cada uno tiene una visión de lo que es la relación y de quién tiene la culpa de todo. La obra arranca con esa pelea. Nosotros, en esta instancia de la vida, estamos en otra, pero pasamos por ese proceso, por esa batalla en la que en algún momento hay que ceder o no. En ese sentido, hay gente que cede y gente que queda peleada eternamente. Yo creo que muchas parejas se van a sentir identificadas con el argumento de Es complicado.

-¿Dónde transcurre la acción y durante cuánto tiempo?

Alarcón: -Transcurre durante un día y medio y en una casa quinta. Allí se encuentran por casualidad, vuelven -sin saber que se encontrarán con el otro- al que había sido su nido de amor, para recordar los años felices.

Medina: -Cada uno va por las suyas a buscar ese momento de intimidad y de soledad con los recuerdos y se encuentran ahí atrapados en medio de una tormenta y no pueden salir.

-¿Es una comedia emotiva?

Medina: -Sí, tiene momentos de mucha emoción, pero también de mucho humor.

Alarcón: -Pero que va a haber lágrimas, va a haber. Eso es seguro. Lo que me gusta de la obra es que aparece la emoción a través del amor, surge cuando ves cómo se reconstruye la pareja. Eso es milagroso, ¿no?

-En la obra la pareja se encuentra tramitando el divorcio. ¿Ustedes están simplemente separados o divorciados?

Medina: -Estamos divorciados. Nos separamos en 1998 y nos divorciamos mucho después.

-¿Por qué se separaron?

Medina: -Uh, pasó de todo. En sintesís: creo que crecimos diferente. En un momento hubo diferencias innegociables, algunas tenían que ver con la profesión y otras con la diferencia de edad [se llevan entre sí 15 años, Claribel tiene 63 y Pablo, 78]. Quizás yo sentí en un punto que necesitaba vivir una vida propia, sin tantos consejos, y obtener mis propias experiencias. Ahí empezamos a chocar. Ahora veo todo eso como un gran acto de inmadurez mío. No es que me arrepienta de la decisión que tomé, pero no tuve la paciencia para esperar ciertos cambios que le pedía a Pablo. Yo era más joven y quise vivir aceleradamente una serie de cosas. Digamos que tuve un ataque de rebeldía y dije basta.

-¿Y vos, Pablo, te arrepentís de haberte separado?

Alarcón: -No, para nada. Estoy muy feliz de haberme separado [risas]. Yo creo que a la larga nos hubiéramos separado igual porque soy un tipo solitario. Si en ese entonces no quise negociar nada es porque tal vez ya quería eso: quedarme solo. Y hoy me siento muy bien viviendo solo con mis dos perros, tan libremente. Es verdad que después de Claribel he tenido otras parejas, a las que sigo amando como sigo amando a Claribel, pero nací para vivir solo. De todos modos, creo que a partir de nuestra reconciliación vamos a compartir de una u otra manera el resto de la vida, por el amor que nos tenemos y por el amor hacia nuestras hijas.

-¿Hoy pueden observar y analizar todo los que les pasó a través del prisma del humor?

Medina: -El humor es una característica que a los dos nos salva en la vida… Definitivamente, nos salva el humor, eso de poder burlarnos de habernos dicho barbaridades. Eso hoy, claro, en aquel entonces estábamos muy enojados.

Alarcón: -Durante años estuvimos como esos perros que se ladran de lejos [risas]. ¿O no, Claribel?

Medina: -Claro que sí. Además yo recuerdo los tonos en lo que nos decíamos todo lo que nos decíamos. Por las chicas nos hablábamos lo justo y necesario, y ni una palabra más. Hoy me puedo reír de todo aquello, y digo: ¡pero qué estúpidos, por qué nos tratábamos así!

Historia de un reencuentro

-¿Cuándo y por qué se produce el reencuentro?

Alarcón: -Hubo una primera reconciliación por un hecho puntual, donde dijimos ¡basta de pelear! Fue en 2016.

