Cabrales se sumó al primer proyecto de producción de café en la Argentina. La empresa familiar, fundada en 1941 en Mar del Plata, busca llevar a las góndolas y posicionar el café nacional junto con otras variedades, como el brasileño o el colombiano.
Se trata de una iniciativa impulsada por el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP) del Gobierno de Tucumán. La entidad trabaja con 22 productores que poseen una hectárea, media o un cuarto de plantaciones con uno o dos años de desarrollo del cultivo. En total, son alrededor de 8500 hectáreas, en las localidades Tafí Viejo, Yerba Buena, Monteros, Alberdi y Famaillá, con potencial para llevar adelante la producción.
Mediante el nuevo acuerdo, Cabrales aportará su experiencia, conocimiento técnico y asesoramiento para fortalecer a los pequeños y medianos productores. El plan contempla la capacitación de productores locales, el intercambio de datos e investigación con el fin de garantizar una producción de calidad acorde con los estándares internacionales.
“Nos enorgullece contribuir al desarrollo de este proyecto pionero que pone a la Argentina en el mapa como productor de café, y sienta las bases para un futuro en el que el café argentino no solo sea un producto de consumo, sino también de producción nacional”, afirmó Martín Cabrales, presidente de la compañía que lleva su apellido.
En diálogo con LA NACION, el ejecutivo precisó que las capacitaciones serán desarrolladas a través de la MUMAC Academy, una academia de introducción al mundo del café perteneciente a Grupo Cimbali y con sede en Italia, que opera en la Argentina desde hace más de un año de la mano de Cabrales.
A cambio, Cabrales obtendrá el derecho a la prioridad de compra de la producción: para el final de la curva de crecimiento, estiman un máximo de 28.000 toneladas al año, valuadas en torno a los US$250 millones. En una primera etapa, el plan apunta a abastecer al mercado interno, aunque no descarta a futuro las exportaciones.
“Este es un proyecto ambicioso a mediano y largo plazo, con el que aparece la posibilidad de que la Argentina empiece a producir café crudo y que esta zona de Tucumán se posicione con un café típico, al igual que Mendoza lo hace con el Malbec”, enfatizó el titular de la firma. Según precisó, los primeros granos de café producido en la Argentina estarían disponibles dentro de dos años.
De acuerdo con los informes oficiales del Senasa, la Argentina importó 23.343 toneladas de café tostado, grano liofilizado o café robusta en 2024, desde veinte países del mundo, entre los que figuran Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Ruanda y Etiopía. Según los datos exhibidos, la operación representó cerca de US$500 millones anuales.
Con dos plantas en Mar del Plata, Cabrales se posiciona como unos de los principales importadores de café crudo de la Argentina y tiene una capacidad de producción cercana a los 800.000 kilos de café tostado al mes. La firma tiene más de 5000 clientes en el Cono sur y exporta a Uruguay, Chile, Paraguay, Estados Unidos, Bolivia, España y Polonia.
Tucumán, en el mapa cafetero
“La firma de este convenio representa una gran oportunidad para este sector productivo emergente en nuestra provincia, porque les abre a nuestros productores una ventana directa hacia una cadena de valor consolidada, con altos estándares de calidad. Desde el IDEP trabajamos para que la producción tucumana cruce fronteras, y esta alianza estratégica es un paso firme en esa dirección”, señaló Juan Casañas, vicepresidente del IDEP.
De acuerdo con el especialista, la iniciativa se enmarca en un contexto de corrimiento de los cultivos tropicales hacia el subtrópico, lo cual catalogó como “un fenómeno mundial”. “Está bajando la probabilidad de heladas y esos cultivos se están adaptando. Tucumán, además, tiene la bondad de tener el pie del cerro en pedemonte y un sotobosque con bastante densidad, lo que le permite proteger el cultivo de café de las altísimas temperaturas. En Tucumán, el sol es muy fuerte, es muy agresivo, más que en el trópico”, explicó.
Y amplió: “Entendemos que hoy están dadas las condiciones. Hay 30 hectáreas con plantas de café y tenemos plantas de hasta 30 años, que han ido sobreviviendo a las heladas. La última helada importante que tuvo Tucumán fue en el 2013 y hay muchas plantas que la pasaron perfectamente”.
A la fecha, Salta se jactaba de tener el único cafetal de la Argentina. Se trata de una pequeña finca en las yungas salteñas, propiedad de Graciela Ortiz y su familia. Su historia data de 1972, cuando su padre y sus tíos plantaron el cafetal, en el marco de un plan provincial para fomentar la actividad. El proyecto quedó en pausa en la década de 1990, hasta que, en 2007 y junto a su esposo, Ortiz se propuso revivirlo.
