La Casa de Santa Marta, habilitada desde el papado de Juan Pablo II para alojar a los participantes en el cónclave para la elección papal, se ha quedado pequeña por primera vez.
La Santa Sede tuvo que buscar una solución para alojar a los 133 cardenales de la Iglesia católica que se concentraron en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, con el objetivo de elegir al 267º sumo pontífice de Roma que se conoció hoy: Luis XIV (Robert Prevost, pontífice de Estados Unidos que vivió 16 años en Perú).
En esta ocasión, se ha reunido el número más grande de cardenales hasta la fecha, lo que se ha convertido en todo un reto logístico para albergarlos a todos junto al personal de servicio.
Sin lugar para todos los cardenales
Durante el tiempo que duró el cónclave, los cardenales estuvieron en régimen de aislamiento, sin dispositivos digitales o acceso a medios de comunicación, y con un número muy limitado de personas en contacto con ellos, como personal de enfermería, de cocina o de limpieza.
La previsión inicial fue que hasta que se concrete la elección, los prelados estarían bajo llave con los frescos de Miguel Ángel y después descansarían en la Casa de Santa Marta, la que fue la residencia de Francisco durante su pontificado y que ahora se convirtió en el “hotel papal”.
Pero ese plan ha tenido que ser modificado. Los 133 cardenales y el personal de servicio eran demasiadas personas para las 129 habitaciones de las que disponen las cuatro plantas del edificio, que también alberga el departamento que utilizaba Francisco, actualmente sellado.
La solución encontrada ante la falta de espacio fue alojar a algunos prelados en un edificio adyacente, conectado a través de un patio, conocido como Santa Marta Vecchia.
Las sencillas habitaciones de los dos inmuebles se adjudicaron por sorteo el día antes del comienzo del cónclave, según informó Vatican News.
Eduardo Costantini compró media manzana en Palermo: ¿qué va a hacer?
El edificio de la Casa de Santa Marta estuvo destinado a diferentes usos, como un hospital. En 1891, el papa León XIII lo convirtió en residencia de religiosos que viajaban al Vaticano hasta que Juan Pablo II le dio el uso actual y Francisco lo eligió como su casa.
La Casa de Santa Marta, habilitada desde el papado de Juan Pablo II para alojar a los participantes en el cónclave para la elección papal, se ha quedado pequeña por primera vez.
La Santa Sede tuvo que buscar una solución para alojar a los 133 cardenales de la Iglesia católica que se concentraron en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, con el objetivo de elegir al 267º sumo pontífice de Roma que se conoció hoy: Luis XIV (Robert Prevost, pontífice de Estados Unidos que vivió 16 años en Perú).
En esta ocasión, se ha reunido el número más grande de cardenales hasta la fecha, lo que se ha convertido en todo un reto logístico para albergarlos a todos junto al personal de servicio.
Sin lugar para todos los cardenales
Durante el tiempo que duró el cónclave, los cardenales estuvieron en régimen de aislamiento, sin dispositivos digitales o acceso a medios de comunicación, y con un número muy limitado de personas en contacto con ellos, como personal de enfermería, de cocina o de limpieza.
La previsión inicial fue que hasta que se concrete la elección, los prelados estarían bajo llave con los frescos de Miguel Ángel y después descansarían en la Casa de Santa Marta, la que fue la residencia de Francisco durante su pontificado y que ahora se convirtió en el “hotel papal”.
Pero ese plan ha tenido que ser modificado. Los 133 cardenales y el personal de servicio eran demasiadas personas para las 129 habitaciones de las que disponen las cuatro plantas del edificio, que también alberga el departamento que utilizaba Francisco, actualmente sellado.
La solución encontrada ante la falta de espacio fue alojar a algunos prelados en un edificio adyacente, conectado a través de un patio, conocido como Santa Marta Vecchia.
Las sencillas habitaciones de los dos inmuebles se adjudicaron por sorteo el día antes del comienzo del cónclave, según informó Vatican News.
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El edificio de la Casa de Santa Marta estuvo destinado a diferentes usos, como un hospital. En 1891, el papa León XIII lo convirtió en residencia de religiosos que viajaban al Vaticano hasta que Juan Pablo II le dio el uso actual y Francisco lo eligió como su casa.
La histórica residencia vaticana, que suele hospedar a los cardenales en tiempos de cónclave, debió ser complementada por otro edificio ante la falta de espacio disponible Read More