-¿Cuál fue ese hecho puntual?

Alarcón: -Nuestra hija estaba mal, Antonella estaba enferma, pasando por un momento delicado y entonces fui a ver a Claribel al teatro y…

En este momento el actor busca la mirada de su exmujer, ella le da la mano y a ambos repentinamente se les humedecen los ojos. No pueden seguir hablando. Luego de un rato, la entrevista continúa.

Medina: -Y entonces ahí dijimos ¡basta!

Alarcón: -Antonella estaba mal, tenía un problema de conducta, estaba perdida y debíamos estar juntos para sacarla adelante.

Medina: -Ojo, después nos volvimos a pelear, pero en ese momento tuvimos una reconciliación importante por nuestra hija. Anto es como Pablo, tiene una personalidad para adentro, es de las que llora internamente, entonces no percibís claramente su sufrimiento. Mi otra hija, Agostina, es como yo, explosiva, cuando revienta parece que se cae el mundo. Todo lo exterioriza. Ahí Pablo y yo hablamos largo y tendido de la importancia de que las chicas supieran que eran hijas del amor, más allá de que nos hubiésemos peleado, tuviéramos tantas diferencias y no manejáramos los egos. Ahí nos dimos cuenta que no estaba bueno seguir teniendo rencores. Por nosotros, pero fundamentalmente por ellas.

-Luego los volvió a acercar definitivamente el delicado trance de salud que Pablo sufrió el año pasado, ¿no?

Medina: -Sí. En 2020 tuvimos nuestra última pelea, pero la superamos y nos volvimos a unir, pero lo del año pasado fue decisivo. Desde entonces nuestra relación es mucho más fuerte y relajada.

Alarcón: -Digamos que las dos veces que nos unimos fue por motivos de salud, la primera vez por una cuestión de salud de mi hija y la segunda, por un problema de salud mío. Lo del año pasado fue el broche de oro en nuestro proceso de reconciliación.

-¿Cómo se produjo eso? ¿Vos le pediste ayuda, Pablo?

Medina: -No, yo caí sola al sanatorio, nadie me llamó.

Alarcón: -Vino a verme espontáneamente y no se apartó de mí durante toda la internación.

Medina: -Pero me echaba, me decía: ‘no me voy a morir, andate´[risas]. Tampoco quería que la hiciera venir a Agostina de Miami [donde se encuentra estudiando], pero yo no le di bola. Sentí que era momento de estar todos juntos y le pedí que viajara. También lo hice porque sé lo que es el desarraigo. Es muy doloroso cuando no aceptás que las raíces y los afectos están primero. No quería que en ningún momento ella sintiera, como me pasó a mí con mi Puerto Rico y mis familiares, que no estuvo presente cuando su padre la necesitaba. Porque después eso pesa muchísimo y duele. Además, ellos tienen una relación muy bella. Son realmente muy unidos y hay temas que solo hablan entre sí.

-A propósito, Pablo, ¿cómo te encontrás hoy de salud?

Alarcón: -Muy bien. Sin dudas, mejor que antes de la operación. Así que espero que algún día me dejen de dar pastillas para la presión y esas cosas, porque estoy haciendo una vida sana: me alimento bien y hago gimnasia. Y te digo más: ayer tuve un problema en casa y me subí al techo para revisar el tanque de agua. No te digo que ahora estoy para correr una maratón, pero…

Medina: -A veces, cuando me cuenta esas cosas, lo quiero matar. El año pasado, recién operado del corazón, lo encontré un día paseando los perros por la calle. ‘¿Estás loco?´, le dije. ‘Mirá si los perros de golpe pegan un tirón, te arrastran y se te abre la herida´. Pero, bueno, es su personalidad, es así.

-Pablo, ¿en algún momento temiste morir?