Cabrales se sumó al primer proyecto de producción de café en la Argentina. La empresa familiar, fundada en 1941 en Mar del Plata, busca llevar a las góndolas y posicionar el café nacional junto con otras variedades, como el brasileño o el colombiano.
Se trata de una iniciativa impulsada por el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP) del Gobierno de Tucumán. La entidad trabaja con 22 productores que poseen una hectárea, media o un cuarto de plantaciones con uno o dos años de desarrollo del cultivo. En total, son alrededor de 8500 hectáreas, en las localidades Tafí Viejo, Yerba Buena, Monteros, Alberdi y Famaillá, con potencial para llevar adelante la producción.
Mediante el nuevo acuerdo, Cabrales aportará su experiencia, conocimiento técnico y asesoramiento para fortalecer a los pequeños y medianos productores. El plan contempla la capacitación de productores locales, el intercambio de datos e investigación con el fin de garantizar una producción de calidad acorde con los estándares internacionales.
“Nos enorgullece contribuir al desarrollo de este proyecto pionero que pone a la Argentina en el mapa como productor de café, y sienta las bases para un futuro en el que el café argentino no solo sea un producto de consumo, sino también de producción nacional”, afirmó Martín Cabrales, presidente de la compañía que lleva su apellido.
En diálogo con LA NACION, el ejecutivo precisó que las capacitaciones serán desarrolladas a través de la MUMAC Academy, una academia de introducción al mundo del café perteneciente a Grupo Cimbali y con sede en Italia, que opera en la Argentina desde hace más de un año de la mano de Cabrales.
A cambio, Cabrales obtendrá el derecho a la prioridad de compra de la producción: para el final de la curva de crecimiento, estiman un máximo de 28.000 toneladas al año, valuadas en torno a los US$250 millones. En una primera etapa, el plan apunta a abastecer al mercado interno, aunque no descarta a futuro las exportaciones.
“Este es un proyecto ambicioso a mediano y largo plazo, con el que aparece la posibilidad de que la Argentina empiece a producir café crudo y que esta zona de Tucumán se posicione con un café típico, al igual que Mendoza lo hace con el Malbec”, enfatizó el titular de la firma. Según precisó, los primeros granos de café producido en la Argentina estarían disponibles dentro de dos años.
De acuerdo con los informes oficiales del Senasa, la Argentina importó 23.343 toneladas de café tostado, grano liofilizado o café robusta en 2024, desde veinte países del mundo, entre los que figuran Brasil, Colombia, Perú, Bolivia, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Ruanda y Etiopía. Según los datos exhibidos, la operación representó cerca de US$500 millones anuales.
Con dos plantas en Mar del Plata, Cabrales se posiciona como unos de los principales importadores de café crudo de la Argentina y tiene una capacidad de producción cercana a los 800.000 kilos de café tostado al mes. La firma tiene más de 5000 clientes en el Cono sur y exporta a Uruguay, Chile, Paraguay, Estados Unidos, Bolivia, España y Polonia.
Tucumán, en el mapa cafetero
“La firma de este convenio representa una gran oportunidad para este sector productivo emergente en nuestra provincia, porque les abre a nuestros productores una ventana directa hacia una cadena de valor consolidada, con altos estándares de calidad. Desde el IDEP trabajamos para que la producción tucumana cruce fronteras, y esta alianza estratégica es un paso firme en esa dirección”, señaló Juan Casañas, vicepresidente del IDEP.
De acuerdo con el especialista, la iniciativa se enmarca en un contexto de corrimiento de los cultivos tropicales hacia el subtrópico, lo cual catalogó como “un fenómeno mundial”. “Está bajando la probabilidad de heladas y esos cultivos se están adaptando. Tucumán, además, tiene la bondad de tener el pie del cerro en pedemonte y un sotobosque con bastante densidad, lo que le permite proteger el cultivo de café de las altísimas temperaturas. En Tucumán, el sol es muy fuerte, es muy agresivo, más que en el trópico”, explicó.
Y amplió: “Entendemos que hoy están dadas las condiciones. Hay 30 hectáreas con plantas de café y tenemos plantas de hasta 30 años, que han ido sobreviviendo a las heladas. La última helada importante que tuvo Tucumán fue en el 2013 y hay muchas plantas que la pasaron perfectamente”.
A la fecha, Salta se jactaba de tener el único cafetal de la Argentina. Se trata de una pequeña finca en las yungas salteñas, propiedad de Graciela Ortiz y su familia. Su historia data de 1972, cuando su padre y sus tíos plantaron el cafetal, en el marco de un plan provincial para fomentar la actividad. El proyecto quedó en pausa en la década de 1990, hasta que, en 2007 y junto a su esposo, Ortiz se propuso revivirlo.
La empresa asesorará a caficultores a cambio del derecho a la prioridad de compra de la producción; estiman producir un máximo de 28.000 toneladas al año, valuadas en torno a los US$250 millones Read More