Alarcón: Sí, absolutamente. Me dije: “bueno, aquí termina todo”. Reuní a mis hijas y les dije: “aquí están las llaves de casa, les pertenece a las dos, así que no se peleen, y acá está esto y lo otro, esto es para vos y esto otro es para vos, el resto divídanselo. Esto vale tanto, así que la mitad es para una y la otra para la otra”. Y ya está, chau y a otra cosa.

Otra vez la emoción irrumpe en la charla, Alarcón busca contención en la mirada de Medina y se produce una larga pausa.

Alarcón: -Hoy sé que nosotros destruimos una pareja, como le sucede a la mitad de los matrimonios, pero construimos una familia. Y en ese momento tan dramático funcionamos como tal. Por eso, y gracias a los médicos, estoy vivo.

Un amor de telenovela

-Viajemos en el tiempo, vayamos al comienzo de esa pareja. ¿Cómo se conocieron? ¿Fue amor a primera vista?

Medina: -No, no fue amor a primera vista. Cuando nos conocimos yo estaba en pareja y nuestro primer encuentro fue un papelón. Lo conozco de cuando en Puerto Rico vino a ver una obra en la que yo trabajaba, El parador de promesas, y me invitó a participar de una telenovela que él protagonizaba. En ese momento, de una manera muy soberbia le contesté: “Yo no hago televisión”. ¡Qué tarada! ¿Y qué pasó tres años después? Yo era la protagonista femenina de una de sus novelas, La isla. Allí, el primer día de grabación se vengó. “¿Vos no eras la que no hacía televisión?“, me dijo. [Risas].

-¿Cuándo y cómo el romance que vivían en la telenovela se trasladó al plano de la realidad?

Medina: -De la misma manera en que te dije que lo nuestro no fue un amor a primera vista, en cuanto empezamos a trabajar juntos se produjo un flechazo profundísimo; como si el papelón de la primera vez no hubiese existido, y encontré en Pablo a un amigo con el que me llevaba muy bien y me empezaban a pasar cosas. Hasta que un día me pregunté: “¿pero diablo, quién es este muchacho?” Y allí la historia tomó otro color.

-¿Qué recuerdos tienen de su vida en común, como pareja y como profesionales?

Alarcón: -Como pareja hubo momentos de mucha alegría. Yo encontré en Claribel a alguien que le gustaba organizar fiestas en la casa, de repente venían unas 30 personas a comer y bailar y eso me encantaba. En Puerto Rico y acá.

Medina: -Otra cosa que recuerdo es el mar. Teníamos un amigo que tenía una casa en Salinas, un pueblito de Puerto Rico, frente al mar del Caribe, y allí teníamos charlas filosóficas interminables, de la mañana a la noche. También recuerdo todos nuestros trabajos. Juntos estuvimos en las novelas La isla, Ave de paso y una serie de Corín Tellado que Pablo producía y dirigía. También hicimos una película: Mujeres. Todo eso en Puerto Rico. Después vino la propuesta de venir a la Argentina y ver qué podría pasar aquí.

-¿Y qué pasó aquí?

Medina: -Primero vivimos en General Pacheco, donde en mayo hacía un frío… y él me hacía la psicológica. “Fijate que yo estoy en remera, Claribel, aquí no hace nada de frío”, me decía para que yo no huyera y volviera al Caribe. ¡Y yo me lo creía! [Risas]. Los otros grandes recuerdos de nuestra vida en común, obviamente, son los nacimientos de nuestras hijas. Y también nuestros perros, porque hemos tenido muchos y los hemos querido intensamente. También recuerdo las comidas. Pablo es un gran cocinero. A mí me daba mucha tranquilidad llegar a casa después de una larga jornada de trabajo y saber que la cena para toda la familia estaría resuelta y encima sería riquísima. En la Argentina trabajamos varias veces juntos, fundamentalmente en teatro. La última vez fue en 1996, cuando hicimos El búho y la gatita en gira por todo el país.

-¿Qué es lo mejor y lo peor de cada uno?

Medina: -Pablo es una buena persona, una persona íntegra. Por más enojado y lleno de odio que esté, siempre te va a desear el bien. ¿Y lo peor? Que es muy para adentro, y eso lo torna algo indescifrable.

Alarcón: -Ella es una persona muy alegre, muy para afuera, lo exterioriza todo y eso me hizo y me hace bien. Está buenísimo que ella pueda contar lo que le pasa y reír y cantar. Eso es lo que me enamoró de Claribel y lo que me sigue gustando de ella. Ha sido y es una buena madre y es una buena compañera, más allá de todos los quilombos que hemos tenido. ¿Y lo peor? Lo mismo, que es demasiado para afuera y actúa como Agostina, impulsiva y explosivamente.

Medina: -Yo te voy a decir que es lo peor de mí, porque él, como es un caballero, no lo va a hacer. Lo peor es mi enojo, cuando me enojo vos podés llegar a pensar: ‘¡qué oscura que es esta mujer!´, ‘¿cómo llegó a esto?´, ‘¿cómo esa persona tan divertida pudo convertirse en este monstruo?´ [Risas]. De todos modos, con los años he aprendido a desarrollar la paciencia. En fin, la vida me ha enseñado a no quedarme únicamente con mi mirada de las cosas. Cuando te encerrás en tu mirada te das manija y no podés ver el panorama general; y cuando eso sucede no te das opciones para negociar con el otro. Tal vez ese haya sido el mayor error en mi vida.

-Por último, ¿este reencuentro profesional abre la puerta a un posible reencuentro sentimental?

Alarcón: -Mmm. No lo creo…

-Estás titubeando…

Alarcón: -Yo sé que él público espera eso, pero tienen que entender que lo valioso en nosotros es que donde hubo un gran odio ahora hay un gran amor. La forma no importa. ¿Volver a convivir en una misma casa y compartir la habitación? No tengo la menor intención de hacerlo con nadie, no solo con Claribel.

Medina: -En mi caso no lo sé. Yo soy una romántica. No digo que vamos a volver, ahora lo válido es este reencuentro profesional y este presente afectuoso. Luego de nuestra historia de amor y de tantos enojos, es muy importante la admiración que hoy sentimos el uno por el otro, tanto en el plano profesional como personal, y el redescubrimiento de lo mejor de cada uno. Después la vida dirá.

Para agendar

Es complicado. Autor y director: Ernesto Medela. Elenco: Claribel Medina y Pablo Alarcón. Teatro Regina (Av. Santa Fe 1235). Funciones: jueves 8, 15, 22 y 29 de mayo, a las 20. Entradas: por Entrada Uno o en la boletería del teatro.

Claribel Medina y Pablo Alarcón se conocieron de casualidad en 1985, cuando el entonces galán había ido a Puerto Rico a protagonizar una telenovela, pero el amor recién surgió unos años después y la relación devino en casamiento en 1988. Más tarde la pareja decidió instalarse en la Argentina, donde tuvieron dos hijas –Antonella y Agostina- y prosiguieron con éxito sus respectivas carreras. En 1998, por motivos no explicitados (pero que hoy, a través de esta nota, serán revelados públicamente), se separaron. Desde entonces, la relación fue distante, cuando no tensa.

Pero el año pasado sucedió algo que no solo volvió a reunir a la pareja sino a toda la familia: la intervención del actor a corazón abierto (tras sufrir una neumonía bilateral), que incluyó el reemplazo de una válvula y la colocación de un bypass. En ese momento tan especial Claribel y Pablo limaron asperezas y, superada esa instancia dramática, empezaron a fantasear con volver a conformar una dupla actoral. Ahora, ese sueño está a punto de hacerse realidad. El 8 de mayo estrenarán Es complicado, una comedia escrita y dirigida por Ernesto Medela, de solo dos personajes, en el Teatro Regina (Av. Santa Fe 1235); para, luego de cuatro funciones, salir de gira por todo el país. Antes hablaron sobre sus años de felicidad y desavenencias, en una charla honesta con LA NACIÓN, en donde primó tanto el humor como la emoción.

-Según se supo la historia de la obra tiene puntos en contacto con la de ustedes. ¿En qué proporción?

Alarcón: -Y… hay varias cosas que coinciden. Se trata de una pareja que se enamora y tiene hijos. De pronto, empiezan los líos y las desavenencias, luego las grandes peleas y por último llega la reconciliación.

Medina: -Pero no es enteramente nuestra historia, ¿eh? Este matrimonio estuvo casado muchos años más que nosotros y al comienzo de la obra llevan cierto tiempo de separados, pero no tanto como Pablo y yo. Y, además, se encuentran en pleno proceso de resentimiento mutuo y todo es pura pelea. Claramente, están viviendo un momento muy distinto al que hoy estamos transitando nosotros… La obra cuenta con humor la historia de dos personas que están paradas en su punto de vista y cada uno tiene una visión de lo que es la relación y de quién tiene la culpa de todo. La obra arranca con esa pelea. Nosotros, en esta instancia de la vida, estamos en otra, pero pasamos por ese proceso, por esa batalla en la que en algún momento hay que ceder o no. En ese sentido, hay gente que cede y gente que queda peleada eternamente. Yo creo que muchas parejas se van a sentir identificadas con el argumento de Es complicado.

-¿Dónde transcurre la acción y durante cuánto tiempo?

Alarcón: -Transcurre durante un día y medio y en una casa quinta. Allí se encuentran por casualidad, vuelven -sin saber que se encontrarán con el otro- al que había sido su nido de amor, para recordar los años felices.

Medina: -Cada uno va por las suyas a buscar ese momento de intimidad y de soledad con los recuerdos y se encuentran ahí atrapados en medio de una tormenta y no pueden salir.

-¿Es una comedia emotiva?

Medina: -Sí, tiene momentos de mucha emoción, pero también de mucho humor.

Alarcón: -Pero que va a haber lágrimas, va a haber. Eso es seguro. Lo que me gusta de la obra es que aparece la emoción a través del amor, surge cuando ves cómo se reconstruye la pareja. Eso es milagroso, ¿no?

-En la obra la pareja se encuentra tramitando el divorcio. ¿Ustedes están simplemente separados o divorciados?

Medina: -Estamos divorciados. Nos separamos en 1998 y nos divorciamos mucho después.

-¿Por qué se separaron?

Medina: -Uh, pasó de todo. En sintesís: creo que crecimos diferente. En un momento hubo diferencias innegociables, algunas tenían que ver con la profesión y otras con la diferencia de edad [se llevan entre sí 15 años, Claribel tiene 63 y Pablo, 78]. Quizás yo sentí en un punto que necesitaba vivir una vida propia, sin tantos consejos, y obtener mis propias experiencias. Ahí empezamos a chocar. Ahora veo todo eso como un gran acto de inmadurez mío. No es que me arrepienta de la decisión que tomé, pero no tuve la paciencia para esperar ciertos cambios que le pedía a Pablo. Yo era más joven y quise vivir aceleradamente una serie de cosas. Digamos que tuve un ataque de rebeldía y dije basta.

-¿Y vos, Pablo, te arrepentís de haberte separado?

Alarcón: -No, para nada. Estoy muy feliz de haberme separado [risas]. Yo creo que a la larga nos hubiéramos separado igual porque soy un tipo solitario. Si en ese entonces no quise negociar nada es porque tal vez ya quería eso: quedarme solo. Y hoy me siento muy bien viviendo solo con mis dos perros, tan libremente. Es verdad que después de Claribel he tenido otras parejas, a las que sigo amando como sigo amando a Claribel, pero nací para vivir solo. De todos modos, creo que a partir de nuestra reconciliación vamos a compartir de una u otra manera el resto de la vida, por el amor que nos tenemos y por el amor hacia nuestras hijas.

-¿Hoy pueden observar y analizar todo los que les pasó a través del prisma del humor?

Medina: -El humor es una característica que a los dos nos salva en la vida… Definitivamente, nos salva el humor, eso de poder burlarnos de habernos dicho barbaridades. Eso hoy, claro, en aquel entonces estábamos muy enojados.

Alarcón: -Durante años estuvimos como esos perros que se ladran de lejos [risas]. ¿O no, Claribel?

Medina: -Claro que sí. Además yo recuerdo los tonos en lo que nos decíamos todo lo que nos decíamos. Por las chicas nos hablábamos lo justo y necesario, y ni una palabra más. Hoy me puedo reír de todo aquello, y digo: ¡pero qué estúpidos, por qué nos tratábamos así!

Historia de un reencuentro

-¿Cuándo y por qué se produce el reencuentro?

Alarcón: -Hubo una primera reconciliación por un hecho puntual, donde dijimos ¡basta de pelear! Fue en 2016.

-¿Cuál fue ese hecho puntual?

Alarcón: -Nuestra hija estaba mal, Antonella estaba enferma, pasando por un momento delicado y entonces fui a ver a Claribel al teatro y…

En este momento el actor busca la mirada de su exmujer, ella le da la mano y a ambos repentinamente se les humedecen los ojos. No pueden seguir hablando. Luego de un rato, la entrevista continúa.

Medina: -Y entonces ahí dijimos ¡basta!

Alarcón: -Antonella estaba mal, tenía un problema de conducta, estaba perdida y debíamos estar juntos para sacarla adelante.

Medina: -Ojo, después nos volvimos a pelear, pero en ese momento tuvimos una reconciliación importante por nuestra hija. Anto es como Pablo, tiene una personalidad para adentro, es de las que llora internamente, entonces no percibís claramente su sufrimiento. Mi otra hija, Agostina, es como yo, explosiva, cuando revienta parece que se cae el mundo. Todo lo exterioriza. Ahí Pablo y yo hablamos largo y tendido de la importancia de que las chicas supieran que eran hijas del amor, más allá de que nos hubiésemos peleado, tuviéramos tantas diferencias y no manejáramos los egos. Ahí nos dimos cuenta que no estaba bueno seguir teniendo rencores. Por nosotros, pero fundamentalmente por ellas.

-Luego los volvió a acercar definitivamente el delicado trance de salud que Pablo sufrió el año pasado, ¿no?

Medina: -Sí. En 2020 tuvimos nuestra última pelea, pero la superamos y nos volvimos a unir, pero lo del año pasado fue decisivo. Desde entonces nuestra relación es mucho más fuerte y relajada.

Alarcón: -Digamos que las dos veces que nos unimos fue por motivos de salud, la primera vez por una cuestión de salud de mi hija y la segunda, por un problema de salud mío. Lo del año pasado fue el broche de oro en nuestro proceso de reconciliación.

-¿Cómo se produjo eso? ¿Vos le pediste ayuda, Pablo?

Medina: -No, yo caí sola al sanatorio, nadie me llamó.

Alarcón: -Vino a verme espontáneamente y no se apartó de mí durante toda la internación.

Medina: -Pero me echaba, me decía: ‘no me voy a morir, andate´[risas]. Tampoco quería que la hiciera venir a Agostina de Miami [donde se encuentra estudiando], pero yo no le di bola. Sentí que era momento de estar todos juntos y le pedí que viajara. También lo hice porque sé lo que es el desarraigo. Es muy doloroso cuando no aceptás que las raíces y los afectos están primero. No quería que en ningún momento ella sintiera, como me pasó a mí con mi Puerto Rico y mis familiares, que no estuvo presente cuando su padre la necesitaba. Porque después eso pesa muchísimo y duele. Además, ellos tienen una relación muy bella. Son realmente muy unidos y hay temas que solo hablan entre sí.

-A propósito, Pablo, ¿cómo te encontrás hoy de salud?

Alarcón: -Muy bien. Sin dudas, mejor que antes de la operación. Así que espero que algún día me dejen de dar pastillas para la presión y esas cosas, porque estoy haciendo una vida sana: me alimento bien y hago gimnasia. Y te digo más: ayer tuve un problema en casa y me subí al techo para revisar el tanque de agua. No te digo que ahora estoy para correr una maratón, pero…

Medina: -A veces, cuando me cuenta esas cosas, lo quiero matar. El año pasado, recién operado del corazón, lo encontré un día paseando los perros por la calle. ‘¿Estás loco?´, le dije. ‘Mirá si los perros de golpe pegan un tirón, te arrastran y se te abre la herida´. Pero, bueno, es su personalidad, es así.

-Pablo, ¿en algún momento temiste morir?

Alarcón: Sí, absolutamente. Me dije: “bueno, aquí termina todo”. Reuní a mis hijas y les dije: “aquí están las llaves de casa, les pertenece a las dos, así que no se peleen, y acá está esto y lo otro, esto es para vos y esto otro es para vos, el resto divídanselo. Esto vale tanto, así que la mitad es para una y la otra para la otra”. Y ya está, chau y a otra cosa.

Otra vez la emoción irrumpe en la charla, Alarcón busca contención en la mirada de Medina y se produce una larga pausa.

Alarcón: -Hoy sé que nosotros destruimos una pareja, como le sucede a la mitad de los matrimonios, pero construimos una familia. Y en ese momento tan dramático funcionamos como tal. Por eso, y gracias a los médicos, estoy vivo.

Un amor de telenovela

-Viajemos en el tiempo, vayamos al comienzo de esa pareja. ¿Cómo se conocieron? ¿Fue amor a primera vista?

Medina: -No, no fue amor a primera vista. Cuando nos conocimos yo estaba en pareja y nuestro primer encuentro fue un papelón. Lo conozco de cuando en Puerto Rico vino a ver una obra en la que yo trabajaba, El parador de promesas, y me invitó a participar de una telenovela que él protagonizaba. En ese momento, de una manera muy soberbia le contesté: “Yo no hago televisión”. ¡Qué tarada! ¿Y qué pasó tres años después? Yo era la protagonista femenina de una de sus novelas, La isla. Allí, el primer día de grabación se vengó. “¿Vos no eras la que no hacía televisión?“, me dijo. [Risas].

-¿Cuándo y cómo el romance que vivían en la telenovela se trasladó al plano de la realidad?

Medina: -De la misma manera en que te dije que lo nuestro no fue un amor a primera vista, en cuanto empezamos a trabajar juntos se produjo un flechazo profundísimo; como si el papelón de la primera vez no hubiese existido, y encontré en Pablo a un amigo con el que me llevaba muy bien y me empezaban a pasar cosas. Hasta que un día me pregunté: “¿pero diablo, quién es este muchacho?” Y allí la historia tomó otro color.

-¿Qué recuerdos tienen de su vida en común, como pareja y como profesionales?

Alarcón: -Como pareja hubo momentos de mucha alegría. Yo encontré en Claribel a alguien que le gustaba organizar fiestas en la casa, de repente venían unas 30 personas a comer y bailar y eso me encantaba. En Puerto Rico y acá.

Medina: -Otra cosa que recuerdo es el mar. Teníamos un amigo que tenía una casa en Salinas, un pueblito de Puerto Rico, frente al mar del Caribe, y allí teníamos charlas filosóficas interminables, de la mañana a la noche. También recuerdo todos nuestros trabajos. Juntos estuvimos en las novelas La isla, Ave de paso y una serie de Corín Tellado que Pablo producía y dirigía. También hicimos una película: Mujeres. Todo eso en Puerto Rico. Después vino la propuesta de venir a la Argentina y ver qué podría pasar aquí.

-¿Y qué pasó aquí?

Medina: -Primero vivimos en General Pacheco, donde en mayo hacía un frío… y él me hacía la psicológica. “Fijate que yo estoy en remera, Claribel, aquí no hace nada de frío”, me decía para que yo no huyera y volviera al Caribe. ¡Y yo me lo creía! [Risas]. Los otros grandes recuerdos de nuestra vida en común, obviamente, son los nacimientos de nuestras hijas. Y también nuestros perros, porque hemos tenido muchos y los hemos querido intensamente. También recuerdo las comidas. Pablo es un gran cocinero. A mí me daba mucha tranquilidad llegar a casa después de una larga jornada de trabajo y saber que la cena para toda la familia estaría resuelta y encima sería riquísima. En la Argentina trabajamos varias veces juntos, fundamentalmente en teatro. La última vez fue en 1996, cuando hicimos El búho y la gatita en gira por todo el país.

-¿Qué es lo mejor y lo peor de cada uno?

Medina: -Pablo es una buena persona, una persona íntegra. Por más enojado y lleno de odio que esté, siempre te va a desear el bien. ¿Y lo peor? Que es muy para adentro, y eso lo torna algo indescifrable.

Alarcón: -Ella es una persona muy alegre, muy para afuera, lo exterioriza todo y eso me hizo y me hace bien. Está buenísimo que ella pueda contar lo que le pasa y reír y cantar. Eso es lo que me enamoró de Claribel y lo que me sigue gustando de ella. Ha sido y es una buena madre y es una buena compañera, más allá de todos los quilombos que hemos tenido. ¿Y lo peor? Lo mismo, que es demasiado para afuera y actúa como Agostina, impulsiva y explosivamente.

Medina: -Yo te voy a decir que es lo peor de mí, porque él, como es un caballero, no lo va a hacer. Lo peor es mi enojo, cuando me enojo vos podés llegar a pensar: ‘¡qué oscura que es esta mujer!´, ‘¿cómo llegó a esto?´, ‘¿cómo esa persona tan divertida pudo convertirse en este monstruo?´ [Risas]. De todos modos, con los años he aprendido a desarrollar la paciencia. En fin, la vida me ha enseñado a no quedarme únicamente con mi mirada de las cosas. Cuando te encerrás en tu mirada te das manija y no podés ver el panorama general; y cuando eso sucede no te das opciones para negociar con el otro. Tal vez ese haya sido el mayor error en mi vida.

-Por último, ¿este reencuentro profesional abre la puerta a un posible reencuentro sentimental?

Alarcón: -Mmm. No lo creo…

-Estás titubeando…

Alarcón: -Yo sé que él público espera eso, pero tienen que entender que lo valioso en nosotros es que donde hubo un gran odio ahora hay un gran amor. La forma no importa. ¿Volver a convivir en una misma casa y compartir la habitación? No tengo la menor intención de hacerlo con nadie, no solo con Claribel.

Medina: -En mi caso no lo sé. Yo soy una romántica. No digo que vamos a volver, ahora lo válido es este reencuentro profesional y este presente afectuoso. Luego de nuestra historia de amor y de tantos enojos, es muy importante la admiración que hoy sentimos el uno por el otro, tanto en el plano profesional como personal, y el redescubrimiento de lo mejor de cada uno. Después la vida dirá.

Para agendar

Es complicado. Autor y director: Ernesto Medela. Elenco: Claribel Medina y Pablo Alarcón. Teatro Regina (Av. Santa Fe 1235). Funciones: jueves 8, 15, 22 y 29 de mayo, a las 20. Entradas: por Entrada Uno o en la boletería del teatro.

 A 27 años de su separación, volverán a trabajar juntos en una obra; hablaron con LA NACIÓN y recordaron los años felices y las desavenencias, y revelaron los verdaderos motivos de la ruptura  Read More